Suelo recibir invitaciones a muchos actos y lo primero que hago es leer si el protocolo del mismo lleva etiqueta o no. Es lo mínimo para no faltar al respeto a los que invitan, a los demás invitados, al acto en cuestión.
Pero los "ropasueltas" estas "ataduras" se la pasan por la "sobaquera" de Maduro. Para ellos no existe la etiqueta y el protocolo como los demás mortales que viven en sociedad y en las normales normas de buena convivencia.
Los "ropasueltas" tienen "estilo" propio y se hallan en la trasgresión de costumbres y modos. Ellos a lo más podrían pensar que el término de etiqueta es el colgajo de cartón que tiene toda prenda donde nos informan con un lenguaje criptográfico donde nos "indican" de que materiales están compuestos y las "normas" de lavado para que la prenda en cuestión no se convierta en un abrir y cerrar los ojos en una de recién nacido.
Los "ropasueltos" van a su aire que no son los españoles sino los venezolanos, los cubanos y de un tiempo a esta parte los griegos.
¿Existe la etiqueta en los "ropasueltas"?
Categóricamente diré que ¡¡SI!!
Más adelante desgranaré en este serial del verano dedicado a esta nueva "tribu" urbana, porque en los pueblos de campo no tienen cojones de aparecer porque los que viven en pueblos de mar, montaña y campo no entiende de carajoturas porque estos venerables vecinos siempre saben estar porque la etiqueta es la dignidad de las propias personas que TRABAJAN a destajo de sol a sol para llevar un trozo de pan a sus FAMILIAS haciendo grande con su sacrificio a su respectivo PUEBLO. Los "ropasueltas" están a años luz de esta concepción de la vida.
Me podréis preguntar con toda razón si no existen "ropasueltas" en los pueblos y os diré que con casi toda seguridad es que sí aunque se tratan de "elementos" venidos de fuera para aprovecharse de la riqueza de donde en cada momento pacen.
¡Por favor, que me voy por los campos de Úbeda!
Sigamos con los actos donde se pide etiqueta.
En todo acto solemne para casi todos donde hay que vestir acorde al mismo un "ropasuelta" tiene sus propios cánones, escritos o no, y estos se componen de camisita blanca de lino o algodón por fuera del pantalón y arrugada por donde la espalda pierde su nombre que es decir lo mismo que el lugar donde se sientan.
Algunos la llevan impolutas como el concejal con el cual coincidí en un solemne acto castrense el pasado miércoles y que a pesar de su pulcritud desentonaba pues entre uniformes y trajes de chaqueta ver a un chico serio, ausente y totalmente fuera de contexto que resultaba llamativo al igual de interesante.
La mayoría llevan la misma con una "compostura" que puede deberse al detergente y a la plancha o al rigor del tiempo que llevan puestas en sus cuerpos y que le dan ese tacto firme debido al sudor, no de trabajar, y a la mierda, con perdón, de los que algunos que leen estos artículos se sienten molestos porque creen que mi libre opinión sobrepasa el respeto que piden y exigen aunque en verdad, como buenos "ropasueltas", no tienen ni se le espera.
Camisa blanca de lino y algodón, vaqueros y zapatillas de deporte es igual que traje de chaqueta oscuro y corbata.
La etiqueta para los "ropasueltas" sin lugar a dudas en ese trocito de cartón donde te indican con símbolos como tienes que lavar la prenda y que, como bien se entiende, ellos no comprenden.... al igual que yo.
Jesús Rodríguez Arias
Nota: También habrá que analizar la influencia del chandal de Castro, Chávez y Maduro en la mentalidad del "ropasuelta".
Mañana todos los "ropasueltas" tienen el corazón en Grecia y yo lo tengo en mi bendita España. ¡¡Salgo ganando!!
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