sábado, 18 de mayo de 2019

EGOS DE SOCIEDAD: DON YO.




Don Yo era el primero que se levantaba aunque hacía lo contrario en el mismo momento porque siempre ha sido muy suyo.

Don Yo nació en una familia bien pero que ninguno aguantaba al otro por culpa de sus egos. Porque Yo soy yo… ¡Qué va Yo soy Yo! Le respondía al momento su padre que era un augusto Yo de los de toda la vida.

Su madre era recatada y utiliza semejante forma de expresarse pero con la mirada lo decía todo cuando el hijo discutía con su augusto padre ella pensaba para sus adentros mismamente: Mucho Yo pero la que manda aquí soy Yo.

El augusto padre era presidente corolario de la Estirpe de las Babas de Alcanfor, honor que heredó de su magnánimo padre cuando murió de un ataque fulminante de ego.

Todos los miércoles de guardar se reunía con los demás miembros, se recubrían con su capa en forma de copa y se ponían a discutir, según escalafón de egos, sobre la importancia de la baba de alcanfor en el Peloponeso. A estas reuniones siempre tenía su hueco el Tostón Mayor pues era bien conocida la faceta del Alto Mandatario con sede en el ojo del mundo allá por la Conchichina de su afición a comer en estado vegetativo desde que los indígenas se comieron a su mujer mientras ululaban a pleno sol.

El Augusto Yo, Presidente Corolario de la Estirpe de las Babas de Alcanfor hizo saber una decisión tomada por él que para eso era Augusto y sobre todo Yo. Hoy hago saber ante tan magnánimos miembros, miembras y miembres, utilizaba un lenguaje inclusivo pues entre los capados había uno que había decidido hacerse matasuegra, que propongo como recipiendarios a los nuevos miembros que ahora relaciona el Excelso Secretario cuando deje de quitarse los pellejos de la bocamanga.

El Excelso Secretario no se dio por aludido y cuando termino con tamaña tarea dijo los nombres propuestos por el Augusto Presidente Colorario de la Estirpe.

Los recipiendarios que recibirán la capa en forma de copa son los siguientes:

Señora Zen Ardien, que dirige con éxito una red de instituciones dedicadas a la humanitaria labor social del “meteysaca” y que desde a partir de su ingreso todos los miembros corolarios tendrán sitio reservado en una cheslón.

Ilustrado Listo Tonto del Bote, que es miembro del consejo de ministro desde que su padre lo colocara cuando tenía la tierna edad de 56 años. Gracias a este ingreso esta Augusta Estirpe tiene garantizado todas las subvenciones que iban dedicadas al sector agropecuario porque la notoriedad de las Babas de Alcanfor es mucho más que otras y otras.

Y por último Don Yo, que tiene como único mérito ser hijo de su Augusto Yo y que con su presencia garantizará que la misma línea de sangre se mantenga en la presidencia de tan Alta Estirpe porque de todos es sabido que aquí se trabaja desde la democracia más vital y segura.

Los tres nuevos recipiendarios tendrán que pagar por su ingreso en carne, acomodos y nuevos egos respectivamente.

Una vez tomada posesión de sus respectivos cargos, bacanal incluida en la terraza del palacio del deshielo, el Augusto Presidente destituyó ipso facto al Magnánimo Vicepresidente porque se había liado con un estudio que le había encargado de él mismo. Nombró con todos los honores y el ribete pertinente a su hijo Don Yo que ese día creció de ego y prestigio no solo ante la Estirpe sino también ante la sociedad de declamadores de humo.

Después de la meditación tras la Suprema Baba en el sillón presidencial el Augusto Presidente Corolario de la Estirpe con capa en forma de copa, ribetes y jalones en las medias altas pensó que ya su hijo Don Yo tenía que buscar lo mejor para expandir la especie de los Egos Lustrados y tener un hijo al que pondrían Mini Yo que lo sustituyera en la Estirpe cuando estiraran la pata después de un ataque  Soberbia que es la muerte natural de los de su familia y él se veía que estaba cerca pues ya ni se aguantaba así mismo.

Don Yo entabló relaciones con Melindrosa del Yo Fermosa con la que casose y tuvieron su natural hijo descendiente de la mejor Estirpe. Le Fue impuesto el nombre de Mini Yo que con el paso del tiempo cambiaría a Yo a secas y cuando fuera de bien sucedería a su padre Don Yo en el mismo Yo.

