sábado, 25 de marzo de 2017

SOY GÉNERO: HISTORIA DE AMOR ENTRE UN RETAL DE TELA Y UN ECOSEXUAL



Resultado de imagen de tela estampada hierbas

¡Qué difícil es mi vida como RETAL DE TELA!

Antes cuando era hombre, con cuerpo de hombre, con atributos de hombre, con pensamientos de hombre y me gustaban las mujeres no tenía tantos problemas como ahora pues vivía felizmente casado y todo era “normal”. ¡Todo por culpa del heteropatriarcado!

Desde que salí del costurero y me haya declarado como Género y dentro de este como RETAL DE TELA he dejado de tener pensamientos de hombre aunque dicen, yo no me lo creo, que todavía tengo el cuerpo y los atributos de hombre. ¿Qué harán los ultraortodoxos para hacernos ver lo que en verdad no somos?

Yo cada día me encuentro más vaporosa, me arrugo pero me levanto, tengo calor o frío según el género de tela que sea como retal. Unos días estoy alegre y mi vida está llena de colorines y otros todo lo veo negro como la moña de luto. Brillo como la seda, soy cálido como la lana y lo que no me pueden decir es que soy más falso que el poliéster.

Gracias a que soy GÉNERO Y RETAL DE TELA se ha abierto un mundo tan diverso, tan amplio, tan versátil, tan plural donde todos nos toleramos con la máxima empatía. Lo mismo conoces a ese chico que ahora es chihuahua que a la señora que es portaretrato, a ese hombre que dice que su vida es una mierda y ha decidido hacerse inodoro, que los que son pétalos de azahar, ese hombre que ha decidido hacerse gallina con huevos pues para ser capón siempre hay tiempo.

Ahora estoy muy pendiente de esa criaturita que tiene que tiene problemas de sobrepeso y la edad no se corresponde con la mental. Ahora como retal de tela soy amigo, amiga o lo que sea de ese hombre que es un tierno bebé de 300 kilos que cuando te ve te dice con voz ronca: ¡Ajó! Y cuando te vas se despide con una sonrisa angelical: ¡Te vas al car...”ajó”!

Pero lo mejor tenía que llegar cuando he conocido a ese género que son los que se declaran “ecosexuales”.

El otro día un matojo de hierbas me propuso que tuviéramos un devaneo entre las sábanas...

Es halagador hasta el extremo este matojo de yerbajos:

¡Anda, retal que te mueves mejor que un jaramago!

¡Quién fuera césped para que extendiera tus telas!

¡Me gustaría rozar mi arbusto por los pliegues de la seda de tu retal!

Yo, que soy Género y retal de tela, que ya no soy ni hombre ni mujer me emociono y me animo aunque esté más rígida que cuando veo la aguja venir para mí. La señora portaretrato me dice que tenga cuidado que todos los matojos son mala hierba y parecen que son puro jazmín y luego no llegan ni a cardo borriquero.

Hemos quedado en vernos para conocernos mejor y si todo va bien acabaremos en el lecho para que explore mis pliegues como si fuera la primera vez.

Nada más vernos me ha dicho que le “pongo más que un aspersor” y que daría hasta la última gota de savia por los poros de mis entretelas.

Como retal me he ruborizado y el matojo se ha lanzado sobre mí...

¡No sé cómo he salido del envite pero os puedo decir que lo veo y me dan arcadas, lo recuerdo como una apestosa alga en medio de un charco puerco llenas de moñigas de vacas que también son género pero apestosas, calentitas y blandas!

¡Con lo bien que estaba cuando era hombre!

Chissss, que no me oiga Pablo Iglesias, Cifuentes o Garzón porque me mandan al sastre y entonces en vez de matojo me voy a comer un mojón...

Jesús Rodríguez Arias

Apartado “Piropos del perfecto ecosexual”:

¡Eres una flor!

¡Te mueves más armoniosamente que las hojas de una lechuga!

¡Perdería mi mirada en el corcho que te tapa encina mía!

¡Recorrería cada nudo de tu tronco!

¡Te quiero roble!

¡Eres más triste que un ciprés!

¡Te mueves más que un acebuche!

Los más explícitos los dejamos para otra ocasión.


Si al lector, que no tiene por qué ser género, se le ocurre otra clase de piropos por favor no dudad en escribirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario