viernes, 27 de diciembre de 2013

FELIZ Y SILENCIOSA NAVIDAD.

Este año por fin he podido disfrutar de una feliz, santa y silenciosa Navidad y todo porque he defenestrado para los restos los mensajes tipo WhatsApp que me tenían durante los días 23, 24 y 25 de diciembre pegado al teléfono pues había que enviar centenares de ellos a amigos y conocidos.
 
No hay nada más frío que un WhatsApp en Navidad.
 
Miles de mensajes enlatados que te desean unas felices fiestas. Algunos son originales y escriben de su invención y otros copian los que reciben y así se hace una "cadena" interminable de frases y deseos hechos, fabricados y prefabricados por otros.
 
Hace cosa de un mes hice partícipe de una idea que me rondaba la cabeza a mi buen hermano José Carlos Fernández Moscoso. Le comenté que me gustaría que este año mi particular felicitación de Navidad sería una tarjeta, como a la vieja usanza, digital que tendría una imagen de Villaluenga del Rosario que tenía en mente y que me proporcionó mi buen amigo Berna Barea, la cual contendría una frase alusiva a la Navidad con profundo sentido cristiano y que firmáramos Hetepheres y yo. Enseguida José Carlos captó la idea y en pocos días ya la tenía disponible en mi ordenador.
 
En cuatro ratos durante los días previos a la Nochebuena y Navidad me dispuse a enviarla con ese regusto antiguo de cuando se escribía cada felicitación de puño y letra. Con esa misma ilusión la enviaba a mi familia, a mis hermanos del alma, a mis buenos amigos, a las amistades y los compromisos. Una tarjeta de Navidad para felicitar la Navidad. ¿Hay algo más auténtico y tradicional que eso? Donde se ponga una felicitación navideña de estas características que se quiten los WhatsApp o demás mensajes fríos e impersonales.
 
Este año además de recuperar el gusto por lo auténtico también se ha convertido en una Navidad silenciosa. Son pocos los mensajes que he recibido en el móvil y a todos le he contestado de la misma manera: Con nuestra particular felicitación.
 
Debo reconocer que he ganado en pureza y verdadera fraternidad pues aunque he recibido cientos de mensajes por vía correo electrónico, mensaje privado de Facebook, en mi muro de esta red social, por comentarios en sedvalientes.blogspot.com así como en reflexionesdesdeeltren.blogspot.com así como este de opiniondesdelaventa.blogspot.com así como he recibido pocas llamadas telefónicas y los que las han hecho me ha dado verdadera alegría de hablar con ellos porque hacía tiempo que no lo hacía.
 
Los demás, los puros compromisos que no se acuerdan de ti nada más que para felicitarte la Navidad, el Año Nuevo fechas en las cuales desprenden una extrema cordialidad y el resto del año no existes o lo que es peor intentan hacerte la vida imposible, no he recibido absolutamente nada y se agradece profundamente porque la Navidad, la verdadera Navidad está reñida con la falsa mezquindad.
 
No puedo terminar este artículo sin volver a agradecer profundamente a mi hermano José Carlos y mi buen y gran amigo Berna por su generosidad, por su creatividad y por su interés porque gracias a ellos he podido disfrutar de una Navidad más pura, más auténtica, más tradicional, en definitiva más Navidad.
 
Jesús Rodríguez Arias

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