sábado, 30 de noviembre de 2013

RECONOZCO...

Después de una semana sumamente interesante en cuanto a artículos o posts noticiables hoy me dejo llevar por esta sensación agradable para escribir por escribir.

Me decía ayer un buen amigo, en medio de una buena conversación, que qué iba hacer yo si dejara de trabajar, lotería de por medio, que me aburriría y mi vida en algunas cosas no tendría mucho sentido.

Sinceramente difiero de esa apreciación, muy respetable en su conjunto, porque debo reconocer abiertamente que, gracias a Dios, me faltan horas del día. 

Lo que a mi más me llena y me gusta es escribir.

Reconozco que cuanto más tiempo pasa, más llevo vivido, más cosas tengo que contar y menos que decir.

Reconozco que ya a estas alturas de la vida he encontrado mi sitio en la misma y que solo conocen y valoran los que quiero y me quieren de verdad.

Reconozco que tengo pocos amigos, hermanos del alma, pero son buenos, de los que puedes confiar.

Reconozco que la vida solo tiene sentido si te dedicas a las cosas de Dios por medio de los demás, que aunque la caridad empieza por uno mismo no podemos olvidar al que tenemos junto a nosotros.

Reconozco que soy feliz en mi matrimonio con Hetepheres porque es la mujer de mi vida, la que Dios tenía preparada para mí.

Reconozco que son muchos los amigos que han pasado por mi vida y que después con el tiempo he visto que no lo son. No pasa nada pues mientras ha durado nuestra amistad nos hemos enriquecido mutuamente.

Reconozco que ahora veo a mis enemigos desde otra perspectiva, más alejada, más turbia, más incapaz de hacerme daño. Mis enemigos se creen que pueden causarme dolor aunque en verdad me causan, de vez en cuando, dolor de cabeza.

Reconozco que prefiero lo sencillo a lo complicado.

Reconozco que me enamoro de esos paisajes que veo tan a diario de campo, sierra o el mar por simple que parezca.

Reconozco que prefiero una buena conversación porque siempre aprendo. ¡Tenemos tanto que aprender de los demás!

Reconozco que amo mis raíces, es decir, amo a San Fernando mi Ciudad Bicentenaria, amo mi pequeño Pueblo de Villaluenga del Rosario que me ha dado todo, amo el ser de aquí y no de allá como diría mi admirado Alberto Cortez.

Reconozco que pierdo las horas con un buen libro entre mis manos.

Me reconozco hijo de un Dios Eterno, Bueno y Misericordioso que da sentido a mi vida a diario.

Reconozco que a punto de cumplir mis cuarenta y cuatro años, ¡¡SOY FELIZ!!

Jesús Rodríguez Arias


No hay comentarios:

Publicar un comentario