jueves, 27 de noviembre de 2014

¡OJALÁ NO PINCHEN LOS RAÍLES!



No sé si con lo que ha caído durante todo el día de hoy el dicharrachero trenecito llamado "tranvía" se habrá dado sus habituales garbeos de San Fernando a Chiclana, más bien a las afueras de esta última localidad, y vuelta.

No sé si la calle Real estará anegada de sucia agua ante la inmensidad de los charcos que pueblan esta inacabada vía, si los centímetros que se han hundido tras el peso del trenecito lerén ya estarán relleno de agua de los distintos aguaceros con los que hemos sido obsequiados y si los peatones se habrán tenido que poner las botas de agua a semejanza de Venecia cuando hay crecidas de agua.

Ayer fue el día del paseo de los políticos, todos ellos muy guapos y muy bien puestos para salir en la histórica fotografía de lo que está llamado a convertirse un "hito histórico" porque las pruebas de eso que llaman tranvía y que es más hortera que un chino vestido de torero, que un catalán haciéndose el gracioso intentando hablar como un andaluz. Todos enchaquetados y encorbatados menos el comunista que no se pone el elegante complemento masculino porque eso es muy "burgués" y porque seguramente le aprieta su desahogado cuello.

Sonrisas, declaraciones para la posteridad para el verdadero hito histórico que se ha convertido el tren-tranvía y a menos que solucionen el problema de firme de la calle Real también será un novedoso metro. 

Me decía mi madre que en el subsuelo de San Fernando hay una galería, a modo de Cueva de María Moco en Cádiz, que la recorrería de principio a fin. ¡Pues ya tenemos hecho el túnel del metro!

Hoy decía la prensa, la que destaca un día si y otro también eso del "hito" histórico, que hoy tocaba jornada de "puertas abiertas" a los colectivos sociales de mi querida Isla.

¡Y se ha llenado! ¡Buenos son ellos!

Aunque por mucho que llueva, haga mal tiempo, frío y el cielo esté permanentemente nuboso no se parecerá ni por asomo cuando fueron, de gañote, invitados por los anteriores mandatarios de mi querida ciudad a pleno centro de Europa para que conocieran de primera mano las "bondades" del tranvía. Huelga decir que vinieron muy contentos todos del viajecito, del tranvía y de hacer "turismo" de esa forma tan particular santo y seña de una época ya olvidada, o no tanto, en España.

Hoy los representantes de los colectivos sociales, empresariales, vecinales y del mundo ciclista de Cádiz han conocido las bondades de este hito histórico que en cuanto empiece a rodar por derecho empezará a crear trabajo y sobre todo riqueza. Cuando empiece a cobrarse el "billetito" del tren los huecos en los atestados asientos donde hoy y ayer han sido depositados tan dignas posaderas serán público y notorio aunque ya ningún medio le hará caso y menos referencia hasta que sea demasiado tarde.

No sé si al final ese cacharro se pondrá en marcha en serio y no como ahora que parece la feria de ibertren, no sé si alguna vez la Junta de Andalucía hará entrega a la ciudad de la principal vía que la atraviesa de principio a fin totalmente terminada y arreglada, no sé si este "hito histórico" será tan histórico, tan bueno, tan extraordinario o simplemente se quedará en humo o tendrá que desecharse como lo han hecho la mayoría de las ciudades andaluzas donde este trotaba por el millonario déficit que arrastraba tras su poco o nulo uso, no sé si su funcionamiento será un caos más para el eterno problema circulatorio en mi bendita Isla, no sé si los que ahora están tan contentos mañana llorarán o a la inversa, no sé si...

Lo que si sé es lo que me ha dicho esta mañana un taxista, expertos por autonomasia de todo lo que pase en cualquier ciudad, al entablar conversación sobre el tan parafraseado tranvía: ¡Ojalá no pinchen los raíles!

Pues eso...

Jesús Rodríguez Arias

Nota: He preferido poner esta fotografía que las recogidas por los medios no vaya a ser que algunos se sienta molesto al verse reflejado en la misma aunque por lo que puedo observar las cámaras de los móviles han vaciado sus baterías para retratar este histórico momento. Lo malo que con las penurias económicas que ahora atraviesan las administraciones no ha podido haber los tan pertinentes y necesarios "canapiés" tan socorrido en cualquier "sarao" social.

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