martes, 25 de noviembre de 2014

¡Y LA ISLA SE HUNDE Y NO ES POR LA CRISIS!


Eso de que La Isla se hunde es una apreciación muy subjetiva pues a poco que observemos detenidamente podemos apreciar que ya lo está en un plano general, sin querer entrar en más honduras.

Pero es verdad, La Isla se hunde y no es por la maldita crisis económica, de los gobernantes, de la poca conciencia ciudadana para poner en valor todo lo grande que tenemos y somos como ciudad sino porque lo he podido comprobar con mis propios, y cada vez menos incrédulos ojos, que tramos del otrora centro neurálgico y  de comunicación de este bendito lugar, la calle Real, se va hundiendo peligrosamente justamente alrededor de las vías del tren-tranvía.

Será por la poca consistencia del "firme", por la mala calidad de los materiales usados, no por la millonaria "inversión", porque la solería se mueve más que un peluquín en días de levante, o por el peso de las toneladas del cacharrito blanco y verde que se está dando unos cuantos garbeos a la vista de todos como si fuese el mayor y el mejor espectáculo del mundo mundial.

Al presidente de los comerciantes se le podrá sugerir que insten al gobierno andaluz para que lo pinten con los colores de la bandera estadounidense pues es bien sabido el gran aprecio y lo que ha calado todas las moditas impostadas que quieren inculcarnos a la fuerza a los ciudadanos de una isla marinera que tiene olor a sal, donde el sol parece eterno y el buen flamenco sale de voces privilegiadas. ¡Todo muy americano! ¡Sí, señor!

Deberíamos recibir al tranvía con banderitas de Andalucía, de San Fernando, de Chiclana, de Cádiz, de Estados Unidos, la española no hace falta, y en filas de pacientes, y sufridos, ciudadanos cantar y vitorear este adelanto tecnológico que traerá tanta riqueza como la que se ha quedado por el camino.

¡Estemos orgullosos y agradecidos de nuestros mandatarios porque han situado a La Isla como primera potencia en lo referente al transporte mundial! 

¡Por fin en La Isla de León, en pleno casco histórico, vamos a tener la oportunidad de disfrutar y gozar de un tren que es tranvía y que, si Dios no lo remedia, acabará en metro!

Jesús Rodríguez Arias

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