domingo, 24 de noviembre de 2013

SUSANA I DE ANDALUCÍA.

Instalado, como estoy, en esta atalaya donde todo lo diviso, mucho me distrae, y me tiempo para escribir que es algo que me apasiona voy a expresar mis sensaciones hacia la nueva reina mora que gobierna los designios de la pobre y a la vez extraordinaria Andalucía.

Esta señora lleva toda su vida en política y esto lo digo porque a la larga estas cosas pasan facturas. Es más joven que la media y desde que llegó a la Presidencia de la Junta de Andalucía, de la mano del huidizo Griñán, ha intentado instalar "nuevas" formas al "discurso" oficial. 

Creo que lo está haciendo bien en cuanto a su partido porque desde hace mucho tiempo el PSOE necesita un discurso más actual, en el cual queden prefijados los pilares donde se sustenta España, la economía así como su labor de oposición. Desde el principio ha sido una voz discordante autorizada, y temida, para la vieja maquinaria que gobierna el PSOE a nivel nacional como un político momificado, cual Lenin, como es Alfredo Pérez Rubalcaba.

Pero parece que todo se queda en palabras, en intenciones, pues en esta vieja, pobre y desvencijada Andalucía todo sigue igual de mal. La Junta de Andalucía no puede permitirse ciertos lujos como es el de defender a encausados en la mayor trama de corrupción pública de los últimos tiempos: Los ERE.

Para colmo sigue coaligado con  el partido "donde dije digo digo Diego", antiguamente llamada Izquierda Unida, pues no hace tanto eran el azote de la corrupción, lo de Torrijos ha sido casualidad, y desde hace dos años comen y menean el rabo con cualquiera. Han sido máximos defensores de Griñán de toda la comandita que cesó con el viejo, que no honorable, expresidente.

Los miembros del gobierno IU en la Junta de Andalucía son el prototipo en la forma de vestir de los de Izquierda Republicana de Catalaluña. Es decir, corbatas a la altura del ombligo.

Este fin de semana, Susana Díaz, se ha coronado doblemente como presidenta de todos los andaluces y como máxima jefa del PSOE-A. La vi, por televisión, llegar al sitio donde se iba a celebrar el preparado y programado cónclave, iba alegre, se le notaba contenta y no era para menos aunque en unos minutos se me echó por tierra la posible expectación que pudiera tener. Antes de que ella hiciera uso de la palabra "actuaron" de teloneros: José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del gobierno y máximo culpable de que España esté arruinada, máximo responsable de que los etarras y los asesinos estén en las calles y que las víctimas hayan sido pisoteadas, máximo culpable de que en esta bendita Nación haya más de seis millones de parados, que exista el hambre y que todos estemos como estemos, José Antonio Griñán, expresidente de la Junta de Andalucía y anterior Consejero de Economía cuando empezó todo esto de la gran trama de corrupción pública de los ERE y que por esta razón ha dejado la presidencia de la Junta y azorado se ha refugiado en el Senado donde se encuentra tranquilo y aforado. Y, como no, Elena Valenciano que con su viperina lengua es capaz de todo y de no respetar nada.

Susana se le veía embelesada con las palabras de Zapatero y si este es el referente "moral" y "político" de esta señora, ¡Dios nos coja confesados!

Ojalá todo su argumentario se convierta en hechos por el bien de Andalucía y de España aunque permita que lo dude porque a mí todo lo que viene del PSOE lo pongo en cuarentena.

Desde este fin de semana todo será distinto para los "mandamases", algunos estarán alegres y otros llorarán por las esquinas, y todo seguirá igual para el pueblo llano y sencillo que hace ya mucho tiempo que pasamos de estas memeces porque estamos preocupados a ver como podemos llegar a mediados de mes.

Jesús Rodríguez Arias

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