sábado, 28 de enero de 2017

LA HISTORIA DE FILÓN, EL ROPASUELTA.




Resultado de imagen de dibujo cateto de puebloSiempre despotricaba de España a la que se refería por este país, no admitía la Constitución del 78 pues las demás no sabía ni siquiera que hubieran existido y por no admitir no lo hacía ni con la bandera que para él era un símbolo del facismo que todavía existe en este estado plurinacional. Se consideraba republicano pero no de sistema político sino de la II República y por tanto leía pocos libros y veía todas las películas de Bardem o Trueba.

Se había casado y descasado unas cuantas veces con su misma esposa de siempre. Había tenido tres hijos que los educaba con los valores democráticos que siempre se respiraron en su casa no obstante en su familia fueron represaliados y su padre visitó más de una vez la cárcel durante la dictadura lo raro es que después de la amnistía siguiera en presidio.

Él siempre decía que su padre tenía ideas propias y no quería indultos por sus convicciones y así enmascaraba que había timado a más de dos centenares de personas a las que había arruinado por una promoción inmobiliaria de la empresa de la que era dueño. ¡Esas cosas mejor callarlas que ahora visten mal!

Hoy en casa todos estaban muy nerviosos pues tenían un círculo con Pablo Iglesias y Echenique que venían a decir que teníamos que votarlos con cuántos móviles tuviéramos en casa.

Desde las últimas municipales él gobernaba el pueblo pues aunque ganaron los de la arcaica derecha no consiguieron la mayoría absoluta por un concejal y se unieron Pudimos y Podemos, que él encabezaba, los Sanchistas, antiguos socialistas que se dieron de baja cuando su admirado Pedro salió de Ferraz con una patada en semejante sitio, la izquierda de la izquierda, socios naturales de los primeros y los de “Somos Género” que como ellos se definen: Son muy versátiles.

Desde ese día lleva el bastón de mando, se sienta en el despacho del alcalde y cobra un generoso sueldo que todos los regidores anteriores han rechazado pues todos tenían trabajo y todos venían a servir y no a servirse como el caso que nos atañe.

Desde ese día Filón es alcalde ropasuelta de su pueblo que ha ido enrojeciendo de ira ante las cacicadas que comete un día sí y otro también con la aprobación y connivencia de sus compañeros de gobernante bancada.

Por ejemplo la Plaza del Tío Isidro, que fue un hombre muy querido que se dedicó a labrar su campo y dar de comer a muchos que pasaban verdadera necesidad y que el pueblo rindió un homenaje haciéndole hijo predilecto y dotando a la plaza principal con su nombre, se le cambió de denominación por la de Hugo Chávez. La Calle del Doctor Ceferino, cambió por la Fidel Castro o la Alameda de Sor Mencía por la de Pablo Iglesias...

Se abrió un punto de información para toda clase de orgullos y se cerró el kiosko de  Hortensia porque le faltaba no sé qué papeles. Así un largo etcétera que hizo que en este querido pueblo las cosas se iban poniendo de “morado a oscuro”.

Hasta una de esas de la Femen se atrevió a quitarse la camiseta en la misa del domingo a voces de “en mi coño decido yo” a la que una abuela se acercó y le dijo: Hija, ¿no te da vergüenza?

¿El qué el reivindicar los derechos de la mujer feminista, el derecho a decidir y al libre sangrado?

No hija, si no te da vergüenza enseñar tan poca cosa... Y se marchó a su banco.

La joven furibunda que además de ser choco le gustaban los bollos se fue en busca del alcalde para pedir que cerraran la Iglesia o que la quemaran como mejor condición.

Filón que es muy de izquierdas, muy del proletariado, muy bolivariano, muy pro-ETA, muy catalanista, muy de repartir todo con todos menos lo suyo lo primero que hizo fue comprarse un coche nuevo, un jaguar, porque lo bueno también tienen derecho a disfrutarlos los rojos.

Del balcón del pequeño Ayuntamiento se quitaron de la noche a la mañana las banderas del pueblo, porque tenían reminiscencia con el pasado, y la de España y se colocó la de la II República y la todos los orgullos habidos y por haber.

Se subieron los impuestos laicamente porque los gastos también habían subido y se le prohibió la entrada al partido ganador de las elecciones porque son de otros tiempo y se nombró no grato al anterior alcalde que gobernó más de 20 años con una mayoría aplastante y que tenía 78 años sirviendo a su pueblo desde siempre ya fuera en la labores del campo, era agricultor desde pequeñito, o desde el despacho del ayuntamiento donde se encontraba por las tardes hasta bien entrada la noche que volvía al hogar para cenar algo, dormir y volver a levantarse a las cinco de la mañana donde volvería a coger los aperos de labranza.

Se prohibió la procesión de la Patrona porque la calle es de todos y por tanto los laicistas deciden y se suspendieron los días de feria pues de siempre se ha celebrado corridas de toros.

Se desarrollaron talleres ocupacionales donde los temas versaron contra el ordeño, en una tierra de campo y ganadera, clases de estimulación sexual para mujeres y hombres ofrecidos por el coordinador general del “Orgullo de Asquí” o del “Libre Sangrado” ofrecido por una ponente venida desde el país catalán que solo cobró por una charla de día y medio más de 25.000 euros que no bolívares.

