Después de 364 días de este año 2013 cada uno de nosotros deberá evaluar lo que ha significado. Si la balanza cae en la zona de las buenas cosas pues recibe mi enhorabuena y si, por el contrario, ha sido negativo, te pido que no ten vengas abajo. Verás como el 2014 es mejor porque si lo enfocamos desde el pesimismo, desde un aspecto meramente negativo, pues apañados estamos.
Mi balance en grandes rasgos: ¡Ha sido un buen año!
Cuando uno dice esto en el trabajo te ponen mala cara aunque esos no se den cuenta de que, al día de hoy, trabajar ya de por sí es un auténtico privilegio.
Si es en el terreno afectivo puedo decir que ha sido, lo es desde hace muchos años ya, sobresaliente, si es en el familiar; muy bueno, si es en el profesional; Aceptable, si es en la salud; mejorable, si lo es en las relaciones con los demás, con los que quieres y te quieren; perfecto y si me cuestiono sobre los que no me pueden ni ver, los que desearían que estuviera a miles de kilómetros de distancia diré que también es perfecto pues esos, aunque están en mis oraciones, no me interesan lo más mínimo.
Si hablamos de lo político ha resultado ser decepcionante y de como camina el mundo diré que hay que trabajar para construir entre todos.
En lo personal: ¡Magnífico!, en lo relativo a la fe puedo decir que me siento completo y que Dios me da, cada día que pasa, más fe, más ganas de vivir para y por llevar Su Mensaje a los más recónditos lugares sin temor a represalias, reprimendas y persecuciones.
En lo afectivo puedo decir que estoy colmado pues hace tiempo que encontré mi sitio y mi lugar que es desde donde estoy escribiendo en este momento este post a modo de recuerdos: Villaluenga del Rosario.
En fín, queda tan solo un día para que acabe el 13. ¿Cómo será el 14? Eso solo Dios lo sabe y nosotros tendremos que volver a poner toda la carne en el asador para que se cumplan nuestros proyectos y ayudar que el mundo, empezando por nuestra intimidad, vaya a mejor.
Jesús Rodríguez Arias
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