Llega el tiempo del buen tiempo donde pasear por la calle o el campo se convierte en un placer.
Me gusta caminar oliendo a azahar. Hasta parece embriagador el envolvente olor que predomina en muchas calles de esta vieja Andalucía tan bonita, tan preciosa y tan menospreciada por los que la gobiernan.
Desde hace tan solo unas horas estamos en primavera y ya se nota. ¡Bien que se nota!
La primavera es un estado anímico, un despertar lleno de colores, sabores, olores, sentimientos. La primavera es la estación más bonita del año pues supone el abrir las ventanas a la alegría, al buen tiempo, a la calidez en el ambiente, al ánimo de nuestras esperanzas.
Atrás han quedado los tristes meses del otoño y del invierno donde el gris frío envuelve todo. Ahora todo ha cambiado y aunque haga frío es un frío diferente pues está lleno de bellas tonalidades. Podríamos decir que es un frío con más calor.
Las hojas verdes de los árboles pueblan los enrevesados caminos de nuestros campos y bosques. Nuestras montañas aparecen majestuosas a la vista de todo aquel que las quiera admirar, las playas empiezan a tener compañía y las ciudades y pueblos se llenan de gente que quieren pasear al atardecer que gracias a Dios se retrasa más.
Es la primavera una explosión de fervor pues en ella también se celebra y conmemora la Semana Santa que es el fiel reflejo de la religiosidad, de la piedad, del fervor de todo un pueblo hacia las imágenes que representan a Jesús y a María en un misterio pasional concreto.
Primavera de cera fundida y derramada en el suelo, de olor a incienso que mezclado con el azahar hacen el mejor perfume que nos podemos encontrar, de largas filas para contemplar unos Cultos, un Besamanos, una procesión...
Es el momento de vivir la fe desde las largas filas de los hermanos nazarenos y penitentes que realizan su particular Estación de Penitencia junto a sus amados Titulares de toda la vida, junto a su Hermandad de su alma, es tiempo de pasos, tronos que llevan al Señor Jesús en los sagrados instantes de Su Pasión, Muerte y Resurrección. Es tiempo de fe, pero de fe de todo un pueblo entregado a su particular forma de vivir el fervor.
Es primavera también un tiempo de Pascua donde gozaremos de la dicha de Jesús que permanece entre el Cielo y la Tierra hasta la hora de ascender a los cielos.
Es tiempo de alegría, de reencuentros, de abrazos y sobre todo de esperanzas.
Tan solo hace unas horas que ha llegado la primavera y ya la estoy degustando, disfrutando, gozando y abro de par en par esta ventana para que el aire puro y fresco entre hasta los más recónditos sitios.
Hoy, en el primer día de la primavera, "Desde mi ventana" se une espiritualmente a otro blog, al lugar donde escribe, es decir, deja suelta su imaginación, sus recuerdos, sus vivencias, mi querido amigo y buen hermano Juan Antonio Carrasco al cual le dedico este pobre post hecho desde el corazón. Y desde "El balcón" de latardetranquilablogspot.com tiene el inmenso privilegio de poder asomarse y observar paciente y sosegadamente todo cuanto acontece a su alrededor.
¡Por fin llegó la primavera!
Jesús Rodríguez Arias
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