domingo, 2 de febrero de 2014

LOS "PERDONAVIDAS".

No esperen de mi actitud alguna de desprecio hacia este tipo de persona sino solamente rechazo la forma de ser y actuar de los que he denominado "perdonavidas".
 
Los "perdonavidas" son personas de sobrada prepotencia y orgullo que miran a los demás por encima del hombro, son rencorosos, soberbios a más no poder y el solo hecho de mirarlos te da la sensación que la bilis le está saliendo por la comisura de los labios.
 
Le gusta "ostentar" un cargo, hacer uso del mismo no para hacer el bien sino para "vengarse" de todos aquellos que no les cae bien, que es la inmensa mayoría, y sus tentáculos intentan llegar a destrozar si te coge desprevenido.
 
Es el "perdonavidas" un ser abyecto, de poca altura intelectual, y también de miras. Lo puedes ver paseando por la calle con una agenda, son seres pegados a agendas, las cuales lucen con verdadero donaire, son cortos de miras porque solo ven lo que tienen delante suya y no se preocupan de observar más allá.

Lo mismo los ves como miembro de una Junta, de una Directiva, ostentado alguna presidencia e incluso en una dirección general.

También están los "perdonavidas" de la casta política pero ese ya es otro cantar aunque similar al resto del mismo "gremio".
 
Aprovechan la mínima para quitarte del medio aunque para ello utilicen los resortes más burdos, caciquiles y nos le importa falsear la verdad para aniquilar a quien discrepa con ellos. Sus decisiones son palabra de ley a la cual no se puede contestar bajo ningún concepto.
 
Como buenos mediocres se reúne de los más mediocres. No olvidemos que la mediocridad llama a la mediocridad. Las personas de valía intelectual, académica, ejecutivas y de amplias relaciones son un verdadero problema para estos seres grises que presentan un encefalograma plano ante todo y con todos.
 
Son los que te vuelven la cara cuando vas a saludarlos, los que te gritan improperios delante de los suyos, solos nunca porque son unos verdaderos cobardes, los que te tratan con la punta del pie, los que no vale la pena ni mencionar, son los "perdonavidas".

Estos seres miserables en el fondo y en la forma no necesitan tomar de su misma medicina sino que se les debe tratar con esmerada educación, saber estar, cortesía porque en estos campos ellos están perdidos pues no saben moverse en el campo de la dignidad.
 
Jesús Rodríguez Arias

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