Reconozco que hablar de las víctimas del terrorismo para mí es un tema demasiado sensible y no porque yo lo sea sino porque sé del dolor tan extremo que ha causado a esta bendita España unos pistoleros sanguinarios, unos asesinos sin escrúpulos, unas hienas que no se arrepienten del mal que han hecho, unos tipejos con el corazón lleno de mierda.
Reconozco, será porque soy hijo de Policía, que ha sido mucha la sangre derramada por servidores de esta Nación al que quieren generalizar llamándolo país y que se llama España más que les pese a algunos personajillos de postín, papel satinado y escenarios televisivos.
He crecido entre bombas, tiros en la nuca, viendo desfilar demasiados ataudes de hombres y mujeres que servían a España desde la Policía, la Guardia Civil, las Fuerzas Armadas, Jueces, Fiscales, Profesores, Políticos coherentes, hasta cualquier profesional, cualquier mujer, niño que pasaba por "allí", que iba a comprar a un supermercado o vivían en las Casas Cuarteles.
He crecido viendo las lágrimas derramadas de muchas Familias rotas que no destrozadas, he crecido con el estupor de que a menos que canta un gallo, y por intereses políticos, los gobernantes han dejado libres a estos criminales sanguinarios y auténticos hijos de puta por no sé que acuerdo con los asesinos dirigentes de esta banda mafiosa y criminal.
He crecido presenciando el éxodo de demasiados vascos de origen y herencia por el chantaje del "impuesto revolucionario" que tenían que pagar para que los dejaran en paz, si la paz con esta gentuza fuera posible, y así de esta manera este grupo de mercenarios poder seguir matando, secuestrando, regando a este bendito terruño llamado España de sangre y dolor.
He vivido todo esto y la verdad que a mis cuarenta y cinco años de vida cuando uno ya va atesorando una cierta memoria histórica personal tanta sangre y tanto dolor no se puede, no se debe olvidar.
Pero los políticos y los gobiernos que nos han tocado en suerte han preferido pactar con asesinos en vez de derrotar con la ley, la justicia y orden a los terroristas. La política de acercamiento de presos, la liberación de crapulosos asesinos, el olvido de las víctimas que solo son recordadas cuando se van acercando las elecciones, el hacer que nos creamos que ETA y sus asquerosos secuaces no existen en el panorama actual, el permitir que los partidos que albergan el ideario y a personas muy relacionadas con el entorno etarra gobiernen en instituciones, tengan representación política en parlamentos así como en el Congreso y el Senado, el acojonamiento institucional cada vez que esos mamarrachos dan una rueda de prensa con la cara tapada, cuando permiten que vengan los "observadores" que ganan dinero por respirar y que emiten los dictámenes que les imponen sus pagadores que no olvidemos es esa banda de asesinos, cuando todo y eso más pasa se está cometiendo una flagrante TRAICIÓN.
¡Traición a los cerca de 1000 hombres, mujeres y niños asesinados!
¡Traición a sus Familias!
¡Traición a todos los españoles de bien que no pueden olvidar y menos perdonar!
¡Traición a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado!
¡Traición a las Fuerzas Armadas!
¡Traición a Jueces, Magistrados, Fiscales y demás profesionales de la Justicia!
¡Traición a Funcionarios del Estado!
¡Traición a empresarios, trabajadores, amas de casa, estudiantes!
¡Traición a todos y cada uno de nosotros que sentimos en nuestro corazón tanta sangre derramada, tantos muertos, tantos heridos, tantas víctimas inocentes mientras se le da la mano a los asesinos!
¡Traición a los políticos que dieron su vida por un ideal de libertad, de democracia, de servir siempre al pueblo!
Y mientras los políticos y gobernantes actuales a "sus" cosas.
Lo normal en cualquier país democrático es que actuara la justicia con toda la ley y pusiera a buen recaudo a los asesinos, a quienes los apoyan, defienden, amparan sean del entorno puramente terrorista o de partidos de nueva creación y de tan vieja mala sangre.
Una traición nunca se olvida y un traidor no puede esconderse por más que lo intente.
Mi total apoyo a las Víctimas del Terrorismo por cada uno de los que han entregado su sangre, han sido martirizados, por la dignidad y el honor que desprenden, para que España que siga siendo España.
Jesús Rodríguez Arias
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