Melindrosa, que no podía ver a su suegro porque decía tenía baba en la comisura de las legañas, de siempre ha sido arcana con su esposo desde el desposorio marital pero desde que tuvo a esa criatura con la que continuaba el Estirpe fue a peor pues su Augusto suegro, su Don marido, y su mini Yo hijo siempre estaban juntos comparándose unos a otros en su respectivo Yo.

Melindrosa conoció un día a Excelso de la Pléyade que era Corregidor en Imprentas Varias y le gustó tanto su conversación en muda sintonía que a la mañana siguiente vivían juntos, dicen que también revueltos, en su Palacio de la Guillotina Quebrada. Era tal el amor que le tributaba que Excelso de la Pléyade obsequiaba todos los días a su amante con una impresión hecha a la antigua usanza del desayuno que debía servirse o clock ni un más ni menos.

Don Yo, no podía aguantar el ornamento óseo que le regaló su malpreciada mujer y aunque intentaba mantener el tipo no podía hacerlo sin perder el equilibrio en constante ocasiones.

El Augusto Presidente Corolario que además es padre de un cornudo y abuelo de un Yo, aunque mini, en potencia se dedicó más al pequeñín pues el vicepresidente corolario había perdido el norte porque corneaba a cada esquina.

Don Yo fue desheredado de los rimbombantes cargos, de la Estirpe e  incluso de uso del Yo por ser un atributo familiar. Fue rebautizado, su ex-Augusto padre lo pagó todo para que quedara finiquitada la relación con ese ex-hijo tan maltrecho de sienes para arriba. Y Don Yo pasó a llamarse Don Corno.

Del Augusto, de Maxi Yo y de toda su Estirpe nunca más se supo salvo para recibir los estipendios que se acordaron tras el abandono del linaje familiar acordado. De la capa en forma de copa  se hizo un gabán para pasear por la popa del navío que lo lleva a otros mundos donde esconda su vergüenza entre calas y culos…

En ese viaje, que dio un viraje a su vida, conoció a Gnbo Ggueno, que ejercía de capitán del barco desde que su titular muriera ahogado en una salsa de pirañas con tropezones.

Gnbo era alto, con nombre extranjero, moreno de sol, de mar, de la brava o qué  más da. Le cogió por los hombros un día de noche triste que Don Corno pensaba tirarse por la borda de la mar y poner  fin a tanto infortunio, el no ser Yo pesaba más que los cuernos que Melindrosa le puso sin piedad.

Manos rudas y fuertes que lo sujetaron sin pasión, él mareado a algo duro, fuerte, se agarró y viendo que no había pasamanos Don Corno se asustó y comprobó que su propia mano estaba en el potolón que no es parte del barco para asombro de su propio Yo. Desde entonces no volvió a ser el mismo y ahora es reo de cama y habitación, que Melindrosa se fue con uno, su ex-augusto padre lo desheredó, y cuando todo lo tenía perdido encontró un navío, un capitán, su potolón, y ahora su Yo ya no importa mientras tenga enfrente o donde quiera a su otro Mega Yo.

Esta reciente relación ha sido portada de todos los periódicos de Egos de Sociedad pues el capitán no lo era, era el dueño de navío, y desde entonces Don Corno vive a cuerpo tendido...

Moraleja: Cuidado con los egos que te capan y no te dejan ver lo que tienes a la espalda.

Jesús Rodríguez Arias

lunes, 13 de mayo de 2019

¡LARGA VIDA A LA GUARDIA CIVIL!; POR JESÚS NÚÑEZ, CORONEL DE LA G.C.