Este pueblo ya estaba dentro de la línea recta que manda todo círculo de ropasueltas y Filón además de alcalde era el coordinador regional de las mareas del campo y se perfilaba como sustituto de Er rejón en la dirección nacional junto a Pablo Iglesias.

Por eso estaba preparando este círculo con esmero al que había obligado a todos los vecinos a que asistieran si no querían que cerrara la Iglesia y tuvieran que pagar un impuesto más sobre uso y desgaste del suelo.

Se habían encargado 1500 camisetas moradas con un círculo en blanco y con el nombre del pueblo encima del de Pablo Iglesias.

Las mujeres en edad tenían que llevar un pantalón blanco manchado de tinta roja en homenaje al “libre sangrado” y el presidente de la cooperativa de ganaderos, con la amenaza del cierre de esta, portaría una pancarta en contra del ordeño.

Todos deberían ir oliendo a sudor y si puede ser también a huevos porque bien es conocida la repugnancia de todo ropasuelta que se precie al jabón y al desodorante.

El líder ropasuelta sería recibido en el ayuntamiento del cambio donde todos puños en alto cantarían la internacional mientras el alcalde le dará la llave de oro y un sobre con un obligado donativo voluntario del pueblo de 50.000 euros para posteriormente descubrir la placa instalada en el salón capitular con el nombre de Pablo Iglesias mientras las de la Femen, tetas al aire, vitorean al líder. Para Echenique, como no se han podido hacer las obras pertinentes, se han contratado a cuatro mozos de los del orgullo para que lo porten en procesión.

Luego Pablo y Filón saldrán al balcón mientras el pueblo grita a voz en grito: ¡¡Vivan los ropasueltas, fuera Er rejón!!

Se termina la fiesta con un almuerzo en honor de Pablo Iglesis y Echenique a los que están invitados todo el equipo de gobierno ropasuelta con sus más de 50 asesores, sus parejas o compañeras y compañeros sentimentales, los del orgullo, las del libre sangrado, contra el ordeño a una mariscada a base de cigalas y bogavantes, todo ello muy rojo, y jamón de pata negra que tiene un color amoratado.

Para el pueblo se servirá en una gran barra un plato de verduras a la plancha y una cerveza al módico precio de 15 euros que es un donativo que será destinado a la estatua de Pablo Iglesias que desde la fecha es regidor perpetuo de este humilde ayuntamiento.

Con todo esto seguro que Filón es nombrado alto responsable de todos los círculos, diputado en cortes y portavoz de lo que haga falta por no decir ministro.

Pero como la vida es muy injusta para todo ropasuelta a menos de un mes para la visita del gran líder la oposición con el voto a favor de un concejal que ya estaba hasta los huevos de Filón y sus felonías han montado una moción de censura y en menos que canta un gallo Filón y la partida de fantoche apesebrados se han visto apeados de los sillones y cargos e incluso su dudosa gestión ha sido puesta en manos de la fiscalía.

Dicen que Venancio, el alcalde, recibió un día una llamada de Madrid que según Hortensia que fue quien se la pasó dice que sonaba a metálico.

“¿Hablo con el alcalde Filón? Compañero, soy Echenique y decirte que te queremos un montón y que ir a tu pueblo nos hace mucha ilusión”.

Dicen, los que lo oyeron, que solo se escuchó un sonoro vozarrón que dijo: Filón, Pablo, Echenique y Er rejón de este pueblo se van a comer un mojón.

Desde entonces la normalidad ha vuelto a la Plaza del Tío Isidro, la gente camina por la Calle del Doctor Ceferino o compran y charlan en el Kiosko de Hortensia como si tal cosa, como es normal y corriente, como siempre ha sido en esta bendita España.


Jesús Rodríguez Arias

viernes, 27 de enero de 2017

CUANDO UNO VA CRECIENDO...




¿Por qué será que cuando uno va creciendo y busca el “hacerse” mayor también quiere dejar atrás parte de su vida con la intención de no volver jamás?

Eso le pasó a Julián y a tantos como él que pusieron tierra de por medio cuando abrieron el portón del hogar familiar para abrir el suyo propio.

Julián dejó pronto a sus padre y hermanos pues quiso ser libre para buscar y hacer realidad sus sueños. No sé si los consiguió o no aunque pienso que los sueños varían según vas abriendo y cerrando tacos de calendario.

Marchó pronto a estudiar fuera y fuera se quedó a trabajar. Con los años hizo una familia y ya allí donde estaba, por las circunstancias de la misma vida, por las inseguridades del presente, por los recuerdos del pasado, se le hacía muy difícil volver de donde salió una vez.

Lo más esas fugaces visitas que se hacen por Navidad o esas dos semanas cada dos veranos.

Pero los años no pasan en balde incluso para Julián que sin pensarlo mucho cumplía su sueño de mocedad: ¡Se hizo mayor!

Un día que volvía de las clases, ejercía desde hace mucho como profesor de instituto, recibió la llamada de su hermano Juan que le daba esa clase de noticias que nunca esperas recibir y que te pone en la realidad desde que terminas la conversación.

¡Papá ha muerto!

Tres palabras que resumen una vida entera.

Decir que a Julián se le vino el mundo a los pies es ser demasiado generoso con su verdadero estado de ánimos. ¡Papá ha muerto y él también un poco!

Había que volver pero no como en Navidad ni como cada dos veranos. No, había que volver para reencontrarse con su historia donde ya no valía eso de “cumplir y mentir”.

