sábado, 10 de febrero de 2018

CUANDO GARCILASO NO QUISO SER ROPASUELTA...



Cuando nació su padre que era de la izquierda más radical que los radicales de izquierdas le dijo a su compañera sentimental Eufrasia que el niño se llamaría Lenín a lo que la buena señora se opuso, también radicalmente, porque no consentía que su pequeñín, que en vez pijama al uso llevaba una camiseta del Ché, se le pusiera el nombre de una momia. ¡Y así quedó el asunto!

Después de negociarlo lo registraron con el nombre de Raúl, como el menor de los Castro, y por lo tanto llevaría un nombre revolucionario y comunista como la URSS manda.

Garcilaso, que así se llamaba el padre de tan comunista criatura, era afiliado del partido comunista y líder sindical en su empresa de sidra y acorchados. Siempre fue de izquierda ya que su padre y abuelo pertenecieron al movimiento anarquista desde siempre.

Cuando conoció a Eufrasia no se casaron por la iglesia porque él era ateo y por lo tanto solo creía en Lenín y lo que dispusiera el politburó.

Siendo más joven visitó Rusia más de una vez en los comités de enlace comunistas donde respiraron el aire puro de marxismo-leninismo según mandan los laicos cánones. Eran recogidos en el avión, llevados a un céntrico hotel donde le esperaban altos mandatarios soviéticos, reunión va, viene, comida, cena y al final se lo llevaban de putas. Vamos lo que tenían la suerte de vivir los rusos de todo estamento y clase cada día de sus vidas.

Después eran puesto en la puerta del avión que lo llevaban a la capital de España para seguir trabajando por la causa y por la instauración de la III República marxista y comunista soviética.

Los años fueron pasando y Garcilaso se convirtió en un líder de masas obreras con la llegada de la democracia. Se presentó a las cortes por el partido comunista sección radical e igualitaria y consiguió su escaño en el gallinero.

Eufrasia de ser una mujer humilde dedicada a su marido e hijo se convirtió en la mujer del “deputado” que así era conocido en la localidad donde vivían.

Raulito fue creciendo en cuerpo y también en inteligencia pues había sacado la sesera del abuelo Remigio, que era comerciante y por lo tanto explotador.

Con los años y los devaneos de la política Garcilaso abandonó sus cargos públicos y se quedó con los privados pues era consejero de una caja de ahorros con sueldo alto y mejores derechos. Cuando fue nombrado dijo para sí: ¡Ya era hora que el  proletariado democratizara los bancos!

Garcilaso llegó por esas carambolas del destino a la vicepresidencia ejecutiva de la caja de ahorros que la verdad sea dicha ahorraba bien poco pues entre tarjetas y demás dispendios los clientes tenían cada vez más comisiones para pagar los lujos a sus directivos.

¿Qué ha sido de ese comunista que todo era de todos? Le preguntaba el viejo Egidio, histórico marxista que un día lo reclutó para la causa obrera.

¡Por favor no tergiveses querido camarada! Yo lucho por el bien del pueblo pero eso necesita dedicación exclusiva, viajar muchos, invertir tu tiempo en conocer el poder que mueve el mundo para después destruirlo por dentro.

Esa demagogia de la que hacía gala no contentaba al viejo Egidio que conocía bien el percal del que estaba hecho Garcilaso pero ya este es un caso perdido como todos los nuevos dirigentes de esta izquierda tan capitalista que existe no solo en España sino en el mundo.

Y se iba Egidio a su casa donde todavía tenía una foto dedicada de la Pasionaria mientras se decía para él: “Eran otros tiempos….”.

Garcilaso mandó a estudiar a su Raulito al mejor colegio privado, a la más prestigiosa universidad privada internacional, estudió un prestigioso máster y se codeó con la crema capitalista, financiera y empresarial del mundo mundial.

Eufrasia que se hacía llamar Eufri, por ser más in, le decía que tendrían que casarse por lo civil ahora que tenía amigos poderosos y de luna de miel le gustaría un viaje por el mundo en en quinmeri ese que vale tan caro. ¡Será por dinero!