Guardias civiles desfilan en el patio del Palacio Real de Madrid.
Una de las frases más célebres dedicada al benemérito Instituto, que hoy cumple 175 años, se debe al insigne escritor Benito Pérez Galdós. Fue publicada en 1900, con motivo de su décima y última novela de la tercera serie de los Episodios nacionales, titulada Bodas reales. Estaba dedicada al enlace matrimonial en 1846 de nuestra joven reina Isabel II con su primo Francisco de Asís.
Pérez Galdós, en pleno arremetimiento contra Luis González Bravo, presidente del Consejo de Ministros entre diciembre de 1843 y mayo de 1844, dejó para la posteridad una histórica y premonitoria frase dedicada a la Benemérita: “Y no fue su gobierno de cinco meses totalmente estéril, pues entre el miserable trajín de dar y quitar empleos, de favorecer a los cacicones, de perseguir al partido contrario y de mover, sólo por hacer ruido, los podridos telares de la Administración, fue creado en el seno de España un ser grande, eficaz y de robusta vida: la Guardia Civil.” 
Y así fue. Grande por ser la fuerza de seguridad del Estado español con el mayor despliegue territorial, dentro y fuera de la nación, así como en número de efectivos. Eficaz porque consiguió que los caminos del país fueran seguros, posibilitando la libertad de movimientos de personas y mercancías, lo cual nunca antes se había conseguido. Y de robusta vida porque sobrevivió, saliendo siempre fortalecida, a pesar de los sucesivos cambios de gobierno, regímenes políticos y guerras civiles.
Y así es, porque la Guardia Civil sigue siendo en 2019, grande, eficaz y de robusta vida. Continúa manteniendo el mayor despliegue territorial y número de efectivos, complementada con una potente proyección en el exterior, siendo la institución más valorada por los españoles y más solicitada por los organismos internacionales.
Sigue siendo la más eficaz como lo demuestra ser el artífice principal de la derrota de la banda criminal y terrorista ETA. Y continúa gozando de robusta vida porque manteniendo desde su fundación la misma denominación, sin renunciar a su naturaleza militar ni a los principios y valores que la forjaron, ha sabido adaptarse al devenir de los tiempos, actualizándose y modernizándose constantemente para servir más y mejor a la Sociedad que protege.
Todo ello comenzó a caminar un 13 de mayo de 1844. Sin embargo, llegar hasta esa fecha histórica, supuso recorrer un largo y complejo camino. Para entender el grave problema de seguridad pública existente y ser conscientes de la necesidad de crear la Guardia Civil, hay que conocer el escenario en que se encontraba sumida España.
Desde finales del siglo XVIII se necesitaba una institución de seguridad pública estatal, con carácter permanente, integrada por profesionales y desplegada por toda la nación.Pero la situación, desde principios del XIX, se fue complicando. Primero fue la Guerra de la Independencia (1808-1814), que dejó devastado al país. Después vino la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, para restaurar el absolutismo de Fernando VII en su estado más puro, acabando con el Trienio Liberal que había recuperado la derogada Constitución de 1812.
En medio de todo ello, entre 1810 y 1826, se produjeron las guerras por la independencia de la mayor parte de los territorios hispanoamericanos de ultramar, con el consiguiente desgaste económico para España.
Por último, tras la Década Ominosa (1823-1833), que concluyó con el fallecimiento del rey, se inició un conflicto sucesorio entre los partidarios de que la corona recayera sobre su hija Isabel, y los que defendían a su tío Carlos, provocando la Primera Guerra Carlista (1833-1840).
Toda esta serie de conflictos contribuyeron a aumentar la delincuencia y la inseguridad en una España eminentemente rural. Ello obligaba a recurrir con frecuencia al Ejército, para vigilar caminos y despoblados, así como perseguir a los delincuentes que actuaban organizados en bandas criminales.
Al grave problema de la seguridad pública se añadía otro, con vinculaciones directas con la delincuencia y que perjudicaba tremendamente a la Hacienda del Reino: la defraudación y el contrabando. Dicha actividad ilícita, ampliamente extendida también por todo el país, especialmente en costas y fronteras, causaba grave daño al Tesoro, al dejarse de ingresar los tributos correspondientes.
Al igual que ocurría con la seguridad pública, tampoco existía un cuerpo armado específico de ámbito estatal, que persiguiera fraude y contrabando, recurriéndose también con frecuencia al Ejército. En ambos escenarios hubo numerosos intentos de crear instituciones ejecutivas, pero todas desaparecieron, bien por nacer viciadas o por ser víctimas del juego político.