¿Qué he hecho? Se lamentaba Julián mientras abría las puertas de su casa y casi de forma automática daba la aciaga noticia a Remedios, su mujer, y a María y Julián, sus hijos.

¿Qué he hecho para abandonar parte de mi vida y darme cuenta tan tarde? ¿Cuántas veces mi padre habrá pensado en mí? Se lamentaba mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas hasta perderse por sus encanecidas barbas de maduro y sabio profesor.

No, no había malos recuerdos sino todo lo contrario sino que un día marchó para no volver jamás.

¡Pero había que volver y además hacerlo rápido sin tiempo a pensar!

Cogieron el coche familiar, dejaron atrás ese hogar que habían construído con toda clase de comodidades y también con muy poco trato personal pues eso tiene la modernidad que nos hace verdaderos extraños hasta los que habitamos en la misma casa.

No sabrían decir las horas que duró el viaje aunque sí que se les hizo un mundo. Llegaron a media tarde a su pueblo de la infancia, ese lugar donde había echado andar, el de sus primeras correrías, donde aprendió tanto en la vieja escuela de la mano de Don Nicanor, donde en cada casa tenía a una abuela, donde todos en definitiva eran una gran Familia.

Hacía poco que al lado del antiguo cementerio habían construído un pequeño tanatorio para que los parroquianos despidieran a sus seres queridos sin necesidad que tener que ir a la capital.

Fue directamente a encontrarse con esa parte de su vida de la que tanto renegó en obras y en hechos.

Allí en la salita estaba su madre, la hermana de su madre llamada por todos Tía Encarnación, los hermanos de su padre, sus tíos Rafael y Guillermo, sus dos hermanos con sus mujeres y algunos amigos que querían acompañar a la familia de Rafael que fue un hombre bueno al que todos querían.

Julián estaba un poco descuadrado pues todos mostraron un gran cariño hacia él, hacia su mujer e hijos. Se esperaba un recibimiento más frío pero fue todo lo contrario. Julián se iba reencontrando con parte de su vida a base de lágrimas y abrazos.

La Misa fue multitudinaria y el entierro íntimo tal y como quiso desde siempre su padre.

Se había propuesto pasar un tiempo determinado en el pueblo, en su casa, para estar con su familia de la cual desconocía casi todo, para hablar con su madre de su padre, para pasear con su hermano Juan como hacían cuando eran tan solo unos niños. Se lo debía a ellos pero sobre todo se lo debía a sí mismo.

Con su madre descubrió la grandeza de su padre y también la conoció a ella como nunca lo había hecho.  Con su familia redescubrió el pueblo, sus vecinos, sus amigos que lo fueron desde siempre y lo más curioso es que continuaban siéndolo y con su hermano Juan se descubrió él mismo.

¿Te acuerdas Julián, aquí jugábamos a las canicas? ¡¡Cómo olvidarlo!! Allí, señalando un montículo, nos escondíamos después de clases para hablar de nuestras cosas antes de llegar a casa.

¿Te acuerdas de casa? Su dedo señalaba un viejo edificio casi derruido donde las paredes que aun se mantenían todavía se mantenían.

Los ojos de Julián se inundaron al percibir tantos recuerdos, tantas emociones, tantos sentimientos cuando torpemente atravesó el hueco donde antes estaba la puerta del viejo cuartel.

Y en medio de ese patio lleno de jaramagos, piedras, musgos y grietas se encontró con su vida y recordó momentos únicos que no volverían pero que él en la madurez de su vida estaba reviviendo.

Y vio a su padre con su verde uniforme atender a Doña Juliana que venía a denunciar el enésimo robo de huevos mientras Remigio le traía ese bocata de morcilla que él mismo lo hacía desde que salvara a su hija de morir en un incendio.

Vio a su madre trastear con sus hermanos mientras todos íbamos a la Misa de Don Fernando cada domingo. La vio en sus quehaceres y también ayudando a parir a casi todo el pueblo pues de siempre había sido matrona. Vio tanto con los ojos envueltos en lágrimas que sintió muy mucho el haberse marchado sin más, el no haber querido volver, el no haber podido hablar con su padre mucho más, de no haber visto crecer a sus hermanos, sus sobrinos...

¿Qué he hecho? Le preguntó a su hermano Juan que lo miraba con esa clase de cariño que solo comprenden los que han pasado por esto.

¡Olvídate del pasado Julián porque ya no puedes hacer nada! ¿Qué has hecho? No, ¿Qué es lo que vas hacer a partir de hoy? Esa es la pregunta que tienes que hacerte pues solo tu tienes la respuesta.

Se quedó solo en le patio de la Casa Cuartel, se apoyó en sus quebrantados muros y lloró con esa clase de amargura tan honda como es la propia expiación de tantos pecados, de tantos olvidos, de tantos miedos, de tantas ausencias...

Después de volver a su casa y hablarlo con su familia decidió pedir traslado al instituto de su pueblo en el cual había una vacante, su mujer abriría un despacho en el mismo pues hacía tanto tiempo que quería cambiar de aires, de volver a vivir con su familia en otro lugar donde no hubiera tantas distracciones.

Sus hijos continuarían sus estudios en la capital que estaba a media hora en coche del pueblo. Todos querían volver pues todos habían descubierto que hay vida más allá de los rascacielos, las grandes avenidas, el ruído constante, las cegadoras luces, los interminables atacos, lo más avanzado de las tecnologías que hacen que poco a poco nos abandonemos a lo virtual y perdamos nuestro lado humano.

