lunes, 16 de diciembre de 2013

LOS ANUNCIOS DE LA TELE ESTÁN "GRIPOSOS".

Antes, en un pasado no tan lejano, desde hace tiempo la televisión formaba parte de esta alegría contagiosa que impregnaba la Navidad. Ahora hasta eso se ha perdido.
 
Hace tan solo unos años veíamos emocionados cientos de anuncios de juguetes, de turrones, de la Lotería de Navidad, cuando era lo que era, de perfumes, colonias... Sí, es una visión muy mercantilista aunque la forma de enfocarlo no era tan atrozmente deshumanizada como ahora.
 
Ahora te asomas a esa ventana que es la televisión y es tan solo parte extensiva de la tristeza que nos quieren imponer "esos" que gobiernan todo. Por más que miro no veo ningún anuncio de juguetes. Estos han desaparecido de la faz televisiva. Dice mi mujer que es porque hay cadena especiales de pequeños, aún así podrían anunciarlos también para los mayores que de esta forma puedan florecer nuestras almas de niños.
 
No soy muy amante de la televisión, no diré que es la caja tonta porque hay muchos y buenos profesionales detrás de la misma, aunque en estos tiempos que corren, con tantas tristezas, tanto morbo, tanta chabacanería soez, me está poniendo encima de la mesa el que no haga mucho por encender este aparato. En casa es un fiel compañero de miradas, él me mira a mí y yo a él aunque de la mejor forma que está es apagado.
 
En estos días que son preámbulos navideños en todas las cadenas generalistas se anuncian marcas de bebidas, coches, algún perfume, seguros y medicamentos.
 
¿Os habéis dado cuenta la cantidad de medicinas que se anuncian en televisión?
 
Hemos pasado de cantar eso de: "Las muñecas de "Famosa" se dirigen al portal..., por esto otro: Los griposos y resfriados se dirigen a la botica para si compran al momento algún remiendo o pastilla...
 
¡Está tan mal la cosa que lo único que nos ofrecen son pastillas contra la gripe!
 
Si Jesús hubiera nacido en estos tiempos y no hace dos mil años seguro que los Magos de Oriente no le llevan oro, incienso y mirra sino anticatarrales, antigripales y algún complejo vitamínico.
 
¡Qué pena, de verdad! ¡Con lo bonito que eran antes los anuncios de televisión en Navidad!
 
Jesús Rodríguez Arias

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