sábado, 10 de marzo de 2018

RISCARDO EL ROPASUELTA.




Modoncio de todos es sabido que es más bruto que el “arao” aunque nadie sepa el por qué de esta apreciación. A lo mejor fue ese día que se acercó al campo donde estaba con la Rodolfa, su mula parda, ese inspector de agricultura que venía a inspeccionar como iba la cosecha de remolacha y se encontró que el bueno de Modoncio había plantado algodón pese a que hacía tiempo había cobrado la subvención. Esa anomalía hizo que este pulcro inspector se fuera con la camisa manchada de sangre, diez puntos de sutura en la frente gracias a la pedrada que recibió de la mula según afirmó el mismo para dejar zanjada la cuestión.

Modoncio se casó solo una vez y se separó las que pudo porque no había mujer que aguantara este cachobestia. De su relación con Libertaria, la hija de Fidel el anarquista, nació Riscardo, así lo inscribió, en honor al abuelo de Rodolfa su mula parda.

Riscardo estudió y se hizo un hombre de provecho, es decir entró en la política desde muy joven ostentado pronto la presidencia juvenil de la izquierda amoratada y después pasó a la secretaría general de los ropasueltas que así le llamaban al partido comunista leninista de Fidel, que nadie sabe si es por el abuelo de la mula parda.

Riscardo hizo caso omiso de los consejos de su padre Modoncio y así le fue. Tú, hijo, “arrecoge” por el pescuezo a quién te lleve la contraria y se la cortas de toas, toas…

En cambio, Riscardo, que era un hombre más moderado que su augusto padre fue pacifista y reivindicativo y vivía de gorra y mantel en el chalé del farmacéutico que ocupara cuando estaba malo en el hospital. Los más de 12.800 euros que cobra al mes por ostentar la alcaldía dice que no le dá para ná…

El círculo ropasuelta gobierna con tres concejales de los 9 que componen la corporación municipal. Algunas veces le ayudan el sociata Melquiades que tiene a su hija colocá como asesora para las cosas del género o el independiente de Marcelo, que es el maestro del pueblo, y que gracias al Ayuntamiento goza de una satisfactoria excedencia.

Hoy Riscardo, recibe a la comisión internacional de los derechos de las pulgas en los países que se dicen desarrollados de la que es presidente de honor alguien apenas conocido.

Ha adornado el pueblo con banderitas de todo tipo de género, se han escrito en las impolutas paredes de la Iglesia: “Las pulgas desaparecen por culpa de la religión”, “No al maltrato machista de las pulgas comunistas”, “fuera la religión, más pulgas y menos tó”. Se ha decidido hacer un escrache de esos al Don Santiago, que es un amable sacerdote de cerca de 70 años que molesta mucho cuando dice verdades en la homilía de cada domingo. Varias jovenzuelas y jovenzuelos de los pueblos vecinos, de este no hay nadie que quiera hacerlo, van a enseñar sus desnudeces a la hora de la misa dominical.

Dicho y hecho, el día que se celebra la acogida y recepción contra el maltrato de las pulgas diez jovenes, amorfos y malencarados, se desnudaron con proclamas muy reales: Fuera monarquía y menos tu tía… ¡Nadie entendían bien lo que decían pues al parecer estaban un poco fumados!

Doña Encarnación, viuda de Don Críspulo, el médico del pueblo durante más de 50 años, se acercó a uno de ellos y con gesto compungido le inquirió: Joven, ¿no le da vergüenza? El melenudo, y ciertamente hasta apestoso, le contestó: Me desnudo contra el capitalismo, contra el heteropatriarcado, por los bocadillos y por los huevos escalfados…

Doña Encarnación, muy digna, le replicó: No, hijo, si no me refiero a eso. Le pregunto si no le da vergüenza enseñar tan poca cosa… Y se marchó con Doña Clotilde para dentro del templo.

Mientras en la plaza del consistorio, también llamado de Modoncio “el algodonero”, en honor a su padre que fue un gran luchador de clases a favor del género recibió a un joven melenudo que parecía suizo pero también podría ser escandinavo.

Hoy todas y todos, estamos congregados y congregadas, para recibir a esta comisión comisionada, protectora y protector de las pulgas con más o menos pulgadas. Mi pueblo o localidad, mis vecinos y vecinas, un abrazo os dan y pagan vuestra visita que cuesta 50.000 euros de ná.

Vecinos, vecinas, amigos, amigas, enemigos, enemigas, género en general, mulas pardas y burros, gatos y gatas, de pelo o escayola, escarabajos, hormiguillas, ratas algodonosas, beatas despreciables, cura inquisidor, derechona indeseable, todas y todos, todos y todas, os recibimos con alegría, para que vosotros y vosotras, os peguéis la vida padre, madre y no señora en estos días que estaréis viviendo a costa del costo que pagan todos y todas.

Y Riscardo en ese momento le entregó el premio de la libertad que tiene figura de falo cortado por la base y que es contestatario contra lo que supone el heteropatriarcado. El suizo, escandinavo o danés lo miró sorprendido. Después le entregó la bandera de los diversos géneros y un cheque con más de diez millones de las antiguas pesetas para colaborar con tan solidaria causa.

El melenudo rubio, blanquito y de pantalones y bulto apretado le hizo entrega de una caja metálica llena de pulgas para que fuesen puesta en libertad pues el pueblo de Riscardo era territorio pro-pulgas mientras ofrecía un breve discurso de solo dos palabras o una según se mire: Takarajotes.

Riscardo, que no entendió ni papa, se emocionó. Abrió la caja y saltaron todas las pulgas, todas y todos se disgregaron hacia las barras públicas donde comerían a costa del erario que pagan todos y todas a una.

Cuando todo hubo terminado Riscardo junto a su segundo “El Fermín” se fueron de putas, es que ellos son muy de defensa de todos y todas, y cuando estaban en plena faena, no se sabe si con todo o toda, le empezó a picar la entrepiernas con cierta saña hasta que al final que pudo coger lo que le tan inquietante escozor le daba: ¡Por fin te cogí pulga asquerosa, hija de la comisionada put…! ¡Qué de sacrificios es ser un alcalde democrático se decía mientras acababa en la “peonada” con todas y todos que para eso un buen ropasuelta es versátil de verdad…

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