Hace tiempo que Julián había vuelto donde se había reencontrado con su vida y también con su familia incluida su mujer e hijos y hoy apoyado en la puerta del instituto espera a su madre que está tomando un café con su amiga de siempre mientras pierde la mirada allá en ese montículo donde se yergue el viejo Cuartel y parece ver a su padre mientras habla con Remigio que ha ido a llevarle su bocata con morcilla como cada día...

Jesús Rodríguez Arias



sábado, 21 de enero de 2017

"EGOS DE SOCIEDAD": DON TROCOLÍN, ESTUDIOSO DEL POSTÍN.

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Don Trocolín de Pellejo Estirado fue siempre un hombre sabio aunque desconociera el verdadero significado de esa aseveración.

Menudo y enjuto de cuerpo mantenía el tipo para que le quedaran bien la pernera del pantalón de su tío abuelo el Marqués del Sanatorio que así le llamaban por los años que llevaba ingresado por una afección irreversible de subida de ego.

Él había estudiado la licenciatura de “Catalizador de Orines” y pronto empezó a trabajar en el despacho de su padre con la alta responsabilidad de recambio de orinales y escupideras.

Su augusto padre llamado como el hijo del general Casildo tenía una empresa de envoltorios y derivados. Él fue un hombre muy progresista y que cuidaba al proletariado por lo cual como no lo dejaba ir al cuarto de baño pues la producción se paraba y por eso mismo le había puesto a cada uno sujeto por una cadena un orinal para compartirlo entre tres.

Él muy ufano le decía a su hijo: ¡Trocolín, hay que tener contento al personal!

Don Trocolín de siempre le gustó estudiar y escribir sobre las morsas y sus relaciones con el entorno. Fue tanto su ambigüedad de ideas que fue contratado por “El Relator” para que contara las cosas que rodeaban al poder.

Fue un gran paso pues dejó los orinales para entrar en el servicio.

Gracias a su mano derecha e izquierda, pues era ambidiestro, se llevaba muy bien con la clase política que sin ninguna clase le regalaban sus oídos a cambio de lo que fuera.

En poco tiempo entró a formar parte del poder dejando su relevancia en “El Relator” pues lo nombraron Delegado Unipersonal del Gobierno Ambivalente.

Pronto se acomodaría a este cargo y a sus pingües beneficios económicos. Tenía a subordinados que no le subían el sueldo desde que entraron y que siguieron así hasta que se fueron pero él, Don Trocolín, vivió como el “Marqués del Sanatorio” diciendo tonterías y no haciendo nada.

Los avatares de la política tiene que después de perder varias veces la misma elección entrara un nuevo gobierno como el liderado por Sarmientos Venales. Eran los “retroprogresistas” y enemigos ascestrales de lo conservador. En términos actuales serían la izquierda de la izquierda cuando te adelantan por la derecha.

Don Trocolín cesó de su cargo el mismo día que fue nombrado Secretario General de la Delegación del Abre y Cierre pues le unía una amistad con Venales después de conversar sobre la recuperación histórica de la memoria embalsamada de la lombriz dorada.

Al ser la izquierda de la izquierda cambió el sueldo a mejor pues es bien conocido la afición de Venales a los soldaditos de plomo.

Don Trocolín daba charlas por todo el mapamundi sobre sus años en “El Relator” aunque omitía su anterior trabajo en la fábrica de su padre ya que tendría que hablar de las condiciones de sus proletarios y aunque la memoria podría estar embalsamada el recordar ciertas cosas no sería nada bueno para el progreso de sus bolsillos llenos de egos y beneficios.

Y en una “abre y cierre” que duró un quinquenio cambió la tortilla y entro a gobernar sus ancestrales enemigos de la Unión de Urinarios y Cía.

En un abrir y cerrar de ojos se cambió todo de todo hasta llegar a gobernar a sus anchas.

Don Trocolín dejó el cargo por motu propio y después de puntapie en sus estiradas nalgas.

A su edad, con su experiencia, y sobre todo dignidad de ex-gobernante no podía incorporarse a sus labores didácticas pues “El Relator” hace tiempo que le dio la cuenta, cosa que nunca decía, por su inexistente vida laboral mientras ejerció en el mismo.

Como Don Sacramentos Venales era un gran conocedor de los soldaditos de plomo y las circunstancias que los rodean habiendo incluso escrito más de quinientos libros en un solo tomo formaba parte del prestigioso círculo de Estudiosos del postineo al cual ingresaría Don Trocolín con la famosa conferencia: “Las nalgas de los gobernantes no son de esponja, son de carne”.

Todos quedaron maravillados de su docta palabra, su lenguaje decimosexto, de su estirada pronunciación de la h muda.

Al poco escribió el famoso libro, de los dos que tiene, “Cómo ser sin haberlo sido” que consiguió la fiambrera de plata en el prestigioso premio de Cuellos Rígidos.

Con el pasar de los años consiguió desbancar a Don Sacramentos Venales como presidente emérito y nombrarse él para sorpresa de todos.

