jueves, 29 de enero de 2015

"ASIA FRITUR".



Es FITUR más que un espacio físico donde se oferta la posible demanda turística nacional, es un lugar de encuentros de culturas ávidas de conocer y experimentar nuevos sabores, nuevos olores, nuevos espacios.

Es FITUR un lugar al cual hay que estar y hay que ir para saber más de los demás.

Es FITUR donde los especialistas del sector, los verdaderos profesionales, exponen las grandezas de sus lugares en detallados audiovisuales y cautivadores material de propaganda.

Y también FITUR se convierte en FRITUR cuando la legión de cargos públicos, asesores, agregados y demás estómagos agradecidos hacen acto de presencia y la excelencia profesional de la lógica oferta y demanda turística se convierte por obra y gracias del “gratis total” en el conocido por todos como “gañoteo”.

Hay que reconocer que los asiáticos constituyen un elemento emergente en todo cuanto tenga que ver con el turismo y también de la expansión económica pues no debemos olvidar que China ha comprado mucha deuda pública cuando la mayoría de los países rozaban la bancarrota.

China es admirable y el don dinero le da un poder inmenso porque el que tiene más y lo demuestra a diario, le deben favores, y se convierte en una potencia aliada y su presencia es bienvenida por donde quieran que van aunque estemos hablando de un país torturado por una dictadura comunista que tiene pisoteados los derechos más básicos a sus compatriotas. La política de un solo hijo ha asesinado a millones de niños, en el recuerdo tengo a esos niños pequeños encadenados en los hospicios. Sus gobernantes, poderosos, temidos y a la vez admirados por los demás dirigentes del planeta, no consienten los mínimos derechos fundamentales, la religión como la católica está perseguida y de la libertad de expresión o en cualquier otro concepto mejor ni mencionarlo.

No hay nada que le de más miedo a un cacique que la libertad de expresión y opinión y eso no hay que irse demasiado lejos para comprobarlo.

Pero también hay que reconocer que hay millones de estos ciudadanos que se pegan unos viajes de aúpa en los escasos días que tienen de vacaciones. Según un estudio los chinos van guardando sus vacaciones durante años para poder disfrutar durante quince días de los viajes proyectados en los que no paran ni un momento pues tienen que ver mucho en muy poco tiempo porque cuando vuelvan a viajar será dentro de otros tantos años.

Nuestros gobernantes han firmado un acuerdo con los chinos para vender nuestra tierra. ¡Bienvenidos sean nuestros nuevos y pálidos amigos!

Se imaginan que el intercambio de culturas llevara también uno gastronómico. Es decir que ellos se llevaran nuestra rica gastronomía y nosotros hiciéramos uso de la suya. Podría ser interesante a la vez que asquerosa porque los asiáticos comen de todo y cuando digo de todo es de todo.

Las freidurías ofertarán las nuevas tortillitas de gusanotes, muy frititos y crujientes, perro en adobo, croquetas de salamandras, escorpiones fritos. ¡Todos son exquisiteces!

Serpiente asada, ensaladillas de cucarachas, ojos de rana en su jugo, rabo de gato, polillas fritas y demás variedad que ya se nos está haciendo a todos la boca agua.

Los chinos a su vez enriquecerán su variada alimentación con las tortillitas de camarones, cazón en adobo también llamado bienmesabe, croquetitas caseras, chipirones fritos, choco a la plancha, rabo de toro, diversas y exquisitas carnes y pescados tan nuestros hechos a la plancha, fritos o en sabrosos guisos.

Ellos se llevarán también los afamados vinos de Jerez, entre ellos el brandy, la manzanilla de Sanlucar, fino chiclanero, las ortiguillas, las almejas a la marinera, los buenos embutidos y jamones de la Sierra.

En cambio nosotros nos podremos deleitar con el famoso y conocido licor que alberga en su interior un lagarto “jarto” de alcohol y mucho arroz, mucho arroz, que es astringente y así no podremos cagarnos en las castas de algunos.

¡Si es que piensan en todo!

Según tengo información quieren llevarse para allá nuestras espléndidas playas, el castillo de Sancti Petri, el Puente Zuazo, que para lo que lo queremos aquí, el Teatro de las Cortes, la calle Real han dicho que nos la quedemos, el antiguo Ayuntamiento y la Iglesia Conventual del Carmen ellos como gesto de buena voluntad nos traerán una imitación de la famosa muralla porque la original no se mueve del sitio.

También han pedido La Caleta en Cádiz  y las montañas de la bella Sierra.

Eso sí a la hora de los postres han puesto bastante objeciones pues no quieren los bombones helados, la tarta al whisky, la contessa o esas tan antiguas que con solo escuchar su nombre huelen a naftalina y que podéis encontrar en sitios concretos.

Dentro de nada y gracias a los acuerdos alcanzados veremos en nuestra ciudad o en los pueblos circundantes autobuses de chinos y coreanos todos apretujados, todos haciendo fotos, todos con la misma cara en distintos cuerpos, todos corriendo de un lado para otro, todos estando poco tiempo en los sitios y gastando menos.

Todavía recuerdo una anécdota que pude ver con mis propios ojos: Madrid mes de noviembre y la tarde ya iba cayendo para que poco a poco apareciera la noche. Hacía frío recio y la calle con bastante gente caminando de un lado para otro con prisas y rictus serios como es normal en la Capital de España.

Nos sentamos en la célebre chocolatería San Ginés donde albergó famosas tertulias de intelectuales de la categoría de Valle Inclán. Bajamos al salón del sótano y nos sentamos a tomar uno de sus afamados churros con chocolate. En la mesa de enfrente una chica joven china rodeada de toda la familia, chinos por supuesto, que componían un hermano y una hermana, los padres la abuela que debía rondar el siglo. Seis personas con una sola taza de chocolate y un solo plato de churros. ¡Qué arte!

Todos comieron churro con chocolate y no porque hubiera multiplicación de estos sino que cada chino cogía un churro y con una cucharada de chocolate la iban introduciendo gota a  gota, en un ejercicio de ejemplar paciencia, el mismo en su correspondiente churro. Tardaron una enormidad aunque por el precio de una taza y un plato de churros merendaron seis personas.

Gastar, gastan: Suelas de zapatos, pilas para las cámaras, en botellas de agua y a la hora de comer ya sabéis: Un menú del día para ocho personas.

Asia FRITUR nos vamos, perdón hacia FITUR...



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