La creación de la Guardia Civil

Precisamente hoy también se cumplen 192 años de un proyecto poco conocido pero que pudo haber sido la solución a ambos problemas. Por real decreto de 13 de mayo de 1827, se dispuso que el Ministerio de la Guerra crease, “una fuerza especial separada de la del Ejército, que vele sobre los caminos, que asegure la tranquilidad del Reino, haga respetar la justicia, y persiga o contribuya a la persecución de los defraudadores de la Real Hacienda”.
Es decir, al margen del Ejército, cuya misión según artículo 356 de la Constitución de 1812 era “la defensa exterior del estado y la conservación del orden interior”, debía existir otra fuerza militar dedicada exclusivamente a mantener la seguridad pública y luchar contra el fraude.
Poco podía pensarse en 1827, que más de un siglo después ello sería finalmente realidad, cuando por Ley de 15 de marzo de 1940, se integró en la Guardia Civil el Cuerpo de Carabineros. Éste fue creado por real decreto de 9 de marzo de 1829, hace 190 años, para vigilar costas y fronteras y perseguir el contrabando .
Abolida la Policía del Reino por real decreto de 2 de noviembre de 1840, sin que al igual que el resto de instituciones de la época hubiera podido desarrollarse, hubo que esperar más de tres años a que se volviera a crear un nuevo cuerpo de seguridad pública.
El 26 de enero de 1844, bajo el gobierno de González Bravo, se creó por real decreto, en el Ministerio de la Gobernación, el Ramo de Protección y Seguridad, disponiéndose “la organización de una fuerza especial destinada a proteger eficazmente las personas y las propiedades”.
El 28 de marzo siguiente, se dictó un real decreto creando el “Cuerpo de Guardias Civiles”, dependiente del Ministerio de la Gobernación, “con el objeto de proveer al buen orden, a la seguridad pública, a la protección de las personas y de las propiedades, fuera y dentro de las poblaciones”.
Dos semanas después, por real orden de 12 de abril, se dispuso que se procediera a organizarse por el Ministerio de la Guerra, comisionándose tres días más tarde al mariscal de campo y II Duque de Ahumada, Francisco Javier Girón Ezpeleta. Presentadas enmiendas y reparos al decreto de 28 de marzo y ya con el teniente general Ramón María Narváez Campos en la presidencia del gobierno se aprobó su propuesta.
Finalmente, el 13 de mayo de 1844, se dictó el real decreto que definitivamente daría carta de naturaleza a la Benemérita, convirtiéndola así en la institución policial española más antigua que existe actualmente. ¡Larga vida a la Guardia Civil!
Jesús Núñez

* D. Jesús Núñez es Coronel de la Guardia Civil actualmente es el Jefe de la Comandancia de Algeciras además de Doctor en Historia y Escritor con una impecable hoja de servicios.

jueves, 9 de mayo de 2019

DAMIÁN...






Damián sabía que las alegrías duran poco en la casa del pobre, que la vida que  se veía desde esa pantalla plana que sobresalía de la pared no era la real ni mucho menos. Es la que nos quieren „vender“ los mismos de siempre que nos presentan lo peor de la cara de la vida haciendo parecer a los buenos malos malísimos y a los que no merecen ni el aire que respiran por zafios, traidores y veletas como ejemplos de honestidad a seguir.

Damián, hay que reconocerlo, es más de radio pues creció y envejeció con el soniquete de esas voces que salían del aparato voluptuoso que tenía su madre encima de la mesa de camilla donde se sentaba toda la familia tras almorzar. Mesa de camilla recubierta con una de aquellas mantas de entonces a modo de falda mientras la copa de picón hacía entrar en calor los gélidos cuerpos de los que allí se apiñaban.

Y recuerda los partes, la música de entonces, los programas, el teatro, porque para los pobres todo esto provenía del aparato de radio que un día comprara su abuelo Arsenio con unos atrasos que había cobrado de la última cosecha.

Virtudes se llamaba la madre de Damián y la verdad que la buena y hacendosa mujer hacía todos los días honor al nombre. Tenía dos hermanos más: Camilo y Rosita siendo nuestro Damián el del medio. Vivian en el domicilio familiar el abuelo Arsenio y la abuela Mariquilla, que siempre estaba alegre y veía el mundo color Esperanza, también la tía Mari Luz que estudió para maestra gracias a las becas que consiguió por ser tan buena estudiante pero cuando iba  a entrar en el colegio de Doña Nicanora cogió la polio y perdió la oportunidad de hacer su vida tal y como se la había imaginado. Ahora da clases particulares  en el estudio, la casa es destartalada y grande, a los chiquillos que van retrasados en algunas de las materias. También ayuda a la Iglesia con clases a niños desfavorecidos a los que ir a la escuela le supone tanto que no pueden hacerlo.

