viernes, 30 de noviembre de 2018

EL BARRIO DE ISMAEL.




Ismael llevaba más de media vida en ese barrio apartado de la gran urbe que lo acogía, ese barrio desestructurado, ese barrio donde ni los taxis querían entrar, ese barrio donde mantener la ley y el orden eran un delicado y necesario equilibrio diplomático pues de lo contrario se podría consumar una batalla campal donde todos saldrían muy perjudicados.

Le han ofrecido mil destinos mucho mejores que el suyo pero es que se ha acostumbrado a convivir con los que nadie quiere vivir, se ha acostumbrado a un barrio en estado de decrepitud no solo porque muchos de sus moradores se han perdido en los brazos de la delincuencia, de las adicciones, de sus propias limitaciones, para no salir del pozo sino también por el resto de la humanidad, de los habitantes de esa gran ciudad que viven en lugares mucho más céntricos, mejor iluminados, más limpios, donde tienen de todo, se creen no solo mejores sino también superiores y no se dan cuenta que muchas veces uno es como es por el simple hecho de haber nacido donde ha nacido.

Ismael llegó allí temeroso pues le decían que el destino no era para nada bueno, más bien todo lo contrario, allí se fue con su mujer con la que se había casado hacía unos meses, allí se fue dejando su casa, su pueblo, su gente, sus padres que lloraban desconsoladamente porque se iba su único hijo no por donde iba sino porque se marchaba…

Y en ese barrio decrépito hizo su familia, Agustín, Carlos y Rosa son los tres luceros que iluminan su hogar con Margarita su mujer que está más implicada en el barrio que cualquiera que allí hubiera nacido y la puedes ver echando una mano en esa ONG o en la Parroquia donde el Padre Pedro intenta hacer todos los días la multiplicación de panes y peces con las cosas de Cáritas…

Y en ese barrio decadente, desestructurado, apartado de todo y por todos conoció a Anselmo, será de su misma edad, que te juntó con malas compañías y se metió de lleno en la droga. Se metió él y metió a muchos con él. Acabó robando bolsos a las viejas del barrio o atracando a punta de navaja a los pensionistas que iban a cobrar su más que modesta pensión. No recuerda cuantos años ha estado en presidio ni cuantas cárceles han conocido sus huesos pero ahora lo ve todas las mañana tomando el sol en el manchón que muchos tienen como plaza y está famélico, sin esperanza en la mirada como viviendo sin vivir en él…

O como la Señora Angustias que tiene una frutería en el centro del barrio y que gana lo justo para pagar a los proveedores y tener algo que comer porque entre los pequeños hurtos, que ella bien conoce y sabe que no tienen ni para llevarse la mano a la boca, y que ella no le cobra a la mitad de la clientela hasta que cobran sus ayudas pues… Pero la Señora Angustias en una institución en la barrio y se podrán llevar unos tomates o algunas judías pero nunca, desde que él está allí, su frutería ha sufrido un destrozo, un robo o nada parecido.

También está Antonio, que se ha llevado toda la vida de peón de albañil y ahora camina jubilado viendo las escasas obras que el ayuntamiento hace por allí. Siempre dice que en su época se hacían mejor las cosas, más “profesional”. Siempre dice que ningún gobernante ha hecho mucho por el barrio porque prefiere que poco a poco se muera y se mueran para hacerlo todo de nuevo como si eso fuese tan fácil, como si eso fuese posible…

Así como Alexandra, hija de Marcos y Tere que de siempre han trabajado en lo que salía, que se quedó embarazada de un sinvergüenzas que venía de fuera y creyó conquistarla con sus atenciones y con la promesa de sacarla del barrio, se acostó con ella pues nunca hubo amor, bueno si por parte de Alejandra que creía que por fin había encontrado el añorado hombre de su vida y resultó que este no lo era como tampoco Eusebio el hijo de Chari la limpiadora del Centro Social que siempre estuvo muy enamorado de ella pero pensaba que era poca cosa…

La dejó embarazada, la dejó y se fue para siempre pues había conseguido su objetivo, la dejó con sus padres que se volcaron con su hija y también con Remedios, la nietecita de sus vidas, la dejó muy sola y demasiado escarmentada y desconfiada de todo y de todos aunque ahora parece que mira con otros ojos a Eusebio que ha sido el único chico que ni ha intentado nada con ella y que no la ha abandonado en los momentos duros de la vida. No sé por qué pero Ismael piensa que de ahí puede salir una bonita de relación de verdadero Amor…

O como la familia de los Cienfuegos que se han pasado la vida, y llevan alguna generación, sin hacer apenas nada y vivir de las ayudas, subvenciones, de visitar despacho y despachos para seguir viviendo de los impuestos de los demás. ¿Qué podrían trabajar? ¡Seguramente! Pero prefieren vivir de esta sociedad subvencionada donde cuentan más los votos que las personas…

Y también es el barrio de los Flores, una saga familiar que se dedica por completo a vender su mercancía de calcetines, ropa interior, camisas de buen algodón, rebecas y hasta encurtidos en todos los mercadillos de la zona a los que se desplazan con sus blancas furgonetas todos los días menos el domingo que para ellos es de sagrado descanso…