Famosas fueron sus actos en entre actos, sus discursos de bienvenida de casi hora y cuarto antes de abrir las puertas, su mirada fija en el bocadillo de lomo en manteca del empleado de turno, sus besos en las corvas mientras reverenciaba a los que interesaba y sus críticas a todos los que no pensaran como él cosa muy difícil pues no era de ideas fijas.

Se casó con Doña Chirimoya de Alcanfor y tuvo tres vástagos y dos jardineros. Pese a que a sus 89 no era todavía una persona mayor y gracias a su fuerza de voluntad, sus horas frente al espejo grapando los pellejos sueltos y betuneando su negro cabello cobrizo, sus 16 horas de sueño solo interrumpido por el cambio de fecha, su impresionante estudio sobre la valentía de la ameba, pudo mantenerse en el cargo hasta que el Don Sinifredo Cuatro Ojos le ofreció entrar en el nuevo gobierno de los pusilánimes con el cargo de “Mirón de Uno y Chivato de Otros” con pingües beneficios, poco trabajo y muchas fotografías en la sección de EGOS DE SOCIEDAD donde se encontraba tan a gusto saludando a los canapies que pasaban por su lado.

Y es que Don Trocolín es mucho Trocolín porque siempre ha dicho con sumo acierto:  “El postín no es el medio sino el FIN”.

Jesús Rodríguez Arias


viernes, 20 de enero de 2017

CÓMO HIJO DE POLICÍA...




Siempre a través de mis escritos he intentado ponerme en la piel de muchos y la verdad tengo que reconocer no me ha sido difícil pues con las connotaciones especiales de cada uno pienso que todos estamos en este mismo barco que son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado en el que cada uno ocupa el camarote que la misma vida le ha asignado.

Cada día que he abierto esta mi ventana lo he hecho con el único objetivo de honrar, defender, homenajear a tantos y tantos que dan sus vidas por todos nosotros, sus familias, amigos y cuantos estamos orgullosos de ellos. En esta sociedad tan rácana para dar un simple gracias a ese Guardia Civil que nos da paso o a ese Policía que vigila para que no pase nada y nos atiende con total amabilidad.

En cambio agradecemos y de qué manera a cualquier mindundi del artisteo barato que últimamente sobresale o ese astro del balón que gana astronómicas cifras por jugar al fútbol en el club correspondiente.

Nos gusta salir en una fotografía con ese político de turno para después por ambas partes en cuanto nos demos la vuelta si te he visto no me acuerdo.

Damos las gracias a todo bicho viviente menos a los que nunca se la damos y pienso que lo necesitan pues se están dejando su vida y la de los suyos por todos y cada uno de nosotros.

Objetivamente estamos moralmente obligados a dar las gracias a los servidores de España porque su trabajo y vocación es simplemente que nosotros vivamos en Paz.

Yo no puedo ser objetivo y tampoco imparcial pues soy hijo del Cuerpo Nacional de Policía que os puedo decir que es mi mayor orgullo y honra.

Mi padre fue un Policía ejemplar que murió demasiado joven por culpa de una rápida enfermedad. Mis hermanos sí pudieron vivir en primera mano su labor, su dedicación, sus vivencias en torno al Cuerpo. A mí me cogió demasiado joven, demasiado niño, aunque tengo grabada a fuego esa imagen suya saliendo a primera hora la mañana de nuestra casa que estaba al ladito de la Iglesia del Carmen en San Fernando para dirigirse a su destino en la Comisaría Provincial de Cádiz. Lo recuerdo siempre con su abrigo.

Recuerdo a los amigos de mi padre, también policías, que nunca nos abandonaron después de su muerte y las reuniones que hacíamos en el campo con sus familias que eran un poco las nuestras.

Recuerdo su placa en la mesa de su despacho en casa y el lugar cerrado con llave donde decían mis hermanos que estaba la pistola.

Fundas vi muchas, placas según cambiaban los tiempos, algún que otro carnet según iba ascendiendo o se hacía mayor aunque para mí, para los ojos de ese eterno niño, siempre fuese joven.

Por eso cuando un amigo mío hace más de 20 años me enseñó su placa de policía recién estrenada y me preguntó si me impresionaba le dije que no porque estaba acostumbrado desde antes incluso a nacer a verlas en mi vida pues mi casa fue la casa de un Policía. ¿Se puede tener más orgullo?

Con el tiempo que pasa demasiado deprisa se fueron muriendo los amigos de mi padre y casi todo ese vestigio iba pasando que nunca olvidándose. Estuve un tiempo donde mi conexión con la Policía fue escasa a pesar de mi condición de hijo aunque esta se relanzó y afianzó gracias a la Asociación de Distinciones de Mérito “Santos Ángeles Custodios” ya que gracias a este nexo de unión he podido a sentirme en Familia, conocer y contactar con muchos, buenos y queridos amigos Policías donde me encuentro tan a gusto y sobre todo tan Feliz.

Es como continuar ese eslabón que dejó hace 40 años mi padre, es como darle las GRACIAS a mi manera porque fue un buen Policía, un gran servidor de España, un padre extraordinario aunque a mí no me diera tiempo casi a conocerlo pues murió demasiado joven siendo yo tan niño…

Por eso cada viernes abro mi ventana, por eso escribo ya sea un artículo, un relato o esta carta a corazón abierto porque es mi forma de daros las GRACIAS, de deciros que os admiro, os respeto y también que os quiero como solo lo puede hacer el HIJO DE UN POLICÍA.