La verdad es que a Garcilaso no le hacía gracia el hacer un viaje tan largo y no por el dinero pues eso lo paga la Caja de Ahorros sino por tantos meses junto a su mujer ya que como él era un hombre de mundo tenía dos amantes una de aquí y otra de allá. Mantenía tres familias. ¿Y después me dicen que no trabajo para el proletariado?

Pero un día cambió la tortilla y tuvo que cesar de su cargo en la caja de ahorros, cosa que agradeció pues a los nuevos mandatarios le tocarían justificar los gastos de estos últimos años. Cuando menos se lo piensen tendrán a Hacienda y la Justicia detrás y pienso que hasta puedan visitar la cárcel. ¡Es que estos capitalista son la monda!

Garcilaso se retiró a su finca de más de 7000 hectáreas donde tenía diversas plantaciones que hacían otros. ¡Y es que Garcilaso pasó de ser jornalero a ser “señorito”!

Un día recibió la llamada de un chico joven que quería entrevistarse con él porque quería le aconsejara sobre la economía mundial para un proyecto político y social revolucionario que pondría patas arribas a la misma España.

Fue con su maletín de Loewes y su corbata de cachemira a la reunión con cuatro hombres jóvenes pero listos como el hambre: Pablo, que lucía un frondosa y cuidada coleta, Echenique, cuyo motor era la cabeza, Monedero, un experto en relaciones democratizadoras de países ejemplares y un tal Iñigo que casi no habló. Todos con camisas blancas de lino o algodón y pantalón vaquero caído porque tienen escurridos el culo. Solo Echenique llevaba un jersy con rombitos de los de toda la vida.

Camarada Garcilaso, se levantaron y quisieron darle un piquito en la boca a modo de saludo a lo que él hizo agrio gesto porque era, y bien que se sabía, muy machote.

Esperábamos ver a un defensor del proletariado y no un alto ejecutivo, le espetó en la cara el que parecía ser el líder. En nuestra organización no se llevan maletines, sino mochilas negras, no usamos corbatas si no es para asistir a la gala de los Goya. Tienes que cambiar de indumentaria si quieres ser ropasuelta.

Garcilaso demudó el gesto y le dijo que él no creía en nada pues se pensaba que estaba ante una secta religiosa de esas que te impiden vestir como te de la gana.

Hemos pensado camarada, en ese momento el coletas le cogió la mano, que puedes asesorarnos en materia económica y social pues estamos enterados de tu implicación con la causa obreracomunistaleninista.

Queremos que seas el secretario del consejo ciudadano en el ámbito financiero y empresarial de todos los ropasueltas de este país. Tendrás que ingresar en las cuentas del partido un millón de euros para sufragar la campaña y como premio te pondremos en 36 en la lista electoral de Madrid.

Garcilaso en ese momento se levantó de la mesa y mirándolos con asco les dijo: ¡Ustedes no sois comunistas ni ná, sois unos mamarrachos! Y se fue sin pagar…

Ahora Raulito trabaja como alto directivo de un banco internacional, se ha hecho del PP y va en lista al congreso de los diputados. Tiene pareja y se llama Flor del Rastrojoseco y su padre es uno de los magnates del petróleo.

Hoy tienen cena familiar pues es la pedida de manos pues Raulito y Flor se van a casar por todo lo alto en la Catedral de la Almudena. Tras el intercambio de regalos y lloros se empezó el íntimo ágape de más de 700 personas del círculo íntimo de ambos.

Don Celso, padre de la novia y consuegro de nuestro Garcilaso, le dijo: ¿Recibiste ya la llamada?

Sí, querido Celso, le dijo Garcilaso, esta mañana me ha llamado Cristóbal porque quiere que mi nombramiento como Secretario de Estado se produzca en el Consejo de Ministros este próximo viernes y que Mariano está muy ilusionado.

¡Me alegro de tu nueva designación! ¡Vuelves por la puerta grande!

Sí, Celso y lo hago sobre todo para servir a España porque bien sabes que he sido de “derechas” de toda la vida…

Jesús Rodríguez Arias


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