Esa era toda la familia porque padre murió demasiado joven para disfrutar de los suyos. Murió de un furtivo tiro que lo mató de inmediato. Padre se llamaba como él, Damián y era Cabo de la Guardia Civil en el pueblo donde le vio nacer. Allí se casó con Virtudes, que era la hija de Mariquilla la panadera y Arsenio que trabajaba en la agricultura desde ni se acuerda cuándo. Él acababa de ingresar en la Benemérita Guardia Civil y le destinaron a su pueblo pues su madre Justina padecía una enfermedad que la estaba degenerando por dentro y ya había perdido la cabeza. Gracias a las influencias que aún seguía teniendo Don Jaime, secretario del ayuntamiento, pudo hacer el favor de que el niño de Justina pudiera estar con ella, en su pueblo, en su casa, hasta el final.

La vida no es como uno piensa, sueña, sino como se la plantea Dios porque si la madre de Damián no hubiera estado malita o Don Jaime no hubiera tenido todavía influencias a lo mejor él nunca hubiera vuelto a su pueblo, sino de visita, y quién sabe lo que le hubiera deparado el futuro.

Pero su presente se llamaba Virtudes y se extendió con Camilo, Damián y la pequeña Rosita. En su presente también estaban Arsenio y Mariquilla, sus suegros, y Mari Luz, su cuñada, que es una mujer luchadora porque a pesar de tantos pesares ha sido capaz de ejercer la profesión que devocionaba por vocación.

Lo que no podía saber Damián es que la alegría de su ascenso a cabo duraría poco como todo lo que sucede en la casa del pobre pues un día Jacinto el guarda del coto de Don Julio, que según se decía era el hidalgo del lugar, le avisó porque estaba escuchando tiros de furtivos que se habían colado y aunque él le puso resistencia era unos cuantos que acabaron pegando tiros al pobre Jacinto que lo único que hacía era cumplir con su deber.

Allí se personaron el Cabo Damián y el agente Manolillo, un joven de poco más de veinte años, que había llegado hace poco al pueblo como su primer destino.  No avisó a Gervasio, el agente más veterano porque ya a sus 57 le costaba mucho todo lo que fuera el andar, correr, transitar por los campos y además había perdido vista. Lo dejó en el cuartel tras la vetusta y antigua mesa por si alguien necesitaba de la Guardia Civil que honran el lema que aparecía en todas las casas cuarteles: ¡Todo por la Patria! Y también todo por los españoles y por quienes lo pudieran necesitar.

Y aunque Don Julio los saludó al llegar a su casa del coto no pudo acompañarlos ya que superaba los ochenta y su caminar era lento y demasiado cansino. Se escuchaban los disparos, eran por la zona norte, y Damián junto a Manolillo y el bueno de Jacinto se fueron en busca de quienes estaban causando grave daño no solo al propietario sino a los vecinos que vivían de lo que allí se cazaba.

Fue demasiado rápido, según le contaron, pudieron apresar al cabecilla, muy conocido en el lugar, y a dos más mientras otros tres emprendían la huida hasta que llegó ese tiro furtivo que atravesó el pecho, y con este el corazón, del bueno de Damián que cayó muerto fulminantemente. Ese tiro furtivo mató a su Familia y entristeció a su pueblo. Del que apretó el gatillo nunca se supo pues huyó con los otros tres como cosa que se la lleva el mismo diablo.

Desde entonces nada fue igual en la casa de Damián, de su pueblo ni en el viejo cuartel de la Guardia Civil…

Eso le cuentan y recuerdan todos a Damián hijo, el mediano de la familia, todos  los vecinos así como Manolillo que acabó ascendiendo y el viejo Gervasio que tras la muerte de su superior y sobre todo amigo pidió seguir en su puesto hasta que ya la vejez lo obligó a abandonar.

