sábado, 17 de febrero de 2018

DE DON ARDILLÓN...




Mi muy estimado Sr.:

Le escribo por vía epístolar porque no hallo asiento donde descansar la cabeza con dignidad. Cómo bien sabe Doña Ardillona, que se desposó conmigo cuando ya no era mocita, es una ardilla infiel que hace zorradas a diestro y siniestro.

Tenemos una familia pequeña y reducida de 55 hijos, 2500 nietos y 20000 bisnietos que todos viven en la misma zona pues de siempre hemos sido muy ardillas cluecas.

Sé que mi hija Ardi, que es inocentona y algo atontada, no ha salido a su madre, ha cautivado al cursi de su yerno que no sé qué ha visto mi peluda niña en ese pusilánime que no hace más que lloriquear por las esquinas, que se pone a conversar lastimeramente con las ocas y que suspira a moco tendido.

Si no fuese por mi penurría y mi desasosegada situación que atravieso por las repetidas infidelidades de mi Ardillona que me hacen esté como cabra loca ya habría puesto pie en pared o mejor dicho patas en el culo de su atontado yerno que prefiere a mi Ardi que es lo que es al pedazo de mujer que tiene y que vale tanto que incluso yo siento ardua admiración por ella.

De hecho le confesaré, de Ardillón a Caballero, que estoy haciendo todo lo posible por separarme de mi infiel mujer por su lío con lirón y cuando esté libre quiero hacerle llegar mis sanas pretensiones a su hija pues veo que es mujer para un Don Ardillón como yo. Sé también que usted verá con buenos ojos mi pretendida admiración pues es bien sabido sus devaneos con Ardillona cuando ostentó la alta responsabilidad de Policía Montada del Canadá aunque en esa época no la conocía y no puedo juzgar.

Mi admirado suegro de yerno tan mamarracho: Sólo decirle que le profeso admiración por haber llegado tan lejos pues está usted acá después de haber llegado hasta el Canadá ese, le profeso también admiración porque supo mantenerse firme a los encantos de mi Ardillona y le profeso más admiración todavía por poner firme al amamantado del ex-pretendiente de mi Ardi que nunca ha sido muy lista, a los hechos me remito, y lo único que persigue es comer una buena bellota.

No caiga en la tentación de enviar una misiva a la madre de Ardi que es ardilla puerca que le gusta mucho la zorronería y así de esa manera el pusilánime de su yerno seguirá hablando con esa oca del lago por la que últimamente está mostrando mucho interés.

En cuanto se anule mi relación con mi esposa le pediré a usted los nudillos de la mujer de su yerno para formalizar nuestra relación. La dote no es mucha: Un frondoso árbol en la parte alta del parque, tres ramas adosadas, 1000 kilos de bellotas y la receta de licor de jaramago que proviene de mis ancestros pues fue mi tía-abuela Ardillota “La Borrachona” fue quien la inventó y que ahora está muy cotizado entre los veganos esos…

Como dama de honor, cuya ceremonia quiero se celebre en el famoso y conocido estanque de las nutrias, quiero contar con esa chica tan amable y sonriente, Gema parece se llama y que es hermana de mi pretendido querer.

Quedo a su disposición suyo afectísimo,

Don Ardillón, su futuro yerno.


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