Recibid todos un abrazo lleno de emoción,


Jesús Rodríguez Arias

sábado, 14 de enero de 2017

LOS ROPASUELTAS: HISTORIAS QUE ERIZAN EL PELLEJO






Para ilustrar este nuevo capítulo de los ropasueltas y si los acuerdos de Vistalegre nos los permiten os quiero contar un cuento que no son los mismos que habitualmente ellos nos cuentan.

Este tiene como protagonista a Pedro Sánchez que también entra dentro los laicos cánones que distingue a todo ropasuelta.

Recorría el “Niño Sánchez” esta piel de toro llamada España, aunque estos la conozcan por “este país”, en una de las campañas electorales que hemos tenido donde todo se decidía el día de las “votaciones” que a diferencia de los ropasueltas son democráticas y sobre todo con las bendiciones de la legalidad pues lo que salga de las urnas es lo que en definitiva hay.

Eso que en los países democráticos es lo normal y corriente se vuelve en una excentricidad pues los ropasueltas son muy dados a un móvil, un voto u ocultar una urna para que se vote sin censo ni control tal y como le sucediera a Sánchez en el famoso comité federal en el cual tuvo que dimitir antes de recibir una sonora patada en el culo.

Pues a lo que íbamos...

Transitaba estos caminos de esta España federal según sus ideas con su buena percha, su sonrisa “marca de la casa”, haciendo bueno el sobrenombre de “guapo” que recibió por los enardecidos admiradores, que ya ni son tantos ni tienen nada que admirar, cuando llegó a ese lugar donde desde hacía tanto tiempo se quería hacer un “encuentro”.

Se acercan a él unos jóvenes con un señor tirando a mayor y le dicen: “¡presidente, no te vayas, que te queremos presentar a una persona muy querida!”.

Él, solícito, se acercó con su sonrisa y esa mueca que se le pone en la cara cuando está hasta los cojones. Le dijo a su asistente que tuviera cerca las toallitas de limpiar culos de niños chicos por si había que limpiarse las lágrimas de emoción que le dejaran en su bien planchada chaqueta casualmente sport.

“Este es nuestro padre que desde hace ya mucho tiempo sueña con el momento de darte un abrazo compañero”.

Sonrisa a lo “pedril”.

“Él es un represaliado de la dictadura y tuvo problemas con la justicia por defender los valores que nos son propios a todos los que tenemos nuestras ideas”.

Omitieron porque carecía de interés la etapa de su augusto padre en el Frente de Juventudes o cuando ejerció de Jefe Local del Movimiento de la localidad. Prefirieron olvidar la camisa azul y chaqueta blanca que tenía en su ropero, prefirieron también que ellos mismos más de una vez cantaron el cara al sol con el brazo en alto pues ahora eran de izquierdas, de puño en alto, camisa blanca bien planchadita y muy afines a los ropasueltas que son los que comulgan con las ideas del proletariado.

Omitieron que su familia siempre había sido de las de dinero y que precisamente se hicieron ricos en la posguerra.

Lo omitieron, porque como buenos ropasueltas, ellos tienen una muy selectiva memoria histórica donde hay que recordar lo malo tuyo y olvidar lo suyo que es peor.

El señor se “entregó” llorando a Pedrito que lo abrazó mientras cientos de móviles hacían uso de sus cámaras.

El buen hombre, con voz temblorosa, le dijo: “¡No quería morirme sin abrazar al próximo presidente del gobierno de izquierdas! ¡Y se echó a llorar a moco tendido como hacen todos los ordinarios!”.

"¡Gracias por tu servicio a este país! ¡Gracias porque tu persecución ha servido para que gocemos de la libertad! ¡Gracias porque con tu ejemplo y el de tus hijos seremos capaces de superar esos tiempos remotos que dieron esta caduca Constitución que tenemos y avanzar en un estado igualitario donde todos y todas, españoles y españolas, que luchamos por la igualdad de igualdades, donde tengamos, todos y todas, derecho a decidir y sobre todo, compañero y compañera, que nos ajustemos al ideario de Pablo Iglesias! Sonoro aplauso a moco tendido!"

Nadie cayó si se refería al histórico líder o al de los ropasueltas aunque al fin y al cabo no importaba.

“Te tendré muy presente cuando prometa el cargo de presidente y te llamaré para escuchar tus propuestas y lo que tengas que decir para construir entre todos y todas el futuro de este país”.

El represaliado por la dictadura aunque había sido Jefe Local de Movimiento se abrazó llorando y con hilillo de voz le dijo al líder de los líderes: “¡Yo no quiero entrar en el gobierno!”.

Otro aplauso, será por aplaudir...

Después Pedro se acercó al coche y se quitó la chaqueta mientras le decía a su asistente, que no solo los van a tener los ropasueltas, a media voz: “Compañero, otra chaqueta para la tintorería”.

Su coche se alejó en busca de más votos mientras la fiesta continuaba con mucho movimiento de mandíbula gracias a la barra instalada y los bocatas de “chopepó” que ingerían mientras la cerveza fluía alegremente.

El anciano padre se refirió a sus hijos: ¡Gracias por este momento tan memorable pero Franco imponía más!

Al final este buen hombre, represaliado por el franquismo, se quedó tan tranquilo y nunca recibió llamada alguna de Moncloa pues con el tiempo se enteró de que ese chico con cara de bobo había dimitido a marchas forzadas porque tras perder estrepitosamente las elecciones también perdió las riendas de su partido.