Damián hijo supo desde chico que por su sangre corría el verde Guardia Civil y cuando tuvo la edad, los años desde la muerte de padre pasaron demasiado deprisa, pudo ingresar en la Benemérita Institución gracias al inmenso prestigio de su padre y también a la ayudita de Don Cosme, hijo de Don Julio que antes de morir dejó expreso deseo de ayudar a la familia del bueno de Damián en todo lo que necesitaran pues él dio su vida en su casa.

Damián, gracias a la ayuda del viejo hidalgo, pudo estudiar y por tanto acceder al cargo de Teniente aunque para eso tuviera que marchar del pueblo donde nació y hacer su vida en los lugares que estuvo. Con los años fueron muriendo sus abuelos Arsenio y Mariquilla, su madre Virtudes, al quedarse sola pues sus hermanos Camilo y Rosita marcharon a la capital para estudiar Derecho el primero y veterinaria la segunda, se dedicó a cuidar de su hermana Mari Luz así como ayudar en la parroquia y aunque Damián se las quiso llevar a su primer destino en un pueblo de la sierra de Madrid ellas prefirieron seguir en el lugar de sus vidas.

Y Damián subió y bajó España en los destinos que tuvo a su cargo con los años iba ascendiendo, llevando misiones de alto riesgo pues se hizo un especialista en terrorismo, llegando a llevar la jefatura de la brigada antiterrorista en los tiempos malos de ETA que mataba un día si y otro también.

Allí, en Bilbao, conoció a Itziar hija de Don Iñigo que era un empresario que se resistía a pagar el sanguinario impuesto revolucionario y que estuvo a punto de ser secuestrado si no hubiera sido por la rapidez del equipo que dirigía Damián, que ya lucía galones de Comandante y las medallas cubrían todo su pecho.

Se hicieron novios, se casaron, y en muchos lugares del viejo Bilbao tanto a ella como a su familia la condenaron a muerte pues el rostro de su padre, el suyo o el de su marido Damián aparecían tras una diana. Fueron tiempos recios aunque para ellos como pareja muy felices.

De su matrimonio nació Damián, Itziar e Iñigo que se convirtieron en la alegría de la casa. Lástima que su madre no los haya conocido pues murió hace unos años de una pulmonía mal curada y la tía Mari Luz no quiere moverse por ahora de su sitio.

La vida de Damián, Itziar y sus hijos fue siempre 100% Guardia Civil. Cuando fue destinado para ocupar una alta responsabilidad en Madrid con el grado ya de Teniente Coronel su suegro Iñigo, que había perdido a su mujer hace poco de una mala enfermedad, decidió marchar de su tierra, él que tiene los ocho apellidos vascos, porque estaba amenazado y todos sus trabajadores también. Decidió trasladar su negocio a Madrid donde, una vez más en su vida, tendría que empezar de nuevo.

Pero en la mente de Damián estaba volver a su pueblo con su hermana Rosita que ejercía de veterinaria y su hermano Camilo que había montado despacho junto a Don Cosme, hijo de Don Julián, pues el pueblo se había expandido mucho y salvo el centro que se mantenía igual lo demás se había expandido mucho hasta convertirse en el motor de la comarca. Hasta habían construido una nueva Comandancia que tenía competencia sobre un sector importante de personas. Este nuevo enclave tenía que estar dirigido por un coronel y que está vacante.

Damián pensaba en marchar para allá aunque tenía que terminar con asuntos que le competían en la capital de España. Itziar estaba por ello, los niños también, y el abuelo Iñigo que ya se había retirado de toda una vida de empresario quería descansar en un lugar en el que se sintiera como en casa. Ellos han llevado una vida trashumante por cumplir con su deber o por oponerse a lo podrido de una sociedad que alimentaba y alentaba a los asquerosos terroristas.

La mejor noticia se la dio su Jefe, el General Santiponce cuando le anunció que le había propuesto para el empleo de Coronel y que lo había recomendado para la Comandancia radicada en su pueblo pues ya sabía como sentía Damián. ¡Dicho y hecho!

Ya lleva algunos años desde que se reencontró con sus raíces, desde que abrazó a su tía Mari Luz muy anciana ella, desde que empezaran los almuerzos familiares con sus hermanos, cuñados, sobrinos… Iztiar, sus hijos y su suegro Iñigo se hicieron de allí pronto pues eso tenía su pueblo, que por mucho que hubiera crecido, es de brazos abiertos.

