viernes, 20 de enero de 2017

CÓMO HIJO DE POLICÍA...




Siempre a través de mis escritos he intentado ponerme en la piel de muchos y la verdad tengo que reconocer no me ha sido difícil pues con las connotaciones especiales de cada uno pienso que todos estamos en este mismo barco que son los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de Estado en el que cada uno ocupa el camarote que la misma vida le ha asignado.

Cada día que he abierto esta mi ventana lo he hecho con el único objetivo de honrar, defender, homenajear a tantos y tantos que dan sus vidas por todos nosotros, sus familias, amigos y cuantos estamos orgullosos de ellos. En esta sociedad tan rácana para dar un simple gracias a ese Guardia Civil que nos da paso o a ese Policía que vigila para que no pase nada y nos atiende con total amabilidad.

En cambio agradecemos y de qué manera a cualquier mindundi del artisteo barato que últimamente sobresale o ese astro del balón que gana astronómicas cifras por jugar al fútbol en el club correspondiente.

Nos gusta salir en una fotografía con ese político de turno para después por ambas partes en cuanto nos demos la vuelta si te he visto no me acuerdo.

Damos las gracias a todo bicho viviente menos a los que nunca se la damos y pienso que lo necesitan pues se están dejando su vida y la de los suyos por todos y cada uno de nosotros.

Objetivamente estamos moralmente obligados a dar las gracias a los servidores de España porque su trabajo y vocación es simplemente que nosotros vivamos en Paz.

Yo no puedo ser objetivo y tampoco imparcial pues soy hijo del Cuerpo Nacional de Policía que os puedo decir que es mi mayor orgullo y honra.

Mi padre fue un Policía ejemplar que murió demasiado joven por culpa de una rápida enfermedad. Mis hermanos sí pudieron vivir en primera mano su labor, su dedicación, sus vivencias en torno al Cuerpo. A mí me cogió demasiado joven, demasiado niño, aunque tengo grabada a fuego esa imagen suya saliendo a primera hora la mañana de nuestra casa que estaba al ladito de la Iglesia del Carmen en San Fernando para dirigirse a su destino en la Comisaría Provincial de Cádiz. Lo recuerdo siempre con su abrigo.

Recuerdo a los amigos de mi padre, también policías, que nunca nos abandonaron después de su muerte y las reuniones que hacíamos en el campo con sus familias que eran un poco las nuestras.

Recuerdo su placa en la mesa de su despacho en casa y el lugar cerrado con llave donde decían mis hermanos que estaba la pistola.

Fundas vi muchas, placas según cambiaban los tiempos, algún que otro carnet según iba ascendiendo o se hacía mayor aunque para mí, para los ojos de ese eterno niño, siempre fuese joven.

Por eso cuando un amigo mío hace más de 20 años me enseñó su placa de policía recién estrenada y me preguntó si me impresionaba le dije que no porque estaba acostumbrado desde antes incluso a nacer a verlas en mi vida pues mi casa fue la casa de un Policía. ¿Se puede tener más orgullo?

Con el tiempo que pasa demasiado deprisa se fueron muriendo los amigos de mi padre y casi todo ese vestigio iba pasando que nunca olvidándose. Estuve un tiempo donde mi conexión con la Policía fue escasa a pesar de mi condición de hijo aunque esta se relanzó y afianzó gracias a la Asociación de Distinciones de Mérito “Santos Ángeles Custodios” ya que gracias a este nexo de unión he podido a sentirme en Familia, conocer y contactar con muchos, buenos y queridos amigos Policías donde me encuentro tan a gusto y sobre todo tan Feliz.

Es como continuar ese eslabón que dejó hace 40 años mi padre, es como darle las GRACIAS a mi manera porque fue un buen Policía, un gran servidor de España, un padre extraordinario aunque a mí no me diera tiempo casi a conocerlo pues murió demasiado joven siendo yo tan niño…

Por eso cada viernes abro mi ventana, por eso escribo ya sea un artículo, un relato o esta carta a corazón abierto porque es mi forma de daros las GRACIAS, de deciros que os admiro, os respeto y también que os quiero como solo lo puede hacer el HIJO DE UN POLICÍA.

Recibid todos un abrazo lleno de emoción,


Jesús Rodríguez Arias

5 comentarios:

  1. Admirable. Te honra a ti y a la memoria de tu padre. Que orgulloso se tiene que sentir.

    ResponderEliminar
  2. Admirable y conmovedor. Te honra a ti y a la memoria de tu padre. Que orgulloso se sentiría si lo pudiera leer. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Comparto contigo los mismos sentimientos, yo tambien soy hijo de Policía y socio de Los Santos Angeles Custodios y mi hija quiere seguir los pasos de su abuelo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Sin palabras orgulloso estara de ti alli donde este yo tb soy hijo de Policia Nacional

    ResponderEliminar