jueves, 20 de agosto de 2015

SORPRESAS TE DA SUPLICIO, SUPLICIO TE DA SORPRESAS.


Resultado de imagen de niña repelente¡Agileo, deja el tesón en paz! Le decía comedidamente en voz en grito Suplicio.

Agileo era un chef de lo que había que tener en cuenta porque había incorporado a su carta de tapas unos cuantos platos de nueva creación que le estaba dando pingües emolumentos.

Croquetitas rellenas de arena de playa. Esta exquisitez se presentaba con una reducción de petróleo.

Queso de hígado de mamut. ¡¡Buenísimo!!

Tostas salpicadas de viruela. Este plato lo pedía la gente todos los días que no abría el restaurante.

Y para terminar el afamado postre de flan de hueso.

En “Perneras se come” todos los días había cola en el baño y contaba con reservas de meses en los hospitales de la región.

Agileo contrató a Suplicio después de terminar sus estudios con Fausta de Fausto Recuerdo tres días después de empezar el curso.

Fausta fue una grave decepción para Suplicio pues con el dinero “fresco” se había escapado con el pinche coreano Hortensio Mejorales.

Pero Agileo estaba allí, para alegría de Trófimo y Supli a pesar de que desconocían lo que le sucedía a la infausta de su hija pues estaban tomando la sombra a 56 grados en las Islas Salsi.

.¿Donosura marital no estás sofocado?

.¡Calla, calla! Estoy terminando que estoy terminando esta sopa de  letras haciendo cálculo.

Y así proseguía su felicidad.

Mientras Suplicio se apoyaba en el “tesón” de Agileo, D. Trófimo y Supli estaba felizmente sofocados en islas más allá donde el mundo termina y empieza y Fausta se gastaba todo su capital en provincias junto Hortensio la vida de Iracundo iba tomando algo más de forma.

En escasas fechas había sido ascendido pues de un tiempo a esta parte se afana en recoger las cacas mejor y más rápido que nadie, toda vez que después las vende y se está haciendo un portentoso desarrapado.

En el patio de los caballos el Subintendente de Carruajes y Postas le otorgó su primera medalla con distintivo marrón caca  y el cargo de Primer Recoge-caca con despacho propio en las cuadras.

Iracundo, que no ha sido muy agraciado en vida, se emocionó y una lágrima le recorrió las enaguas.

Después de un pequeño ágape con el mismo se retiró a la casita que había alquilado en medio del campo en plena avenida.

. ¡Sé que es una porquería de 526 metros cuadrados habitables con cinco hectáreas de terreno, pero por algo se empieza pensaba mientras se rascaba el refajo!

De vender los excrementos de los caballos a los agricultores así como la subida de sueldo  y como ya se relacionaba con la oficialidad poco a poco se iba aburguesando en formas y costumbres y ya se lavaba una vez cada vez.

.SimevieraahoraSuplicio,sumadre,suasquerosopadrequeestecontestariohallegadoaprimerrecoge-caca.

.Simevieramipadreseguroqueestaríaorgullosodesuhijoydejaríadeapadrinarloscaballistosdemarquetantodañomehanhechoenmiautoestima.

Iracundo, como el que no quiere la cosa, había conocido a la hija del farero que iluminaba todas las noches el faro para alumbrar a los barcos aunque estaban en medio de la montaña.

Marino Terrestre, que así se llamaba, siempre decía: ¡Aunque estemos en el campo eso no quiere decir que de un momento a otro aparezca un barco en medio del valle! Y cerraba los ojos que tenía abiertos mientras leía sus apuntes marinos:

Día primero: No se atisba ningún barco.
Día segundo: Lo mismo.

Y así todos los días de hace cincuenta y ocho años para acá.

La hija de los ojos del farero que no tenía otros que para el barco que estaba por llegar se llamaba Caudal Terrestre y vivían padre e hija ellos solos en el faro junto a 32 más de familia. Caudal siempre decía: ¡Qué sola estoy!

Iracundo y Caudal se conocieron en el banco. Estaban los dos sentados con la mirada perdida hasta que se encontraron.

.SoyIracundoDemenciano,Primer Recogecacadelserviciodecarruajesypostas.

Ella contestó tímidamente en un abrir y cerrar de ojos:

.Yo soy Caudal Terrestre y soy la única hija del farero de la montaña. Estoy licenciada en vapores. Estoy en edad de merecer y por eso, lo miró con ternura, nos casaremos dentro de tres meses.

Iracundo demudó el gesto de la faz la cual perdía color por cada hora que pasaba.

