viernes, 16 de octubre de 2015

UNA VIDA EN VERDE.




Siempre lo digo aunque me cueste reconocerlo pues soy de los que me gusta crear mediante palabras una imagen única y concreta pero cuando la imagen lo dice todo como la que preside este artículo entonces y solo entonces toda palabra se queda vacía ante la evidencia, el testimonio, la profundidad del mensaje que estamos percibiendo con todos los sentidos del cuerpo aunque solo sea la vista la que actúe como motor.

Esta fotografía refleja lo que es la GUARDIA CIVIL. Ni más ni menos.

Con esta fotografía se podría acallar todo cuanto escriba porque lo hace es redundar en lo vemos, sentimos, nos emociona y nos hace estar tan orgullosos.

Es verdad, la Guardia Civil es un cuerpo lleno de nobleza, de sacrificio, de entrega, de Amor a España y por tanto a todos los españoles. Es un frondoso, verde, vivo, que nos da frescor cuando el calor agrieta nuestros ánimos o nos resguarda de las tempestades ofreciéndonos cobijo y tranquilidad. Es un árbol con fuertes y vigorosas raíces que penetran por cada poro de la tierra, de nuestra Patria, de generación en generación.

Este árbol fuerte, vivo, de verde y que hemos siempre igual de vigoroso desde nuestra más tierna infancia es un todo en nuestras correspondientes vidas donde cerramos los ojos y siempre tenemos en los recuerdos de la memoria la figura de un Guardia Civil sirviendo a todos y cada uno de nosotros.

Este árbol que por muchos años que pasen siempre permanece igual de fuerte es querido, admirado, muy respetado porque a lo largo de los años muchas de sus ramas han sido arrancadas de cuajo, produciendo un inmenso dolor, por la sinrazón, por el odio mezquino, por el empozoñamiento del corazón de algunos que en esta España que nos alumbra se han sentido y sienten iluminados, guerrilleros de una guerra que siempre tenía el mismo enemigo: España y las mismas víctimas: Los españoles de bien, fiel servidores de nuestra querida Patria y donde este precioso árbol verde ha derramado mucha sangre y ha perdido buenas e imprescindibles ramas que son todos los que conforman, sean quienes sean, la querida y benemérita Guardia Civil, la Policía Nacional, Local, Fuerzas Armadas, Magistrados, honrados y honorables políticos, Profesores, Funcionarios, hombres, mujeres y niños inocentes, siempre inocentes.

Esta fotografía del abuelo, viejo e insigne Guardia Civil con muchas horas, toda una vida, de servicio, que se coge del brazo de su nieto, también miembro del Cuerpo, que es todo fuerza, ilusión, esperanza y amor mucho amor que comparte con su benemérito abuelo pues los dos, sin diferencias de épocas o años, sirven a España y entregan cada hálito de vida por todos los que los necesitamos pues ellos también son ramas verdes y frondosas de este legendario, querido y respetado árbol.

¡Qué orgullo se ven en los ojos de ambos! ¡Qué Amor también! A su Patria, a la Guardia Civil, a su bendita Patrona la Virgen del Pilar que ellos alaban con sus vidas mientras otros indeseables dicen ensuciarlas con escatológicos términos llenos de zafiedad, rencor, odio y muy poca vergüenza. Sí, a la Guardia Civil siempre le toca limpiar y sanear la “mierda” de los de siempre que quieren ensuciarlo todo aunque en verdad lo que hacen es hacernos ver sus putrefactos y pétreos corazones que solamente son sensibles al dolor y la injusticia de ellos mismos pues las de los demás, y más si no comulgan son sus enrevesadas ideas, les importa menos que el líquido que recorre las alcantarillas donde las ratas son sus mejores pobladoras y acompañantes.

Sí, que orgullo de ser Guardia Civiles, que orgullo de ser miembros de la misma Familia en la que se mezclan sangre y sentimientos.

Soy de los que pienso que los miembros de la Guardia Civil, sus Familias, amigos y todos los que la queremos y admiramos profundamente vivimos “en verde” en cierto modo. Y no es que seamos activistas ecologistas u otro prototipo de defensa de la naturaleza simplemente se nos eriza la piel con orgullo cuando vemos un hombre o una mujer vestidos de verde que pasan a nuestro lado en moto, verdaderos jinetes del asfalto, están vigilante y vigilando para que nada que no deba suceder suceda, ayudarnos en todo momento y ocasión, ser esa mano amiga, protectora que nos ayuda y también nos advierte de un peligro o una situación.

Vivir en verde es hacerlo mirando a la cara a la Esperanza porque sin ella la vida va careciendo de sentido y es muy transitar esto con un nublado permanente. Vivir en verde es hacerlo sintiéndonos orgullosos de la Guardia Civil, de su labor diaria, de su entrega, su sacrificio, su vida por todos nosotros y siempre por España.

Cómo diría Alejandro Sanz, tengo el corazón “partío” pues el mismo queda divido en dos colores: Azul y verde, verde y azul.

Azul de mi querido Cuerpo Nacional de Policía del que soy hijo y por tanto miembro de la esta noble, insigne y gran Familia en la que me siento en Casa y tan a gusto.

Verde de mi admirada Guardia Civil a la que he aprendido a querer desde chiquitito por ser hijo de Policía, por tener mi corazón en azul.

Ahora cuando estoy en la medianía de mi vida y madurez mi corazón parece ese “pastel” que nos presentan los estudios sociológicos, demográficos y políticos donde cada qué tiene su porción.

Reconozco, mentiría si escribiera lo contrario, que en el pastel de mi corazón gran parte del mismo es azul aunque el verde ha ido ganando terreno con el pasar del tiempo, con el conocer a buenos y queridos miembros de la Guardia Civil que dan y dado más que su vida por España y también por todos y cada uno de nosotros sin importar quiénes éramos, de donde veníamos y a qué nos dedicábamos. Por eso digo, y no me falta razón, que mi corazón es azul y verde, verde y azul.

Y todo estos sentimientos escritos en voz alta son los se entremezclan entre mi corazón y mi cabeza con solo mirar, también admirar, esta entrañable fotografía tan llena de sentimientos, tan llena de vocación, tan llena de fe, tan llena de la Guardia Civil que es lo mismo que decir que es tan llena de patriotismo.

Con mi admiración, respeto e inmenso cariño junto a un fraternal abrazo,

¡¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!! ¡¡VIVA SIEMPRE ESPAÑA!!


Jesús Rodríguez Arias

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