No, no es un barrio fácil, no es un lugar cómodo para vivir con comodidad, no es el mejor sitio para intentar mantener la ley y el orden pero es al que fue destinado cuando salió como joven Guardia Civil, su primer y único destino ha sido y es esa comandancia. Ahora han pasado más de veinticinco años desde que llegara, desde que se instalara con el recelo de todos, de los consejos de los viejos guardias que se iban a otros lados, de quienes le decían que no se implicara con el barrio, que cumpliera su función pero desde la frialdad de trato, sin conocer mucho a los vecinos porque más pronto que tarde se iría de allí, que eso es bueno, que es necesario…

Y allí sigue, en ese barrio decrépito y olvidado por tantos de forma interesada, sigue a pesar de haberle sido ofrecido muy buenos destinos que seguro hubiera servido para grandes logros profesionales pero no, él sigue en el barrio que lo conquistó porque no se atuvo a las recomendaciones sino que junto a Margarita, su mujer, se implicaron hasta formar parte del mismo.

Para sus hijos los jóvenes de barrio son sus amigos de toda la vida, para Margarita la gente del barrio son su gente, para él el barrio en sí es su barrio…

Llegó de agente y ahora luce los galones de sargento, tiene más de cincuenta y tres años y poco a poco se va sintiendo más mayor que no viejo porque eso en verdad es un estado mental más que otra cosa…

Ismael pasó de ser “el civil”, el “picoleto”, la “pasma” a ser simplemente Ismael porque ejercía la autoridad de una manera distinta, manteniendo muy bien los equilibrios, sabiendo que si tenía que perseguir a un delincuente lo hacía pero cuando lo tenía delante, como lo conocía bien, también le hacía ver el por qué de esa situación. Ismael era de los que visitaba en la cárcel a muchos que él mismo detuvo como es el caso de Anselmo que ahora vive pero muere todos los días porque le han sacado un cáncer no sé dónde o como Paula o Ryan, que es un chico latino que vino al barrio a vivir y se encontró en medio de la delincuencia pero que al final resultó no ser tan malo…

Ismael le gusta darse una vuelta por el barrio y lo hace caminando, con su verde uniforme, con sus galones de sargento, con su pistola al cinto. Todos saben quién es y qué es, todos lo respetan, algunos le temen porque hacen sus fechorías, pero todos lo admiran y quieren de verdad, porque es un hombre bueno, un gran padre de familia, un marido entregado, un vecino dedicado al barrio y también el entrenador del equipo donde juegan los jóvenes y que están federados y todo…

Porque Ismael es la viva imagen de la Guardia Civil porque lo lleva en la sangre, porque así le late el corazón.

Jesús Rodríguez Arias

sábado, 24 de noviembre de 2018

DON CRÍSPULO ABRAZA-PELOTAS (EGOS DE SOCIEDAD)





Don Críspulo Abraza-Pelotas era un ínclito que le hacía honor al apellido pues unos días se levantaba abrazado a sí mismo y otros días ejercía como pelota de todo aquél le pueda conseguir un lugar de honor en el olimpo de los lelos augustos, que de todo hay en la viña seca…

Don Críspulo venía de una familia bien aunque nada se sabía de ella aunque todos dicen que su padre, que era muy prosálido, era ahorrador de monedillas en las huchas ajenas.

Él se educó solo y así ha salido la criatura…

De niño ejerció de repelente y de mayor más. Sacó las mejores notas en las peores asignaturas debido sobre todo a que se convertía en el pelota oficial del de turno al que alababa cada vez a cada cual.

Se licenció pronto porque se libró por inútil del servicio obligatorio cosa que celebró con desmesura pero como siempre mira sus intereses en los ajenos para llegar más alto es los escalafones sociales donde merodean desmedidos los egos ingresó como polichinela con uniforme y todo. No era raro asistir a un seminario sobre inteligencia y estrategia para coger el primer “canapies” que salga de cuisine del restorán francés que lleva un sospechoso pakistaní con su engalanado uniforme de polichinela mayor con mando en Tasa.

Estudió, sin laudes, Alta Demagogia doctorándose al tiempo con un brillante trabajo, plagiado de un tal Sánchez, cuyo título es: “Genealogía del demagogo según yo y mi ego”. Larvas de emoción en la cara de los medidos miembros del tribunal que lo condenaron a pagar las costas del coste del ágape a cambio de firmarle el papel sin acuse de recibo…

Críspulo aunque quiso entrar a impartir su magistral magisterio en cualquier universidad de postín no pudo hacerlo pues debía todavía la renta del mes anterior. Menos mal que tanta sapiencia no podía mantenerse oculto y lo contrataron en una institución sobre el noble oficio de palanganero de lupanar.

Con los honorarios que recibía a modo de estipendios pudo matricularse en las clases que impartía el doctor Ciruelo sobre Geología y Genealogía de los Geólogos sin elegías a los enólogos.

Gracias a ese máster que le costó un año de estudio y manejo del buen palanguero de lupanar con clases prácticas en Ches Madama Potorro se pudo dedicar a lo que en verdad siempre le ha gustado: El estudio de la lombriz parda después de salir del mojón.

Y precisamente fue el mojón lo que le daría la gloria hasta instalarse en el atrio de los sabijondos pues con su libro: Genealogía de las heces de colores tocó la gloria de todos los intelectos que lo elevaron a la categoría de la ilustre academia del orín en su apartado heces y derivados. Ocupó el sillón caca cuyo tapizado estaba hecho una mierda.

