El ministro Montoro hacía ayer unas declaraciones que sinceramente me emocionaron porque no podían caber en mí tantas muestras de agradecimiento, de reconocimiento, de puesta en valor al servicio que prestamos todos los Funcionarios de este país antes llamado España.
Cristobal con su sonrisa de siempre y sus mirada avispada daba cuenta de que si España estaba saliendo de la crisis económica ha sido en gran parte gracias a todos los funcionarios que hemos sabido sacrificarnos por el "bien común".
Gracias a nuestros esfuerzos, a todos los derechos sociales y económico que se han fundido, gracias a nuestro trabajo que se ha visto incrementado en horas aunque nuestro poder adquisitivo no para de bajar, gracias a que por arte del birbiloque nuestra paga extraordinaria de las pasadas navidades desapareció a mano de estos magos que tienen el arte de hacer invisibles nuestros consolidados derechos para que España ganara aunque los únicos que no han dejado nada en el camino son, precisamente, los políticos, los sindicatos, los bancos...
Para hacer esos recortes, que empezó el mamarracho de Rodríguez Zapatero, se escudaron en una dura campaña de desprestigio a todo el tejido funcionarial del Estado. Todos los que, en su día, sacamos nuestra plaza en propiedad, algunos hemos aprobado más de una oposición, con los principios de publicidad, legalidad, competencia e igualdad, éramos unos auténticos parias de una sociedad que debía darnos la espalda porque no podía permitirse que un funcionario cobrara más de 1.000 euros. ¿Qué se habrán creído estos flojos que solo saben tomarse el café y leer el periódico?
Llevamos tres años de auténtico desprestigio todos los que nos dedicacamos a la Función Pública, lo malo para estos políticos que mal nos gobiernan es que la mayoría somos independendientes, nos tenemos carné político alguno, no nos indetificamos con siglas a la hora de ejercer con nuestra función y aplicar la legalidad. España no es como los Estados Unidos que los departamentos funcionariales cesan cuando lo hace el presidente correspondiente.
¿Y ahora vienen con eso de que nosotros hemos “salvado” a España? ¿Qué reconocen nuestros impuestos sacrificios? ¿Que qué sería del país sin la clase funcionarial? ¡Ni que seamos tontos Sr. Montoro!
Cómo hemos sido buenos chicos, como nos han quitado de todo y nosotros hemos seguido trabajando y sirviendo a España en cualquiera de las Administraciones que es lo que sabemos hacer y para lo que nos “pagan”, ahora que se están tramitando los nuevos presupuestos, y que sin misericordia se acercan temidas fechas electorales y temen perder esos más de dos millones de votos que representamos, ahora el Ministro de “los dineros” nos dice, con el “gracejo” que tiene, que nos va a alegrar un poco y nos otorga ¡Un día! de todos los que nos quitaron.
¡¡Un día más de asuntos propios!! Eso sí de subirnos algo el sueldo o de devolvernos la paga extraordinaria de diciembre del año pasado, ¡Nada de nada!
Este buen señor se creerá que hoy todos hemos amanecido con una enorme sonrisa porque gracias a su palabras hemos recuperado el crédito social y económico perdido gracias, entre otros, a él y a su acólito Beteta.
Pensará que todos los funcionarios, como si fuésemos perritos, estaremos moviendo la colita por las migajas que nos han tirado para que así podamos lamer mejor el sucio y frío suelo.
Yo, en cambio, hoy me acuerdo mucho más que ayer del Sr. Ministro y le digo lo que sale de mi corazón exhultante de gozo:
Cristobal con su sonrisa de siempre y sus mirada avispada daba cuenta de que si España estaba saliendo de la crisis económica ha sido en gran parte gracias a todos los funcionarios que hemos sabido sacrificarnos por el "bien común".
Gracias a nuestros esfuerzos, a todos los derechos sociales y económico que se han fundido, gracias a nuestro trabajo que se ha visto incrementado en horas aunque nuestro poder adquisitivo no para de bajar, gracias a que por arte del birbiloque nuestra paga extraordinaria de las pasadas navidades desapareció a mano de estos magos que tienen el arte de hacer invisibles nuestros consolidados derechos para que España ganara aunque los únicos que no han dejado nada en el camino son, precisamente, los políticos, los sindicatos, los bancos...
Para hacer esos recortes, que empezó el mamarracho de Rodríguez Zapatero, se escudaron en una dura campaña de desprestigio a todo el tejido funcionarial del Estado. Todos los que, en su día, sacamos nuestra plaza en propiedad, algunos hemos aprobado más de una oposición, con los principios de publicidad, legalidad, competencia e igualdad, éramos unos auténticos parias de una sociedad que debía darnos la espalda porque no podía permitirse que un funcionario cobrara más de 1.000 euros. ¿Qué se habrán creído estos flojos que solo saben tomarse el café y leer el periódico?
Llevamos tres años de auténtico desprestigio todos los que nos dedicacamos a la Función Pública, lo malo para estos políticos que mal nos gobiernan es que la mayoría somos independendientes, nos tenemos carné político alguno, no nos indetificamos con siglas a la hora de ejercer con nuestra función y aplicar la legalidad. España no es como los Estados Unidos que los departamentos funcionariales cesan cuando lo hace el presidente correspondiente.
¿Y ahora vienen con eso de que nosotros hemos “salvado” a España? ¿Qué reconocen nuestros impuestos sacrificios? ¿Que qué sería del país sin la clase funcionarial? ¡Ni que seamos tontos Sr. Montoro!
Cómo hemos sido buenos chicos, como nos han quitado de todo y nosotros hemos seguido trabajando y sirviendo a España en cualquiera de las Administraciones que es lo que sabemos hacer y para lo que nos “pagan”, ahora que se están tramitando los nuevos presupuestos, y que sin misericordia se acercan temidas fechas electorales y temen perder esos más de dos millones de votos que representamos, ahora el Ministro de “los dineros” nos dice, con el “gracejo” que tiene, que nos va a alegrar un poco y nos otorga ¡Un día! de todos los que nos quitaron.
¡¡Un día más de asuntos propios!! Eso sí de subirnos algo el sueldo o de devolvernos la paga extraordinaria de diciembre del año pasado, ¡Nada de nada!
Este buen señor se creerá que hoy todos hemos amanecido con una enorme sonrisa porque gracias a su palabras hemos recuperado el crédito social y económico perdido gracias, entre otros, a él y a su acólito Beteta.
Pensará que todos los funcionarios, como si fuésemos perritos, estaremos moviendo la colita por las migajas que nos han tirado para que así podamos lamer mejor el sucio y frío suelo.
Yo, en cambio, hoy me acuerdo mucho más que ayer del Sr. Ministro y le digo lo que sale de mi corazón exhultante de gozo:
¡¡¡GRACIAS, GENEROSO!!!
Jesús Rodríguez Arias
Jesús Rodríguez Arias
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