domingo, 17 de julio de 2016

LA MOCHILA DE LOS ROPASUELTAS.





Pienso, porque es bueno de vez en cuando el hacerlo, que esta semana no le voy a dedicar de forma expresa el artículo a esta panda de mamarrachos ropasueltas, de los detritos que están esparciendo por nuestra bendita España, de sus iras propias y que bien se encargan de hacer que sean ajenas.

No, hoy no voy a escribir si Julito ha perdido el avión o Pablo ha ordenado, mediante besito en la boca, el cargarse a los que como él no opinen con mucho amor. Si Echenique es el nuevo motor ropasuelta o la Yaya Carmena necesita pañales para limpiar el oso y el madroño que después de tanto orgullo dicen que huele raro...

Hoy, voy a escribir de un elemento ropasuelta que se quedó en el tintero del teclado cuando hace más de un año escribía o describía este nuevo concepto social y que algunos hicieron suyo y ahora ponen kilómetros de distancia abominando de todo lo que dije digo y digo Diego, digo yo.

LA MOCHILA DEL ROPASUELTA

Si os fijáis todas son negras, no sé si de la misma marca aunque si del mismo estilo. La usa desde el líder hasta el último del último del círculo. Me imagino que las habrá más cara o baratas aunque eso no importa porque al final siempre la pagamos los que pagamos todo en España: ¡¡Nosotros!!

Una buena mochila de todo ropasuelta tiene que ajustarse bien a la espalda y sobre todo a la zona de las sobaqueras.

Una mochila de este prototipo humano si no huele a sudor es que es de la casta.

La usa desde Pablo, Er rejón, Bescansa, Echenique, Colau,  Kichi, la Yaya Carmena.

Tere de Kichi, líder ropasuelta de Andalucía también la porta con arte y alegría.  Es muy bien llevada por Cañamero y también por el eterno candidato que de nuevo perdió el avión y también el escaño. Me imagino que también la usará con garbo el nuevo “Miguel Hernández” ropasuelta que como todos sabemos se llama Bódalo.

¿Qué llevan los ropasueltas en la mochila que da la sensación de que no pesa?

El móvil con su correspondiente cargador, algún bolígrafo, un pen, papeles arrugados con el argumentario ropasuelta: "Echenique dixit", un bocata de chope pó y una lata de cerveza.

Se desconoce si llevan artículos de higiene personal pero seguro que no papel higiénico pues eso es cosa de ricos según dice con madurez Maduro. Ya os digo yo que desodorante no que contamina.

Negra mochila negra,
de tela y sobada,
negra oculta la mierda,
no el olor a sobacada.

Todas del mismo tamaño,
todas de la misma textura,
todas del círculo morado,
y todas, todas ocultan.

El desodorante no se lleva,
agrede el medio ambiente,
y eso a los “ecologetas”,
les puedes, bien que les puede.

Olor que se retroalimenta,
se evapora en el vacío,
no hay mayor pestazo,
que el del sieso de un tío.

Negra mochila, negra,
de morado rojerío,
los que tiran las piedras,
y lloran esmorecíos.

Por favor si queremos ser unos ropasueltas como quién sea manda, que para eso hay que ser laicistas, no nos puede faltar los siguientes elementos imprescindibles: Camiseta sudada, pantaloncito corto con muchos bolsillos algo caídos de culo, chanclas con sudor de años, pelo engominado en las sienes a causa de la pringue de tiempo, barba de varios días, axilas peludas, móvil última generación en la mano haciéndose “afotos” a sus caretos por doquier y... ¡¡La mochila negra!!

Si se va de etiqueta puede variar en camista blanca de lino o algodón, pantaloncito vaquero y bambas aunque algunos se ponga arrugada chaqueta por eso del protocolo.

El Adrián, concejal gaditano, se ha saltado todas las normas al asistir a la recepción ofrecida por el Consulado de Argentina pues ha utlizado con elegancia y soltura un traje-chaqueta que no hace si no mostrar del abolengo de su prestigiosa familia aunque en el día a día vaya después disfrazado de ropasuelta.

Para terminar este especial dedicado a las mochilas os dejo con unos versos del nuevo “Miguel Hernández” que desde presidio nos hace llegar sus negros sentimientos.

Estoy loco por salir,
por salir estoy loco,
me quiero ir de aquí,
aunque me trague los mocos.

Soy pacífico, de verdad,
se acabaron los guantazos,
como Otegui soy de paz,
y también de Juana Chaos.

Quiero vivir en Venezuela,
donde todo es libertad,
vivir en la decencia,
con Maduro y los demás.

Julito sácame general,
Echenique no me olvides tío,
Tere, que no puedo más,
que me encuentro muy joío.

Y para terminar quiero dedicar mis últimas palabras al libro que le regalo el líder ropasuelta el presidente Obama y que este olvidó en España.






Regalo fui de Pablo,
Obama me dejó en un banco,
a América no viajo,
soy olvido de los olvidados.

Dedicatoria infame,
con faltas de ortografía,
no hay quien me salve,
maldita suerte la mía.

Bueno, ahora cojamos nuestra mochila y con puño en alto, con lo que cansa eso, nos despedimos de los ropasueltas hasta la semana próxima.


Jesús Rodríguez Arias 

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