.¿Casarnos? ¿Quécoño?

Caudal respondió quedamente: ¡El mío por supuesto!

Y se terminó la conversación.

A Suplicio cada día que pasaba junto a Agileo le resultaba más difícil la convivencia pues el nada más que quería mostrar su “tesón” y ella manipular el brazo de mar.

Un día, cuando menos se lo esperaba le espetó: ¡Agileo, ahora te veo! Y se marchó para siempre dejando atrás una vida entre texturas.

Suplicio, mujer corajuda, no se podía permitir el lujo de volver a casa vencida y soportar los panegíricos de su padre D. Trófimo. Echaba de menos a Iracundo aunque también se decía que cuando lo volviera a ver ella debería ser alguien y no vivir de los ahorros de su madre.

Decidió visitar a una amiga del colegio con la que no se habla desde que esta le regalo un libro de fotos y Suplicio se lo devolvió a pesar de no suponer gasto para ella. ¡Así es Suplicio: Un suplicio!

Teca Moroles, era directora ejecutiva de la afamada empresa internacional “Potingues Afamados” y siempre que se encontraba con antiguas amigas les decía lo mismo: ¡Hola!

Suplicio llamó a la empresa de Tecla y convinieron que se verían en el despacho de la segunda por la tarde dentro de seis semanas. La espera se hizo eterna aunque el tiempo pasara.

Teca Moroles era una esbelta mujer de edad por determinar, peso por suponer y altura por estimar y con dinero suficiente para comprar todos los días un paquete hormigas en su salsa.

Cuando estuvieron una delante de la otra se miraron como si no se conocieran a pesar de que se habían visto la última vez hace tan solo 25 años.

. Hola, miró una nota que tenía en la mesa de la cómoda, Suplicio, ¿cómo estás?

. ¡Bien! Respondió porque no quería alargarse más.

.¿Tú me dirás?

.¡Yo te diré!

.A eso vamos.

.Pues mira que bien.

.Si es que...

. O no.

. ¡Quién sabe!

. A lo mejor.

Y después de esta nutrida conversación donde Teca Moroles entrevistó a Suplicio vio que estaba ante la mujer aguerrida que necesitaba para su negocio aunque no podía darle enseguida un cargo directivo pues tendría que empezar desde abajo.

.Suplicio, he decidido que entres a formar parte de esta prestigiosa empresa pero como eres nueva te vas a encargar de la Jefatura de Área de la Unidad y Sección de Cremas Caducadas. Tendrás un equipo de calamares en su tinta a tu cargo y el sueldo será superior a la nueva coordinadora del servicio de mujeres.

.¡Graciassss! Teca, sabía que no me ibasss a fallar. Para tu información soy licenciada en historia de la genealogía, cocino platos para rechuparse losss dedosss, tengo un novio que trabaja en el servicio estatal de Carruajes y Postas, un chico bien de los de toda la vida por Diosss, y soy ademásss, hija es que no puedo conmigo misma, mismamente, descendiente de Baltasar.

Teca, la miró a soslayo después de atender una llamada al inodoro y le dijo: ¡Empiezas el lunes aunque sea martes!

Y ahí empezaba el camino definitivo profesional de nuestra asquerosa Suplicio que ya podría volver a casa con los rulos bien altos y buscar a su amado que por aquel entonces preparaba su boda con Caudal Terrestre aunque él precisamente quisiera coger el primer barco que llegara a la montaña.

. Mira, padre. Este es mi novio, con el que me voy a casar en muy poco, que se llama Iracundo Demenciano y es un alto cargo de Carruajes y Postas.

D.Marino le embargó la emoción, antes lo había hecho la hacienda por impago de los dientes postizos de su tía-abuela Muda Habladora, y una lágrima le recorrió su cansado rostro de lobo de mar en montaña.

.¡Es lo más salado que he probado desde que soñé hace 69 años que estaba en el mar!

Mientras Iracundo pensaba rápidamente como quitarse del medio pues él no quería a Caudal ni para echarle al arroyo.

En la intimidad de su pequeña residencia pensó que había hecho bien a pedir cambio de destino urgente por alergia pues tenía las manos secas y con olor a caca.

.NosédondeestarémañanaperoalfareroasupuñeterahijaCaudalaloscaballossepuedeniralamismaMIERDA.

.¿Supliciodondeestás?

Y se durmió contando dinero como un buen desarrapado.

Jesús Rodríguez Arias

Nota: D. Trófimo y Supli prosiguen su viaje por la ruta del cóndor pasa.


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