jueves, 22 de marzo de 2018

COMO CADA VIERNES DE DOLORES.





Como cada Viernes de Dolores, Lola se afanaba en preparar junto a su madre, que también celebraba onomástica, todo lo relativo a la comida pues era tradición familiar el almorzar juntos ese potaje de alcauciles, alcachofas, con guisantes, aceite, sal y ajo que había pasado de generación en generación.

Sí, si hacían memoria tanto la abuela como la bisabuela hasta donde se perdía la memoria se llamaban Dolores como el Viernes que era el preludio a una nueva Semana Santa.

Este viernes no se bebía nada de vino en casa y solo un café o infusión servía como digestivo postre al final del frugal aunque apetitoso almuerzo.

Lola era una mujer de su tiempo, hacía tiempo que ya incluso no vivía en la casa familiar pues trabajaba y estaba destinada fuera pero hacía todo lo posible e imposible para pasar el Viernes de Dolores con su familia. Su padre ya retirado se dedicaba a dar largos paseos matinales y ayudar en el archivo de la Iglesia, su hermano Juan que se había quedado en el pueblo trabajaba en el ayuntamiento tras superar unas oposiciones y hace poco que ha salido elegido hermano mayor de la Cofradía del Nazareno, la más antigua, la más populosa, la que más devoción genera aquí en lugares a la redonda.

Ella, la mayor de cinco hermanos, decidió seguir los pasos de su padre más tarde lo haría Evaristo que era y será por siempre el benjamín de la familia. Ya hacía unos años que se dedica en cuerpo y alma a la profesión y ahora ejerce un puesto de responsabilidad en el norte de España donde lleva temas muy sensibles con gran discreción.

Pero hoy es Viernes de Dolores, día Familiar por excelencia, día en el que está prohibido hablar del trabajo, día en los que están fuera se ponen al día de los que permanecen y a la inversa, día para reír, recordar, convivir…

Ya Lola sabe el truquillo que hace tan apetecible ese rico potaje y cuando pasen los años será ella la que convoque a todos a la casa familiar para comer en este día y estar juntos como siempre.

Lola este año no viene sola pues ha presentado a su novio, José Manuel, que la verdad ha caído muy bien. Al contrario de sus padres ella se dedica a la profesión paterna y José Manuel el profesor de instituto. Según han comentado están pensando en casarse para el próximo año y que le gustaría tener niños no sé cuantos, pero querer, queremos, decían sin titubear.

Evaristo también a una compañera de promoción que según le ha confiado a Lola le hace un tilín y le gustaría que la conociera su hermana mayor que siempre ha estado ahí, que siempre le ha aconsejado bien.

Ya están todos en la mesa, el padre la bendice con esa jaculatoria que han escuchado de siempre en casa los Viernes Santo y se ponen a degustar ese potaje que les trae tantos y tantos recuerdos. Los padres sus años mozos, sus padres, abuelos, los hijos esa infancia perdida, esa Semana Santa de hace años donde Don Cosme los confesaba con paciencia y bondad, esos Vía Crucis, esa misa de las Palmas cada Domingo de Ramos mucho antes de que saliera la Borriquilla, que es la procesión que ahora atrae a todos los niños del pueblo en torno a Jesús entrando en la eterna Jerusalén, esos oficios, esa procesión de Jesús Nazareno, siempre tan luenga, siempre tan concurrida, siempre con ese sabor a Fe popular… Y también recordaban la Vigilia Pascual donde todos sentían resucitar la Alegría de Jesús que vence a la muerte después de día de luto y dolor. Una tristeza que envolvía a todo el pueblo y que solo conocieron en primera persona cuando su abuela Lola murió hace ya varios años.

José Manuel, Virginia, ¿Os vendréis al Vía Crucis esta tarde en la Iglesia? Padre va a leer una meditación y Lola otra pues es la continuadora junto a Evaristo de la larga tradición que une y reúne a nuestra Familia. Le dijeron que sí, que por supuesto, que estarían encantados.

Un nuevo almuerzo se ha celebrado en la casa familiar, donde el potaje ha servido de unión de toda la Familia que se reúne para celebrar la onomástica de madre y también de Lola. Después del café o la infusión algunos charlarán, otros darán una vuelta por el pueblo, otros se podrán a recordar menos Juan que tiene que irse para la Iglesia pues ha quedado con su junta de gobierno y el Padre Carlos, hombre afable donde los haya, para preparar lo concerniente al Vía Crucis así como ir acabando con las cosas de la procesión del Jueves Santo en el que Jesús Nazareno coge la cruz de este lugar y se la hecha a hombro para perdonarnos a todos.

Y es que en verdad una Semana Santa sin recuerdos ni momentos vividos en familia no es lo mismo, no es igual…

Lola, agarrada del brazo de José Manuel, se dirige a la Iglesia con su traje-pantalón negro impoluto y la medalla de la hermandad en el cuello. En el ojal un escudo de la Guardia Civil porque ella al igual que su padre, antes lo fue su abuelo, y su hermano Evaristo pertenece a la Benemérita Institución donde ostenta el cargo de Capitán y es la máxima responsable de violencia sobre la mujer. Ha visto de todo y cuando lee la meditación o acompaña a Jesús Nazareno ve los ojos de tantos reflejados en los de su Cristo Bueno.

¿Oye, Lola? Le dice en un momento determinado José Manuel.

¡Dime!

¿Cuál es el ingrediente secreto de tan delicioso potaje?

Te lo digo pero no se lo puede decir a nadie: ¡Un chorrito de vino de Jerez!!

¿Tan solo eso?

¡No, y el amor de una Familia que permanece unida y se quiere de verdad!

Le dijo al oído mientras entraban en la Iglesia para vivir un Vía Crucis distinto, el primero de sus vidas, al son de las campanas que anunciaban este acto penitencial al que iba todo el pueblo.

Jesús Rodríguez Arias

Con este relato dedicado a una familia en torno al Viernes de Dolores me despido de todos vosotros hasta que pase la Semana Santa que son día de mucho ir y venir, de retiro, espiritualidad, vivencias y Fe. Nos volvemos a reencontrar el próximo viernes 6 de abril. Hasta entonces os deseo una santa semana y que la viváis según vuestro corazón.


Este relato, por razones obvias, está dedicado a la eterna memoria de Conchita Collantes Aguilar, madre de mi mujer Hetepheres fallecida en la madrugada del jueves.

Os pido vuestras oraciones.

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