Un día le preguntó a su segundo hijo que sentía predilección por Pedro Sánchez: “¿Hijo, y ahora de quienes somos?”

“Padre, del que sea, del que esté, que a nosotros desde chiquititos nos enseñaste a vivir con y del poder”.

Historias de los ropasueltas que nos emocionan y hacen verlos de otra manera a lo que con nuestras obtusas mentes estamos acostumbrados.

Advierto, para los que son tan sensibles con la opinión ajena, que cualquier parecido con la realidad es solo eso, parecido.

Jesús Rodríguez Arias



viernes, 13 de enero de 2017

AL IGUAL QUE PADRE.




Cómo cada día después de Reyes Dimas se afanaba en sus cosas. Habían pasado esos días donde el trasiego en casa era más notable.

Habían sido unas semanas agotadoras para la abuela Genoveva y para madre porque padre no se preocupaba de las cosas de la casa pues él ya tenía bastante con lo que tenía.

Padre ocupaba desde siempre la jefatura del puesto y su sola presencia imponía un respeto que se volvía en cariño y admiración nada más conocerle porque a pesar de su corpulencia y sus anchos bigotes siempre ha sido un cacho pan como diría madre mientras planchaba junto a Rosa la hija de Serafín el carpintero.

No sé por qué pero en casa siempre había mucha gente. El pueblo peregrinaba por allí para ayudar a madre como a abuela Genoveva con todo el trajín que llevaban a diario con cinco niños. Madre estuvo muy delicada pues un día tuvo unas fiebres que la postraron en cama demasiado tiempo. Fue en esos tiempos cuando nuestros vecinos se hicieron “cargo” de nosotros y no había un día que alguien echara una mano. Cuando ya estuvo fuerte se mantuvo esos sólidos lazos de familiaridad con todos pues eso tiene un pueblo pequeño donde la alegría y las tristezas son un poco de todos.

Padre, que era un hombre muy recto y aunque sabía de mucho se perdía en casa pues su orden marcial hacía que cada cosa debería estar en su sitio aunque eso es más que difícil con cinco niños corriendo de arriba para abajo.

Quienes estaban a la orden de padre le tenían como referente e incluso Augusto, el cabo, cuando se casó le pidió que fuese el padrino pues Rómulo, padre de la que sería su mujer, había muerto hace poco por una pulmonía mal curada.

Padrino de boda y padrino de sus seis hijos que nosotros considerábamos como primos pues en casa se les quería y mucho. Eso tiene el vivir en una casa junta a la otra.

Ser el último de cinco hermanos es madurar antes de tiempo pues te llevas todas las collejas, las bromas y chascarrillos de todos, heredas la ropa de los mayores según vas creciendo y tienes que andar ojo avizor a la hora de la comida pues si no lo haces puedes que ese día  no pruebes el pan.

Ser el último de una familia como la nuestra es también sentir el calor, el cariño, la protección de tus hermanos, de tus primos, de tus amigos, de todo un pueblo. La verdad es que tanto a padre, a madre y abuela Genoveva se le reverenciaba en todo el lugar e incluso en la comarca pues conocían de su buen corazón.

Todavía recuerdo el día que abuela Genoveva se fue para el cielo. Era verano y hacía algunos días que no se encontraba como en ella era habitual. Fue a su Misa de cada día de las nueve de la mañana, se sentó en su banco de siempre y tras comulgar se durmió...

Todos lloramos a la abuela Genoveva porque al fin y al cabo había muerto la abuela un poco de todos en el pueblo.

La casa sin ella ya no era igual, no era la misma, y una cierta mezcolanza inundó cada rincón. Padre estaba más serio y madre se le notaba un poco perdida. Yo no lo comprendía bien porque no sabía lo que era perder a una madre.

Los cinco hermanos fuimos creciendo. Los dos mayores se fueron a estudiar fuera gracias a una beca, el mediano ingresó en el seminario pues decían nuestros mayores que tenía el fuego de la vocación. En casa solo mi hermana y yo quedamos como esos bastiones de la niñez que poco a poco iba entrando en la juventud.

Hoy es un día muy importante pues padre después de más de 43 años de servicio lo jubilan. Sí, lo jubilan porque él nunca lo hubiera dejado. Ha venido hasta el Capitán Rupérez para entregarle una medalla y comunicarnos su ascenso a Teniente. Pude ver los ojos llenos de recia emoción de padre, de absoluta devoción de madre, de mis hermanos que habían regresado a casa para estar junto a él. Los dos mayores estudiaron y ahora ejercen la medicina y la abogacía en la capital, el seminarista se hizo cura y ahora está en el pueblo de al lado como párroco de este y tres pedanías más alejadas unas de otras con decenas de kilómetros, mi hermana al final se casó con Anselmo su novio de toda la vida con el que regenta la carnicería y yo, yo soy GUARDIA CIVIL, como padre.

Jesús Rodríguez Arias

sábado, 7 de enero de 2017

"EGOS DE SOCIEDAD": DOÑA RIFAS


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¡Menos mal que terminan estas fiestas porque Doña Rifas se encuentra algo depauperada!

Y es que es muy difícil estar en tantas rifas, rastrillos, tómbolas solidarias al mismo tiempo.

Doña Rifa se prepara cada año para estar el último mes del mismo hasta el mismo del último mes.