Hoy el ilustre doctor brasileño Fuchinga Em Micción preside el acto de su ingreso en tan augusto sitio, lo hará con el brillante discurso: “La mierda no es un color”. Será contestado por su eminencia el doctor Don Peho Sonhoro y se espera lleno absoluto en los cuartos de baño tengan o no palanganas…

En cuanto aparecen tanto ilustrados de mierda los flashes de las cámaras de todos los medios que trabajan “Egos de Sociedad” se funden de la intensidad emocional que existe en esos momentos.

Críspulo entra flanqueado por los ilustres Don Fuchinga y Don Peho que van debidamente vestidos para la gala con sus medallas pegadas al omoplato mientras el recipendiario lo hace engalanado de polichinela mayor con mando en tazas. Todos aplauden con grandes y sonoros efluvios nasales.

Por fin Críspulo Abraza-Pelotas, Polichinela Mayor con mando en Tazas, Licenciado en Alta Demagogia, Doctorado en Genealogía del Demagogo y especializado en la Genealogía de la heces de colores siendo también un experto instructor de palanganeros del lupanar había tocado la gloria con su ingreso la Olorosa Academia del Orín Seco en su apartado de Heces y Variados.

Ya puede decir con orgullo y verdad que su vida es una auténtica MIERDA y lo mejor es que nos ha salido en “Egos de Sociedad”.

Y es que todos no podemos ser como Críspulo…

Jesús Rodríguez Arias

jueves, 22 de noviembre de 2018

GUARDIA CIVIL DE CORAZÓN.




La polio tuvo la culpa siempre se decía cuando quitaba la vista de la mesa del despacho de secretario del ayuntamiento y se imaginaba su vida si esa dichosa enfermedad no le hubiera tocado a él…

No podía decir que no había sido feliz pues siempre creció con esta dificultad pero eso no quiso decir que no se esforzara hasta la extenuación para ir al colegio cuando nada estaba adaptado, que había aguantado sus años de bachillerato, de universidad gracias a las becas que le daban por ser un lumbreras, por sacar la plaza en el ayuntamiento no de su pueblo natal pero muy cerquita que hacía que pudiera vivir allí pues tenía un coche que le adaptó Cosme, el mecánico, y que le regaló el primo Ángel que tenía por aquél entonces mucho poderío pues tenía tierras arrendadas y siempre gozó de una larga soltería.

Él se casó con Mariela a los 25 años recién cumplidos, ella le quedaba uno para los 20, después de 6 años de novios de los de entonces. Su boda fue muy sencilla en la vieja Ermita del Cristo del Socorro con menos de 20 invitados y con Don Rogelio, el cura, uniendo sus vidas para siempre.

Tuvo 5 chiquillos que fueron y son la alegría del hogar: Mariela, Presentación, Socorro, Mario y Miguel dieron vida y color a un hogar donde había mucho amor. Y por eso tuvo que redoblar sus turnos en el ayuntamiento amén de trabajar de contable para Don Marcial, el boticario, pues necesitaba sacar algunos cuartos más que llevar a casa donde le esperaban ese hogar del que estaba tan orgulloso.

Pero aunque se puede considerar un hombre feliz, realizado, que había luchado cada palmo de su vida, que había construido un hogar junto a la incansable Mariela, su bendita mujer, aunque era una persona muy considerada y respetada por todos y de hecho hasta lo llamaban para dar charlas sobre el tema que le apasionaba, al cual le hubiera gustado dedicarse, hacer de este su vida, siempre había un momento en el día, en la semana, en el año que perdía su mirada hacia un horizonte que solo veía él mismo y pensaba que no cambiaría nada de su vida salvo la maldita polio…

Sus padres no superaron nunca que el primogénito no pudiera seguir con la herencia familiar. Su madre sufría lo indecible al ver los reproches que se hacía su marido Damián por no poder continuar con la estirpe. Menos mal que su hermano Jacinto cogió el testigo y consiguió mantener ese listón que siempre había sido bandera en su casa. Jacinto amaba lo que hacía pero es que él también lo amaba y por culpa de la maldita polio no pudo desarrollar su vocación y no hay nada peor que una vocación frustrada que te amohína hasta hundirte poco a poco en la conmiseración.

Pero de un tiempo para acá todo ha cambiado, ha empezado a rebrotar esa ilusión que tenía de joven, antes de que la polio se cebara con él, pues su hijo Miguel, el benjamín, toma posesión de su cargo en el trabajo que siempre la ha gustado. Ha pedido unos días en el Ayuntamiento porque tanto como Mariela, que irá con su marido, Presentación, que va para monja, Socorro a la cual no acompaña su novio Evaristo porque está trabajando en Alemania y Mario, que está terminando sus estudios en la capital como su querida mujer Mariela y él van al sitio que le han reservado, ciertamente de honor, para ver como su hijo hace realidad sus sueños y los sueños más profundos que alberga en su cada vez más cansado corazón.