Le quedan pocos meses para pasar a la reserva y está en casa de su hijo Damián, que dentro de poco ingresa en la Academia porque quiere seguir con el linaje de la Guardia Civil. Y mientras se queda mirando esa pantalla plana que sobresale de la pared su mente retrocede a ese pasado que todos tenemos  y se acuerda de su madre Virtudes, de sus hermanos Camilo y Rosita, sus abuelos Arsenio y Mariquilla así como su tía Mari Luz mientras escuchaban aquél vetusto aparato de radio de su infancia mientras todos mantenían el calor en la mesa camilla con el picón encendido mientras Don Juan Tenorio hacía de las suyas…

Jesús Rodríguez Arias


sábado, 4 de mayo de 2019

EUNO ESTÁ QUE TRINA.




Euno está que trina desde su destierro en tierras tirolenses con los resultados de las elecciones generales de su España. Él quería haber votado por correos pero no encontró ningún buzón por lo que es uno de los poco que se ha abstenido.

Euno no quiere llamar a su padre ya que desde que se divorció de la desorejada de su madre no ha vuelto a entablar conversación con sus progenitores salvo para recibir el estipendio mensual que le hace tener cubiertos sus gastillos así como la suscripción a la revista Fuerza Nueva.

Encendió el canal de noticias de la 1 y después de la interesante película sobre las bondades de la II República pudo comprobar como estaba el patio  pues ya llevaban más del 50% escrutado.

Se puso colorado pues a nuestro Euno nunca le ha ido el rojo y cuando pudo cerrar la boca dijo a mirando la verde montaña: ¡Ezto ez un dezpropozito! ¡Dioz mío que han hecho miz compatriotaz! No podía comprender que el centro-derecha en los que algunos habían ganado escaños y uno que lo ha perdido todo no sumaran para hacer un pacto.

“Ezto paza porque mi Blaz Piñar no ha venido todavía en la zegunda paruzía porque zi no otro gallo hubiera cantado”.

“Loz piojozos de unidaz podemoz que han perdido un montón eztán contentos porque ze ven cogobernando en la moncloa, con o zin colchón”.

“Me ziento triste, ezto con Blaz Piñar no huiera pazado, él que era un hombre de loz de verdad, no habría concentido ezte atropello y zi hay que cerrar laz urnaz y dar otroz rezultadoz ze hace que de urnaz ezcondidaz y atropelloz hay algunoz que no pueden hablar”.

Al final, con todo lo que me prometieron, pensó Euno no sin razón, no han contado conmigo loz de Voz ni para laz generalez, laz autonómicaz, laz localez o laz europeaz…

No lo quería reconocer pero ha llamado a tal Marcial en varias ocasiones pero siempre salía la musiquilla de “banderita roja y gualda”… Y se quedaba con las ganas de poder preguntar como iba lo suyo…

Tenía el teléfono de Jacintete, que según el mismo es un vergel de abogado, pero después de lo que le pasó con él y que su padre tuvo que salir a su encuentro y mandarlo al mismo Tirol no se le pasó por la mente ni llamarlo ni nada de nada.

También se preguntaba, no sin razón, cómo estarían sus padres, como le iría con sus nuevas relaciones. “Hay que decir que la pareja de mi paciente papá tiene la voz un poco varonil y cuando la vi un día en tanga comprobé con miz mizmoz ojoz que tenía profuza vellocidad en laz piernaz y también en el ya me entiendez porque ze le formaba un bulto que rezultaba hasta feo”…

Euno, nuestro Euno, que se había criado feliz en una familia algo anormal en lo que a hermanos se refiere, “a ezo ze le llama ahora diverzidad”, que había estudiado poco y mal, que había llegado hasta donde ha podido, que se ha dedicado en cuerpo y alma a Blas Piñar y su Fuerza Nueva ahora cuando más necesita el hogar van sus padres y se divorcian. ¡Qué he hecho yo para que ze me trate azi”.

“Hay que reconozer que miz eztipendioz ze han multiplicado porque miz progenitorez  ze zienten culpablez de haberme dejado huérfano porque azí ez como me ziento, huérfano y zolito en la vida”. “Menoz mal que he conocido a Renate, una dulce jovenzuela tirolenze que parece se ha enamorado de ezte caballero ezpañol” .

