jueves, 26 de octubre de 2017

SIMPLEMENTE HÉROES...



Desde que entrara hace poco menos de veinte años en la Policía siempre ha vivido al límite su auténtica vocación. No, él no era mucho de estar en un despacho, encasillado bajo cuatro paredes por eso siempre que pudo elegir lo hizo con destinos donde se batirse el cobre significaba simplemente eso.

Incluso llegó a estar en lo que todos conocemos como “antidisturbios” donde al contra de la opinión y creencia mayoritaria puede decir que recibió más que dio y algunas cicatrices lo pueden atestiguar.

Sí, en este tipo de destinos ves lo que el rencor, el odio y la maldad son capaces de hacer pues hay que estar impregnados en estos para tirar una piedra a la cabeza, un tornillo o golpearte con saña con una barra de hierro. Siempre pasa lo mismo en un disturbio que solo aparecen en los medios fotos de policías con las defensas en las manos pero lo que no se ve es la otra cara, la que golpea con instinto asesino, los que se esfuerzan en hacer daño, los que actúan como la masa que son mientras los cabezas pensantes están muy tranquilos viéndolo todo desde la barrera de sus propias casas. ¡Esa es la diferencia!

Ya con los años, y con la cabeza abierta en dos ocasiones por los “defensores” de los derechos y de la libertad, supo que  Camilo se jubilaba después de más de 35 años de servicio. Le llegaba esa ansiada oportunidad de poder disfrutar de su mujer, hijos y sobre todo nietos. ¡Bien merecido lo tenía!

Un día hablando con él le dijo que pidiera su destino, que él hablaría también para que se lo adjudicasen, pues se necesitaba a una persona con arrojo, comprometida, valiente y con un buen corazón. Que ofreciera disciplina y cariño a la vez.

Lo pensó y repensó e incluso se lo consultó con su mujer y sus hijos pues eso sería residir en un lugar fijo y volver a tener una vida más o menos normal.

Decidió que sí, que se haría cargo de la Unidad de Guía Caninos de la Ciudad en la que estaban radicados.

Camilo se afanó en enseñarle todo lo que tenía que saber, le presentó las instalaciones y sobre todo a los perros que en ellas habitaban y que también eran Policías como los que visten de azul o de verde.

El primer día fue un mundo pues era todo sorprendentemente nuevo y ciertamente desconocido que llegó a amedrentarlo por la responsabilidad que había adquirido pues sabía que cualquiera de estos canes tenían que estar preparados para todas las emergencias y según cual especialidad tuvieran serían decisivos ya que llegaban donde las personas no se acercaban ni por asomo.

Horas y horas de entrenamiento, de adiestramiento, de convivir los Rufo, Roco, Yania y Porrón que ha sido el último que se ha incorporado y al cual está más dedicado pues tiene madera de ser un buen perro Policía como los son los compañeros que habitan en esta especial comisaría dentro de las instalaciones de la propia Comisaría.

Ha tenido que reconocer que después de tantos años de servicio, de ver y conocer más, que ahora se siente Feliz en su nuevo destino, que ha aprendido a querer y respetar la labor de los perros policías y de las personas que están a su cargo. Ahora tiene muchos compañeros del Cuerpo y cuatro muy especiales que son peludos con su chaleco azul que pone policía y que son también compañeros pero que le tienen un cariño y una fidelidad que son capaces de entregar sus vidas por defender y realizar la misión que él le mande en su momento.

Y es que estos compañeros peludos son verdaderos camaradas...

Hoy es un día triste en esta Unidad pues Roco se jubila ya que después del último rescate resultó herido y perdió una patita. Ya no era apto para el servicio y se va con todos los honores por lo buen policía que ha sido. Hasta le han dado una mención honorífica mientras se mantenía erguido con orgullo y su cuidador lo miraba sujetando la cadena con una mezcla de admiración, orgullo y honda emoción.

Le hubiera encantado llevárselo a casa pero es que ya tiene a dos que se jubilaron antes por lo que ha decidido acudir a esa asociación que se encarga de buscar apadrinamiento de los perros de la Policía, de la Guardia Civil, de las Fuerzas Armadas, que ya se han jubilado y que siempre encuentran la persona y la Familia adecuada para todos ellos. Se llaman “Héroes de 4 Patas” porque tratan con esos héroes peludos que se han dedicado a servir a España y a todos en su canina vida. Cuatro patas aunque Roco solo tenga tres pues una la dejó en ese desfiladero donde salvó in extremis a aquella familia.

Cuando habla con compañeros de los años que lleva en la Policía, con todo lo que ha tenido que llevar a cabo, con las misiones y los sitios en los que ha estado, siempre dice que lo mejor de lo mejor después de su Familia y de hacerse Policía es estar a cargo de esta Unidad donde sus compañeros no son solo compañeros sino buenos camaradas.

Se va contento porque hoy ha llegado Felipe que es un cachorro con el que debe empezar, se le ve Policía a lo lejos aunque tiene una mirada descarada que le hace presuponer que este también serán un buen guía canino.

Hoy quiero dedicar mi artículo a todos los que lleváis a cabo vuestra misión en este particular servicio dentro de la Policía, de la Guardia Civil, de la Policía Local o incluso en las Fuerzas Armadas porque sois esenciales, porque vuestro trabajo es muy necesario y vuestra labor tan bonita...  Y especialmente se lo dedico a mi querido amigo y buen Policía como es Manolo Cortés, sin más...

Feliz fin de semana si nos dejan en esta bendita España.


Jesús Rodríguez Arias

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