Hoy Miguel, que pasado mañana cumple los 23, toma posesión como Teniente de la Guardia Civil, su sueño, el sueño de toda su familia, porque todos han vestido el glorioso uniforme verde de esta gloriosa y benemérita institución que fundara en su día el Duque de Ahumada. Viene a la jura su hermano Jacinto que ya ostenta el empleo de Coronel y que según le ha dicho pasa este año a la reserva…

Cuando su hijo Miguel se cuadra ante la bandera de España y la besa sosteniendo en su mano su impoluto tricornio y vistiendo ese verde uniforme de la Esperanza con sus dos estrellas que relucen más que el mismo sol no puede evitar emocionarse, no puede evitar que las lágrimas resbalen por sus mejillas, no puede dejar de pensar que si la dichosa polio no se hubiera cebado con él hoy sería Guardia Civil como lo fue su padre, lo fue su abuelo…

Mariela lo cogió del brazo y con los ojos inundados en lágrimas de emoción y admiración por su hijo y sobre todo por su marido le dio un beso mientras le decía: Tú también eres Guardia Civil pues has inculcado los valores de esta Institución en toda tu familia, que gracias a eso hoy nuestro Miguel es lo que él quería desde que no levantara un palmo del suelo. Tú, querido mío, eres un noble y generoso Guardia Civil de corazón como los son tantos que no han podido serlo y aman a la Benemérita con verdadera pasión…

Mientras escuchaba la voz de Mariela al fondo se podía percibir el himno de España…

¡¡Viva siempre la GUARDIA CIVIL Y TODOS LOS QUE LA AMAN!!

Jesús Rodríguez Arias


sábado, 17 de noviembre de 2018

PAULINE, INGELMO Y EATA VUELVE A DARNOS LA LATA...




Ingelmo hacía tiempo había acabado la relación con Vanesa Amanda ya que ella se lió con el ayudante, del asesor, del secretario, del peón, del técnico que cambia el aceite a los coche del “menisterio” según le confesó su ex-amante…

Ingelmo, hombre plural, tolerante y de todas las izquierdas, saltó en cólera y lo más bonito que salió de su voz: ¡¡¡Zorra!! Vanesa Amanda le respondió: Es que tenía un gran cilindrajeee…

Vanesa Amanda siguió viviendo en su pisito de 1500 metros cuadrados en plena calle Serrano de Madrid pero ya no pagado por el cornudo Ingelmo sino por su nuevo amante que tenía menos años y más calibre que aquél…

Ingelmo, todo hay que decirlo, no cayó en depresión pues al poco ya estaba saliendo y entrando con Puri, la hija de su compañero de sendicato Obdulio que está como un tren.

Puri, gracias a esa conspicua relación, ascendió en su trabajo y ahora es asesora del menistro de Altos Bajos con despacho propio sin bandera pues la niña nos ha salido muy libertaria ella y ya sabemos que todos los que así se sienten son apátridas…

Puri, que de pureza solo tenía el nombre, era una mujer muy de hoy que le gustaba dominar en el día y en la noche, en el despacho y en la cama por lo que Ingelmo estaba encantado ya que de los 18 kikis que echaba con Vanesa Amanda han pasado a los 24 de Puri. Eso sí se queda tan debilitado que después tiene que comer algún que otro bovagante, que es muy rojo y alimento preferido de los de la izquierda por la izquierda…

Cerbonio y Eata no están bien pues el primero se ha separado de la segunda por el simple hecho de que la segunda se ha puesto del lado de su fluid genre todo lo contrario a Cernobio que le ha retirado el saludo y todo.

El cenubrio de Cernobio no puede comprender que a mi hijo le guste ser hoy una cosa y mañana la otra. No puede consentir que un día se levante gato y se acueste pez, otro sea Largo Caballero y por la noche salga al balcón para saludar a los “españoleees” vestido de Franco… De hecho el camarada Teodoto lo ha expulsado del partido de los comunistas y lo que sea porque dice que es un facha traidor…

Hoy Eata está contenta porque quiere presentarle a su hije Pauline su nuevo compañero sentimental que en verdad es más semental que compañero. Se llama Hugo y es un cubano de los de verdad, mulato, muy afable y lo más importante con 28 cm que la tienen como loca. No es muy de Fidel pero le gusta gastarle la broma cuando están metidos en “orgasmías” que su pirulo es más largo que los discursos del Comandante…

Eata ya ni se acuerda de Cernobio que se ha instalado en el pajizal que tiene en su finca donde se mata a migas por lo que ha engordado algo. A él no le importa porque ha sido echado del partido, del sendicato, de su casa, y ahora solo le queda trabajar porque tiene que pagar la pensión a su hijo Paulino, que es el menor, a Eata y hasta el Hugo ese que no sale de la cama.

Hoy Pauline está como loque pues se ha levantado tarde y cuando se ha mirado al espejo se ha sentido Rodrigo de Triana, ha cogido el catalejo, lo ha limpiado con vaselina, que es lo más cerca que tiene a la mano, y se ha puesto como un posese a mirar de aquí para allá…

Su madre Eata se ha levantado y como ya es muy liberal se ha puesto a desayunar en bolas mientras su semental compañero se ha quedado erguido delante de la ventana mirando a la vecina de enfrente que hace yoga en mallas. Se ha apoyado en su poyete y ha relajado cuerpo e imaginación mientras se decía para él que esa linda muchacha esta mejor que Eata que ya la encuentra mayor pero es la que paga casa, mantel y cama…

Así, apoyado su amulatado cuerpo mientras se apoya en poyete lo coge al vuelo con el catalejo Rodrigue de Triana que con voz demudada grita: “ojo” avizor….