Ella que rehuye de todo lo que es “prestancia” pues siempre ha sido avara desde que naciera. Casóse con un hombre mayor que ella aunque murió siendo joven.

Quedó viuda con un hijo y dos abuelas. Desde entonces no para de trabajar ayudando a los demás si hay fotos de EGOS DE SOCIEDAD por medio.

Siempre fue de clase bien y de cartera también. Luego emparentó con la nobleza tras desposarse con Onoberto Dos Manchas aunque todos le llamaban el “Condesito” por su afición a las fiestas con notorio “ambiente”.

Fue en una fiesta de sociedad donde se despachaba ego a mogollón cuando lo conoció una tarde gris de un cielo azulado. Ella bebían pacharán sin endrinas y él, recatadamente, un anisete.

Fue un flechazo pues ella se enamoró de las medallas que le colgaban ostentosamente y él del vestido de organdí que se había puesto para la ocasión. Enseguida se comprometieron y casaron en menos que canta un mudo.

Fue tan “delicada” su relación que no hubo “noche de bodas” ni nada que se le parezca. Él parecía ella y ella lo era sin más ni más.

¡Todo sea por el título y el palacete! Decía mientras ingería unas bolitas de alcanfor hechas por su amiga de siempre Petronila que había comprado en un rastrillo antes de que nadie se hiciera con ellas.

El “Condesito” era cada vez más delicado y tomaba el caldo de pollo con el dedo meñique estirado.

La madre de Doña Rifa que se llamaba Doña Rigoberta siempre le decía a su hija: ¡Te has casado con palomo cojo por muy “Condesito” que sea! ¡Cómo no engendres a un hijo pronto este te va a dejar con el primer patán que lo ponga mirando para Singapur! Y es que las dos eran muy finas.

Un día que paseaba por los amplios y nobles jardines del hogar conyugal apreció Doña Rifas que había llegado un nuevo mozo que ayudaba a Nicasio el jardinero para hacer el licor de melindres que tanto gustaba a su marido cuando se depilaba las cejas del sobaco.

Onulfo, se llamaba el gañán, y era más joven de lo que ella creía y más viejo de lo que aparentaba. Ella se interesó pronto por la horticultura y un día de los menos pensado pudo probar al fin el dulce sabor del nabo.

Fue tanto su aturdimiento que estuvo varios días sin querer ver a nadie más que a Onulfo que seguía con sus clases “prácticas” de como recolectar tan delicioso tubérculo.

Pasó el tiempo y un día se encontró algo mareada y que su liso estómago se había crecido el ciento y también la madre.

Doña Rigoberta, que era muy suya, le espetó mientras comía unos dulces de piedra pomez, que ella estaba preñá como los bollos y que eso no era del “Condesito” pues él era tan delicado que no lo veía dando empujones.

Doña Rifas le confesó a su madre su desliz en el aprendizaje de la horticultura y más concretamente con las esmeradas lecciones sobre el conocimiento del nabo y su repercusión en el ánimo.

Entre las dos realizaron unas acertadas conjeturas para urdir un plan con el que engañar al “Condesito” y atribuirle la paternidad del vástago a nacer en dos semanas más o menos pues una cosa es ser hijo de quien era y otra recibir el título y las propiedades de su delicado y melifluo esposo.

Un día que estaban dormitando en sus respectivas habitaciones, ella muy ufana fue al despertarlo y “sin querer” le cogió la rótula mientras él le decía que quería dormir más pues la noche anterior había estado con Rigoberto que era el que hace unos meses le cubría las espaldas.

Al día siguiente le informó que esperaba un hijo suyo y antes la sorpresa del “Condesito” le dijo que la rótula tenía la culpa.

Nació al poco tiempo una preciosa criatura de ojos verdes amapola al que le pusieron por nombre Onoberto Telesforo Onulfo Dos Manchas de la Barriga que se convirtió en ese preciso momento en el decimonono Condesito de La Minina.

Don Onoberto no pudo soportar esta situación y sobre todo el haber violentado a su esposa con la rótula y murió de pena ante la ausencia de Rigoberto que lo había dejado ante su decepción por su ambivalencia.

Del día a la noche Doña Rifa se convirtió en Condesita viuda de La Minina y usufructuaria del cultivo de nabos de Onulfo cosa que agradecía quedamente.

Doña Sudor, madre de su augusto marido viudo, se marchó de casa el día que salió el feretro y no volvió pues se instaló en la casita que su hijo le dejara de tan solo 8000 metros cuadrados.

Y desde entonces Doña Rifas además de atender la educación de su hijo que estudia en el prestigioso internado del penedés y las clases de horticultura que le da Onulfo y el nuevo aprendiz llamado Meneo se dedica a atender todas las tómbolas, rifas, rastrillos y demás actividades solidarias propias de su condición de Condesita viuda.

Es invitada para dar glamur y prestancia, cuando ve al fotógrafo de EGOS DE SOCIEDAD se coloca con gran presteza un delantal blanco y se pone al frente de la misma para ser fotografiada y entrevistada.

Cuando se va el reportero se quita el delantal haciendo un gorruño y deja a las chicas del servicio mientras ella y las demás se van a tomar un té con puro mientras critican a todo bicho viviente.

¡Y es que no todo el mundo puede llevar la fatigosa vida de Doña Rifas!


Jesús Rodríguez Arias