sábado, 14 de octubre de 2017

DON CELSO: DE CACIQUE A "DEMÓCRATA".


Don Celso nunca tuvo mano izquierda ni derecha y menos centro pues él provenía de familia de sangre cacique que no era un ron sino un rol. Don Celso siempre había conocido a sus antepasados situados en los distintos niveles de poderes y lo más bajo que conoció fue a su tío Ristrepo que solo llegó a ser presidente de la comunidad de vecinos pero como siempre se decía en las cenas familiares: ¡Algo es algo...!

Don Celso había heredado por papá y mamá y era archimillonario por lo que no tendría trabajar cosa que agradecía pues una mente malpensante como la suya necesitaba horas de asueto para maquinar.

Su excelso padre Don Celso murió a lomos de un caballo cuando echaba una canita al aire allá por Tanganica donde visitaba a su otra familia y no hay más que hablar.

Se omitieron todos los detalles escabrosos y fue enterrado en la mar cuando se hundió la barquichuela que trasladaban sus restos.

Su madre, viuda y residente en su casa, le dijo que desde este momento sería el cacique de la familia con mando en plaza y sillón consistorial.

Pero llegó la maldita democracia y ahora eran los vecinos los que elegían los mandatarios. De siempre su familia había puteado a los vecinos de generación en generación, se dedicaban a asustar viejas para echarlas de sus casas y después venderlas, y ahora eran estos últimos los que tendrían voz y sobre todo voto para decidir quién o no quién...

Para sorpresa de todo ganó las elecciones la coalición del progreso encabezado por Serapio, que era hijo de la Serafina la limpiadora, que se había hecho maestro y trabajaba en el instituto del pueblo de al lado.

De los 13 miembros de la corporación la coalición del progreso se llevó 9 y los de "Aquí mando Yo" encabezado por Don Celso tan solo obtuvo 4 de los ediles. A las siguientes desaparecieron pues eran público y  notorio que los caciques, aunque sonrían y se muestren amables, no quieren nunca nada con el pueblo.

Don Celso se casó con Remilgada que era la hija de su gran amigo Don Ambrosio que a su vez fue el cacique del pueblo de al lado.

De este interesado matrimonio nacieron tres vástagos porque los demás de Don Celso no se cuentan...

Celso, Remilgada y Eufrasia que era la más simpática y la más normal de toda la unión familiar.

Se dice que Don Celso murió de cólera cuando leyó con sus propios ojos que Franco había muerto y es que aunque habían pasado más de 20 años él nunca llegó a creérselo.

Celso quiso ser militar y participar en alguna guerra con medallas pero no dio la talla a la hora de acatar una orden, quiso dedicarse a temas notariales pero había que pasar el día firmando, quería dedicarse a criador de mirlos pero nunca supo bien que clase de bichos eran esos al final se dedicó para lo único que servía: ¡La Política!

El siempre fue un cacique y por lo tanto nunca creyó en la democracia y menos en los partidos políticos pero ingresó en un partido que se estaba haciendo y que representaba la derecha. Democracia y Participación así se llamaba y hay que decir que Don Celso no creía para nada.

Aprendió el arte de hablar bajo "argumentario" y chupar culo y rueda que viene a ser lo mismo...

Los Progresistas iban cayendo enteros gracias a los desmanes de unos cuantos y la mala gestión de muchos. Los que se salvaban eran verdaderamente queridos por su pueblo.

En su ciudad que el partido del que fuera el profesor Serapio alcalde durante más de 20 años desapareció y con él los votos y concejales que ostentaban desde que llegara la democracia los altos dirigentes llamaron a Don Celso que se estaba arreglando los pelos de la oreja para pedirle que fuera él quién encabezara la lista que salvo él estaría constituida por tontos. Estábamos en un momento histórico y ganar esta alcaldía vital para la credibilidad de los derechones de la derechona  que tan bien representaba Don Celso.

Se presentó con una lista con algún listo,algún cuerdo y los demás unos auténticos mamarrachos. Fue una sorpresa pero ganó por un voto a Sebas que se presentaba por progreso y sociedad. Eso hizo que le dieran el concejal que le otorgaba la mayoría.

El día que aposentó sus caciquiles posaderas en el sillón consistorial lloró de emoción pues se acordó de todas sus castas.

Don Celso volvió a ser el cacique que siempre ha sido por familia y gobernó los años que estuvo rigiendo esta población que poco a poco estaba de él hasta los huevos con mano dura, con caciquil chulería y con una mala educación.

No era raro entrar en un acto o en una reunión con la cabeza gacha, mirando para el suelo, sin saludar, lo más que decía entre dientes en voz alta que todos eran unos inútiles, mientras persistía que la suya era la única palabra a escuchar.

No era raro recibir una llamada, un "te lo advierto", un "ya verás lo que haces...", un...

Hacer no hizo nada por la ciudad de sus ancestros pero llevó el bastón de mando con esa clase de respeto que más bien causa temor.

Siempre decía: "Si no me respetan que me tengan miedo" que es una frase de una persona no solo democrática sino de buen corazón.

En las siguientes elecciones perdió las elecciones y tuvo que salir del ayuntamiento a huevazo limpio y aun hoy, cuando se encuentra alejado del trajín político y se dedica a no hacer nada, se permite el lujo de seguir amedrentando porque se cree que es alguien, que es el eterno cacique, pero es un mierda, una gran caca que se caga cuando ve a los que tanto daños hizo y sigue haciendo. 

Ahora Don Celso sigue mirando para el suelo pero no tanto por soberbia sino por miedo ya que no quiere mirar a quienes hizo tanto daño.

Y es que caciques hay en la izquierda, en la derecha, en lo que llamamos por centro, en los nacionalistas o los que no tiene ni idea porque todo cacique que se precie no tiene otro ideal que él mismo...

Jesús Rodríguez Arias 

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