Hugo, se vuelve, se le descuelga lo que cuelga cuando ve a Pauline y le dice que no, que él es machote, que lo siente por él porque por su parte se va a quedar a dos velamen y lo mando al carajo que como todos sabemos es un mástil de un navío, con be, y se marchó a seguir mirando a Flor Rosaura, que así se llamaba la vecinita, pues había entrado en la ducha…

Pauline quedé triste y se apené porque vie pero no toqué y es que ser fluid genre tiene esas cosas…

Ingelmo que lleva en Madrid varias semanas de reunión en reunión para sacar adelante los presupuestos, los suyos, los que mantienen su tren de vida que es como el orient expres, últimamente ha abusado de los bogavantes y vinos buenos porque tanto Puri como Hilda, que es una joven rusa que conoció en un puticlú al que fue en comisión de servicio, les gustan mucho montar y ya se sabe que Ingelmo no se niega a nada que para eso es de izquierda de la izquierda, sendicalista, tolerante, plural y empático.

Demasiado empático diría yo…

Jesús Rodríguez Arias

viernes, 16 de noviembre de 2018

HISTORIA DE UNA GARITA.




Lo recordaba de siempre impertérrito y firme en la garita, la verdad es que nunca lo recordó llevando a cabo otra misión que esa de vigilancia. Desde que naciera y abriera los ojos a la vida que es un poco más tarde que cuando sales del vientre de tu madre siempre lo distinguió tan alto, tan marcial, tan serio, tan atento a todo…

De siempre fue de trato muy correcto, cordial con la chiquillería que a esas horas jugaba frente suya en la vieja plaza empedrada. Pienso que nos miraba con esos ojos de haber sido siempre niño, nos miraba con esa mirada perdida que tienen los que han perdido lo más valioso de su vida, nos miraba con atenta protección aunque sin inmiscuirse demasiado en las correrías de unos, en la pillería de otros, o en esos primeros paseos que se daban esas jóvenes parejas que hacía poco se habían hecho novios…

Esto tiene haber nacido en un pequeño pueblo, que todos al final nos conocemos, que todos al final somos más que familia aunque no llevemos la misma sangre, todos al final nos alegramos con las alegrías y nos entristecemos con las tristezas de todos.

Me gustaba sentarme entre partido y partido en el viejo banco y mirarlo…. Veía cuando salía su jefe y después del marcial saludo le hacía un gesto de cariño con ojos de emocionada admiración. Sí, siempre fue querido y ciertamente admirado por todos lo que en aquella Casa habitaban y también por parte de los vecinos que lo conocían de siempre.

No lo verías nunca en el bar del Tío Anselmo, ni jugando una partida de dominó, ni dando un paseo más allá de los límites donde tenía su hogar, ni siquiera era asiduo a las misas dominicales de Don Rufo, que es el cura que siempre ha estado aquí y del cual dicen es más viejo que el castillo que corona la hermosa atalaya. Pero si lo podías ver a las claras del días o a última hora de la tarde sentando en un banco del pequeño y destartalado sagrario sin mover un solo músculo. Parecía estar manteniendo una conversación donde los inexpresivos ojos se clavaban en la oscilante vela roja que anunciaba que allí estaba Dios.

Sinceramente no os puedo decir que ni fuera joven o demasiado mayor, creo que la edad quedó atrás con otras muchas cosas, porque si era mayor parecía joven y si era joven tenía aspecto de mayor. Solo sé que estuvo siempre en la garita vigilando la casa y siempre estaba firme, marcial, impávido, serio…

Cuando terminé la escuela y la señorita Asunción le recomendó a mis padres que siguiera con mis estudios en el instituto pues según decía tenía facultades no se habló más y me enviaron a decenas de kilómetros de distancia donde vivía Tía Leonor para que fuese al instituto. Ya allí entre clase y clase, me había buscado un trabajo llevando los mandados del Colmado del Viejo Elías para ayudar a mis padres en el sustento de mis estudios. Más tarde tendría que marchar a la capital pues ingresé en la universidad.

En un párrafo se puede escribir la vida de una persona porque de la niñez a la juventud, desde que dejas de ser joven a convertirte en un hombre pasan años que pueden ser resumidas en unas simples líneas…

Cuando acabé los estudios, hice el servicio militar y nunca más volví a salir de allí pues me dieron la oportunidad de ingresar en el Cuerpo de Intendencia.

Cada vez que podía volvía al pueblo, necesitaba revivir mi vida para seguir con la que llevo ahora. Lo veía envejecer en la garita siempre marcial, siempre impertérrito, siempre prudente y correcto…

Un día, cuando ya unas estrellas poblaban mi uniforme, cenando con otro oficial al que había conocido hace poco pero que curiosamente había visto mucho por mi viejo pueblo, le pregunté por quién vigila siempre firme, siempre atento, siempre correcto, siempre cuidadoso en la garita de la vieja Casa Cuartel. Que lo conocía desde que era niño pues era su vecino de enfrente, que sus padres nunca le habían contado nada, que todos lo querían, lo admiraban, lo protegían…

El Capitán Sotomayor, que fue el jefe de la comandancia hace tiempo, me dijo que ese guardia civil que siempre veía en la garita se llama Juan y según me dijo mi padre que también estuvo al mando cuando pasó de siempre fue un hombre risueño, alegre, cariñoso, muy activo…

Casado hacía pocos años y con una hija, que era el sol de su vida, que gracias a Dios se parecía a la madre pues él había salido a su padre al que decían el aguilucho por la nariz… María, que era su mujer, eran sus pies y manos pero también de medio pueblo pues a voluntariosa no le ganaba nadie…

María, que era maestra de profesión, ocupó el cargo que entonces ostentara Doña Paquita cuando se jubiló como maestra de la escuela. Un pequeño sueldo más y por lo menos yo educo también a Rosario, la hija de ambos, decía siempre.