“Cuando ella, que eztá un poquito rolliza, con zu cara blanca zolo adornada con coloradoz chapetonez,  me dice: “Jeuno,  fick dich  a mí ze me erizan loz velloz que habitan en miz fozas nazales como una ezpecie de excitación porque no ze lo que me quiere decir, pero zuena tan bien”…

Euno hay que reconocer que es muy Feliz fuera de España porque sus padres lo mareaban porque no podía ser quién en verdad era: ¡El discípulo fiel de Blas Piñar! Aunque estuvo tentado de entrar en eso de la política al final no cuajó porque el partido que lo rondaba no se parecía ni por asomo a la Fuerza Nueva que él admira hasta la degradación personal. Es feliz porque en estos bellos paisajes se pierde cada día, literalmente se pierde, es feliz porque no entiende ni papa y menos a él, lleva una vida algo anacoreta pero en la que se encuentra feliz y para colmo ha a ese amor de mujer rubia clara, de piel clara, chapetones colorados y rollizas manos que lo ha enamorado con frenesí.

Hoy está muy ilusionado porque piensa que ella le quiere presentar a sus padres. Él ha aprendido algo del idioma para decirles que está encantado, que pretende a su hija y viene a pedirle la mano. Lleva como regalo el anillo que le regaló su madre cuando cumplió los 16 que según decía era de su abuela materna. Era feo a matar pero un detalle es un detalle.

“Eztoy nerviozo, hoy Renate me ha dicho con zu voz cantarina: Ich möchte meinen Partner treffen y claro a ver cual ez el guapo que ze le rezizte. Zi ella quiere prezentarme ya a zuz padrez zerá porque le hago tilín“.

Llegó el ansiado momento: Renate llega con uno leggins a explotar y un blusón bastante suelto. Nuestro Euno le entra „la calentura“ pues está hasta los huesos.

„Renate, amor mío, que guapa eztáz“.

Ella no entiende ni papa y le dice con una voz algo más grueso de lo normal: „Ich denke, sie haben das falsche Bild fertiggestellt, jetzt wirst du sehen und wer ich wirklich bin, eine Frau mit Haaren auf der Brust“.

Nuestro Euno vio algo diferente a su Renate, a su rolliza enamorada, que tenía una fuerza descomunal porque casi lo mete en el coche de un empujón. Ya no la veía tan guapa, ya no le hacía tanto tilín…

„Me guzta la delicadeza, la feminidad, pero ezta chica parece muy bruta la verdad“…

Al cuarto de hora llegaron a un caserón perdido en el Tirol y en la puerta una chica un poco mayor que su Renate y cuando llegó le hizo una reverencia y le entregó ese pan de centeno que había comprado en aquella panadería artesanal antes de salir de su casa-hogar.

Allí, esperándoles, estaba Maultier que parecía cándida pero compuesta.

„¿Das ist das linnet?“ „Das ist richtig“ contestó Renate.  

Euno, que no entendía ni papa, empezó a buscar el anillo pero no lo encontró y se acordó en ese instante que lo había dejado en su camisa de Fuerza Nueva pues en un primer momento pensó ir a esta cita en uniforme.

Renate le disparó sin miramientos: „Euno, wir sind Lesben, aber Maultier will den Mann kennenlernen und wenn wir ihn nicht finden, haben wir an dich gedacht, obwohl du sehr klein bist“…

„Betreten Sie das runde Bett, das auch Hans ist, der pansexuell ist und versuchen möchte, einen von Blas Piñar zu bekommen“ …

Euno demudó el color de la cara cuando escuchó algo de lesben y de pansexuell y comprobó que estaba ahí de conejito, conejita o conijete de indias. Se puso serio, la rojez se enarboló de su faz, parecía tan enfandado que hasta se le saltaron las lágrimas y dijo mientras se daba la vuelta y corría como un poseso: ¡¡¡¡Mamá!!!

Y allí se quedaron compuestas y sin „novio“ Renate, Mautier y Hans…

Mientras corría Euno pensó a modo de consuelo: "Ziempre me quedará Blaz Piñar".

Jesús Rodríguez Arias


Nota: El interesante diálogo de Renate, Mautier y Hans se puede traducir del alemán al español. No quedaréis defraudados como tampoco quedó nuestro Euno.