Era una tarde tormentosa, de esas que dan miedo, cuando el terrible rayo cayó en la escuela y salió ardiendo con todos los chiquillos dentro de ella. Por supuesto todo el dispositivo de la Guardia Civil se trasladó de inmediato así como la mayoría de los vecinos…

Juan entró con mucha sangre fría en un lugar que ardía en llamas, entró sabiendo que su mujer e hija estaban allí, entró sabiendo que muchos niños del pueblo tenían que ser salvados, entró y si te digo la verdad allí murió para siempre.

Vio como una impresionante viga había caído en la mesa en la cual estaba su mujer y también su niña pues la cogió en cuanto el devastador incendio se produjo. Vio que para llegar hasta allí, en un estado muy deplorable porque el fuego quemaba su verde uniforme hasta que la piel se le iba oscureciendo del puro calor, tenía que sacar antes a todas las criaturitas que no merecían morir allí de esta forma y eso hizo una con una hasta llegar a la descarnada viga que quitó, quemándose las manos, y vio que la realidad de su vida había terminado allí pues su mujer María había muerto en el acto protegiendo a su pequeñita. La sacó de entre sus brazos, la llevó a la puerta donde brazos los esperaban, y volvió a rescatar a su mujer que aun sabiéndola muerta no quería perder el último hálito llamado Esperanza. En ese momento parte del techo se vino para abajo y lo aplastó de golpe.

Allí murió María y también gran parte de Juan…

Él quedó con el brazo derecho inutilizado, tenía quemaduras por todo el cuerpo y cicatrices en el alma. Su pequeña hija se salvó aunque la mandó con su hermana Laura para que la cuidara porque él no podía y se quedó por siempre vigilando la vieja Casa Cuartel desde ese garita. Ya nunca fue el mismo, ya no podía serlo, porque ese día murió con su mujer María aunque con ello había salvado a todos los niños del pueblo. Ese que ves allí tan marcial, tan correcto, tan impertérrito, tiene la condecoración más grande que otorga la Guardia Civil, es hijo adoptivo del pueblo, y el rango de oficial pero nunca quiso estar sentado en una mesa pues él estaba hecho para vigilar porque mientras se vigila también se espera.

Reconozco que me emocioné con la historia, con el valor de una vida que se entregó por la vida de los demás, que sacrificó lo que más quería por Amor…

Y cuando volví al pueblo en encontré a un joven y apuesto guardia en la garita. Pregunté donde estaba Juan y me dijo que se había jubilado y que ahora vive en casa de su hermana Laura intentando recuperar el tiempo perdido con su hija Rosario, la niña de sus ojos, que ya tenía más de 25 años y dicen que sale con un joven y apuesto guardia civil, como lo fue él algún día hace tanto tiempo que ni se acuerda…

Jesús Rodríguez Arias

sábado, 10 de noviembre de 2018

ARDILLONA ESTÁ QUE ARDE CON LA BODA DE ARDI...





¡Estoy estrossá! ¡Estoy estrossá! No, no ha tenido nada que ver borriquete, que se le ve hoy tan fino y poniendo las orejas en todas las conversaciones.

¡Estoy estrossá y enfadá porque otra vez el Sheriff me ha dejado plantá!

Yo que lo esperaba ver llegar con sus pantalones bombachos, sus casaca roja, su sombrero de fieltro o de cáñamo, luciendo medallas y placas y con esas botas cojoneras, por lo alta que son, para ir de su brazo a la boda de mi niña Ardi…

Pues nada, no ha aparecido. En cambio Ardillón ha venido con su nuevo amore, Libélula Salada, que es una China de Moratalá. Me ha mirado con ojos de desdén y me ha dicho por bajini: ¡Qué te den!

¡Ay, pero que desgraciadita soy!

Peor está mi hijo Ardillesco que ha sido plantado por su amada Encarna que ni unas letras le ha enviado en carta con olor a rosas de enamorados. Tiene los lagrimales llenos de escama pues esta noche ha querido quitarse la vida lanzándose a la cama varias veces. Pero como es tan blandita y cálida quedó durmiente como lo vello que es él…

¡Cómo coja a la Encarna esa la esplumo!

¿Qué os digo de mi hija Ardicandidez? Pues que está llorando dolida y no es capaz de parar de comer croquetas de alcanfor en su almíbar pues su “queridisima” “amiga” Gema la ha dejado plantá..

Ella, que si que viene, que le voy hacer un pastel de bellotas, que ella me ha dicho nos va a traer ensadilla rusa con picos gordos y huevos cortados en rodajas con un hilo… Pues si tenemos esperar que venga nos comemos las cacas de las gallinas…

Gema, no sé ni como eres, te he tenido afecto pero como te vea te vas a acordar de Ardillona. No vas a tener carretera ni manta cuando te encuentres con esta madre dolida y despechá…

En cambio mi Manel no me ha defraudado, ha enviado una carta muy bonita con una poesía que llega a las corvas y ha pagado el viaje de ida, sin vuelta porque no había combinación, de nuestra familia soriana ardillesca.

He visto, pero como si no existiera, al expretendiente tonto de mi niña Ardi, Viene con un ramito de jaramago fresco y un paquetito de bellotas de pitiminí que dicen cuestan un ojo de lechuza. Está como distraído, lloroso, saluda a todos y estoy por llamar a la seguridad del entorno para que lo eche de allí pero no puedo porque respeta la linde de la linda boda…

Su mujer y niña del suegro querido que para colmo es el Sheriff, mi invitado de honor, que ha envejecido con el tiempo y hasta el sombrero de cáñamo le queda chico, ni está ni se la espera…

Ya está Don Lavativas que va a presidir la ceremonia en su sitio y el coro de las morsas ya ha empezado a tocar el famoso himno: La virginidad lo mismo que se tiene, se va…

Todos con las emociones a flor de hiel y los pelos henchidos en emociones contrastadas.

Entra Oso Hormiguero con su traje de general del Cuerpo de Subterráneo con la medalla de la Hormiga Reina en la pernera del pantalón pues dicen se le ha roto la cremallera y se le podía ver el pitolón…

Se abren las cortinas y aparece mi niña Ardi con su carita de niña buena, de no haberse comido una bellota de verdad en su vida, todita de blanco y como ramito uno de brocóli que le regalo el Maestro Lechuza que no ha podido venir porque estar detenido por abuso de confianzas con la rica jefa mujer del jefe rico.

El coro de las morsas alzan sus vociferantes y guturales sonidos mientras que el tenor Tinno Braguetti hace de las suyas.

Viene del brazo de su querido padre Don Ardillón, que la mira con ojos de verdad, y se siente orgulloso de entrar en una familia del generalato.

Entonces un miembro de la seguridad del evento me llama a escondidas para darme una carta y enseñarme su pistolita que me hace caer la baba…

La carta es una misiva con letra inquieta:

Querida Ardillona:

Soy yo, tu Policía Montada del Canadá, ese que con bellos ricitos y toques de guitarra te quitó la pubertad.

Hoy no he podido ir cogido de tu brazo, como era mi intención primera y segunda después, porque no he querido dar escándalo público porque sería reconocer delante de todos los que me tienen en estima que fui un poco marrano con una frágil criatura que me abrió su corazón y sobre todo su wii.

Cuando pase la boda nos vemos y recordamos viejos tiempos. Estoy adelgazando a ver si me caben los bombachos para que sea como la primera vez.

Me quito el sombrero de cáñamo ante tanta donosura.

Tu “amore”…

He caído en medio desmayo y ahora me están dando unas bolitas aroma de pie al queso que me está reconfortando.

Ya mi niña se ha casado, ahora es señora de Oso Hormiguero…

Me acerco para darle un beso y me dice: Madre, has sido muy utona, no quiero verte más por aquí porque me ha dicho mi suegro Oso de la Osa Mayor que el otro día le tiraste un tiesto en el pernil de las boqueras. Eres muy lianta y mi augusto padre Don Ardillón tendrá casa, rama, mesa y mantel en mi masión pero tú no…

Me tuve que sentar de nuevo…, la miré a los ojos y vi que la “mocedad” era inventada, que ya está había pasado por la piara…

¡Me has engañado Ardi! ¡Ya no eres mocita! ¿A quién le has comido la bellota? Estoy mareada…

Madre, eso fue hace tanto tiempo que ni me acuerdo pero ahora soy esposa del generalato Oso Hormiguero que tiene todos piensan tienen potolón pero ni a pitilín llega pero es muy bueno sorbiendo por la nariz lo que hay en la madriguera…

¡Otra vez despechada!

Qué sepas Ardi que a lo mejor te sorprendes y ese que ser tan querido de que se honra de su paternidad para contigo a lo mejor se queda sorprendido porque hubo algunos antes que él y tú monada no te pareces a tus hermanos en nada y anda peinate los rizos que estás muy fea, guapa…

Antes Ardi, mi niña
era inocencia pura,

ahora es una víbora,
la hija de la gran…

Ella que siempre me decía,
cuando todo su cariño dá,
que quería ser policía,
montada del Canadá.

Ella tiene ricitos,
y no se parece al tostón,
por eso no me fío,
de que su padre sea Ardillón.

Pero Ardi, yo soy tu mare,
saliste de mi peperete,
vete con quien dice ser tu padre,
con el oso y to su gente…

¡Mi venganza será terrible! Veréis cuando descubra las cartas y todos sepan quién es quién…

Soy Ardillonaaaaaa

viernes, 9 de noviembre de 2018

* AMO A ESPAÑA.







Lo reconozco: ¡AMO A ESPAÑA!

Y como la Amo, Beso su bandera que es la de todos…

Y ese beso es mi particular homenaje a cuantos dieron la vida por ella, a cuantos trabajaron cada día de sus días para hacerla grande, los que se sacrificaron para que España fuese lo que es: Una Gran Nación.

Y porque la Amo y la Beso no consiento que la pisoteen, que la insulten, que se limpien los mocos los mismos de siempre que se hacen los graciosos con todo lo que ellos no quieren, no creen. Esos valientes que son incapaces de hacerlo con otros símbolos de otros países, de otras religiones porque para eso además de tener “gracia” hay que tener lo que a ellos les faltan: ¡Vergüenza!

Y porque Amo a España y beso su bandera hago esta reflexión hecha en voz alta:

Vivimos unos tiempos demasiados convulsos donde todo se cuestiona, todo se degrada, todo parece valer, donde España y los símbolos que la representan son pisoteados a diario con decisiones injustas, con gobernantes de maquiavélica malas ideas, donde todo sirve para llevarse el ascua a la respectiva sardina.

España y los españoles vivimos unos tiempos de inmensa confusión donde todos los que nos degradan tienen derecho para hacerlo y nosotros no podemos decir ni esta boca es mía sin que nos tachen de lo que nos quieran tachar…

Aquí lo mismo se insulta, se menosprecia, se ningunea, a Su Majestad el Rey, D. Felipe VI, que no olvidemos ostenta la Jefatura del Estado y no importa ridiculizar hasta su hija, heredera del Trono y Princesa de Asturias SAR Doña Leonor. Sí, si por llevar a la práctica sus fines destructivos hacia nuestra Patria y la Constitución que la ampara son capaces de todo y además con la anuencia de muchos que hoy por ejemplo asientan sus posaderas en dignos sillones que ahora sufren la ignominiosa indignidad.

El Rey es la única esperanza que tenemos los españoles de bien de que España siga por el camino emprendido de convivencia, de perdón, de olvido, de afrontar el futuro con pasos firmes por el bien y el bienestar de todos sin excepción.

Visto lo visto en la política actual para mí el único capaz de aunar España y servirla sin fisura es la figura de Su Majestad el Rey de España y además lo ha demostrado, lo han demostrado a lo largo de la historia pues hoy en día disfrutamos de Libertad y de una Democracia fue gracias a la labor del Rey Don Juan Carlos I que pienso no ha sido valorado en su verdadera dimensión su noble sentido a España.

Pero hay que reconocer que en esta nuestra España se ha instalado la desvergüenza, lo grotesco, la contante falta de respeto, la persecución por la forma de pensar, de creer, de opinar donde los que se sienten en posesión de la verdad tienen derecho de pernada con el resto de los españoles entre los que me incluyo.

Se ve con normalidad que en Cataluña se viva un ambiente irresperable por culpa de cuatro caraduras que viven a tutiplén a costa de la “independencia”…

Se ve con normalidad que los bárbaros llenos de fanatismo radical puedan golpear, agredir, aniquilar a los miembros de la Guardia Civil, de la Policía Nacional o de las Fuerzas Armadas porque sirven a España, porque son los garantes de la Ley, del Orden y también lo que más le duele la Unidad de la Nación.

Siempre son los mismos los que están en el “disparadero” y siempre son los mismos los cabecillas de tantas barrabasadas…

Y los que odian España son los que se limpian los mocos con nuestra bandera, los que golpean a nuestros Guardias Civiles y nuestros Policías porque son los que ellos quieren aniquilar.

Los que odian a España se ríen de España y amedrentan a esos servidores públicos que dicen gobernarla y en verdad lo que hacen es todo lo contrario.

Son muchos más los que se limpian los mocos con nuestra bandera que es lo mismo que decir España y no solo el impresentable de Dani Martín que ha dejado de ser un más o menos desconocido actor, de humorista no se puede calificar a ese lacio, para tocar el olimpo de los soplamocos…

También se limpian los mocos nuestros gobernantes que se mantienen en el poder a cualquier costa.

También se limpian los mocos esos ministros que en vez de apoyar a la Guardia Civil miran hacia otro lado ante las agresiones físicas o verbales que les profesan.

También se limpian los mocos muchas cadenas televisivas, muchos fanático que sale en pantalla, muchos caraduras que viven del erario público a costa de lo que sea…

También se limpian los mocos los que abominan de España y de su bandera, de los que te llaman “facha” por ser patrio, por ser español…

También se limpian los mocos tantos cobardes que se hunden en su propia mierda por no dar la cara, aunque te la partan, cuando en su momento hay que darla.

Y España, su bandera, sus gentes que son las nuestras, nuestra Cultura, raíces, creencias, tradiciones, se le tiene que besar con inmenso cariño, con verdadero respeto pues ella representa a la Patria que es nuestra madre, la de todos los españoles, la de todos los que nos sentimos orgulloso de que así lo sea.

Yo, beso a España por medio de su bandera y lo hago con emoción porque es un privilegio el poderlo hacer, porque no hay nada más grande para un hijo de esta Patria que ver ondear la bandera en el mástil mientras el himno suena capturando tantos y tantos sentimientos.

Son muchos los que a lo largo de la historia han dado su vida por España y a todos ellos les rindo mi homenaje cada vez a la bandera beso.

Y os diré a modo de particular confesión que nunca me soplaré los mocos con todos aquellos que odian a España, con todos aquellos que dicen servirla y solo lo hacen consigo mismo y sus mezquinos intereses. No, no lo haré porque antes me habré limpiado literalmente por donde la espalda pierde su nombre ya que no son merecedores de mucho más, porque entre otras cosas ya lo he hecho y sigo haciendo en uso de mi libertad personal y de unos usos muy recomendables del propio aseo.

Yo, Jesús Rodríguez Arias, beso mi bandera porque ella es y simboliza a toda España a la que tanto AMO...

Jesús Rodríguez Arias