sábado, 13 de mayo de 2017

EL VERANO: LA PESADILLA DE UN RETAL DE TELA.



Resultado de imagen de trikinis, bikinis y bañadoresReconozco que de un tiempo para acá, desde que justamente decidí ser retal de tela y hacer uso del género que en verdad soy, me he vuelto más sensible y frágil que la seda. Antes no me molestaba nada y ahora me siento más suspicaz

Llega el verano y tengo un dilema si convertirme en retal de tela de algodón, alpaca o seda pues se acerca un tiempo donde calor se irá acentuando  hasta hacerse insoportable.

Os diré que como retal de tela me siento dolida y a la vez discriminada. Por un lado el sacrificio que supone de millones de retales de tela que se van a ver penetradas sin consentimiento por los diseñadores que después venderán por miles la nueva temporada de bañadores, tangas, “bikinikis” y “trikinikis” así como los mambos de las abuelas que van tocadas por ese pedazo de sombrero de paja o gorrilla así de las gafas de sol.

Las señoras del mambos, algunas en pareo, son expertas en disponer grandes comilonas en el dispositivo de mesas que estratégicamente sitúan directamente en la arena y que en la sobremesa juegan a la lotería donde con sus esplendorosas voces se escucha eso de “15, la niña bonita...” mientras engullen los bollos rellenos de crema con su cafelitos recalentados en el termo expuesto a pleno sol.

¡Qué dolor siento en el sobre paño!

Después están los defensores de los retales de tela en estos meses veraniego. Os estoy hablando de los naturistas, los nudistas de toda la vida, pues ellos y ellas que conforman un género sin igual.

Están el género “nudista trípode”. Sobras las explicaciones.

Género “nudista fuchinga quemada”, “nudista pitilín”, nudista barriga protectora del genital aparato”, “nudista fuchinga gran reserva” “nudista pito arrugao” “nudista pimientos salva barrigas”, “nudistas estrellas michelín”, “nudista gran cuerpo”, “nudistas esbeltez”  y otros tantos géneros de nudistas.

Todos ellos son salvadores y nos salvaguardan de los retales de tela que nos vemos protegidos por la desnudez.

Yo no quiero tapar fuchinga,
ni pototos ni pimientos del morrón,
ni culo que respinga,
ni huevos ni cojón.

Soy retal de tela,
del género que valga,
alpaca, algodón o seda,
y en invierno de lana.

¡Me atemoriza tanto la llegada del buen tiempo pues todos atentan contra los retales y nos la clavan mortal!

El otro día conocí a una señora que con los años se había convertido en las gasas que se ponían en el culo para que los niños y no tan niños se cagaran encima hace más de 40 años. Antes no existía la celulosa.

Gasa me decía que su vida desde siempre había sido una mierda y que ahora seguía siéndolo. ¡Qué proeza el de este género!

Ella me dijo tomando unas bolitas de alcanfor que estaba muy de acuerdo con eso que ahora llaman “libre sangrado” aunque ella hacía mucho que no sangrara.

¡Los géneros debemos progresar y reivindicar lo nuestro!

Por eso mismo me he apuntado en un congreso a nivel mundial y globalizado del género de telas y sus derivados.

Dura más que un retal de algodón y menos que el de seda.

Primer día:

Ponencia: Métodos de defensa ante la agresión de la aguja en los pespuntes por el Profesor Hilo Quebrado.

Proyección del documental: La tela que perdió la dignidad: De retal a guiñapo.

Almuerzo según género.

Ponencia: La escalofriante historia de un dobladillo por Don Paños Irlandés.

Mesa redonda: El sufrimiento del hilo de croché. Intervienen: Camisero sin Camisa, Pamela de Pelos, Don Fondillo de Pantalón y yo Retal de Tela.

Posteriormente se le llevará a todos los congresistas e intervinientes al campo de exterminio: La Sastrería. Esta visita ha generado mucho interés pues sabremos los sacrificios que pasan todos los retales de tela en este horripilante lugar.

El día siguiente se cerrará tan exitoso congreso con la ponencia marco: Son Género, sois Género, soy ropasuelta. Tendrá a su cargo esta amena disertación Don Diego Cañamero que ha prometido no venir con la camiseta de libertad al poeta bódalo en respeto a todos los retales de tela.

Leerá algunos versos del poeta Andrés que vienen dentro del panfleto: “Si yo levantara el puño, te estrujaba la cabeza”.

Si yo el puño levantara,
defendería tus entretelas,
y aun me cagara,
no utilizaría servilletas.

Si el puño levantara,
te estrujaba la cabeza,
aunque manco me quedara,
protegería a todas las telas.

Si el puño levantara,
que me saquen de las rejas,
me cago en la democracia,
y en las telas de mis telas.

Emoción apenas contenida en un vaporoso ambiente que envuelve el momento de tensión incontenida.

Cañamero, en pleno éxtasis revolucionario, y con las lágrimas destilando odio estornudó porque había cogido un poco de frío en la cacería del día anterior y se sacó un pañuelo y los morados mocos se limpió.

¿Oye el pañuelo es de papel, plástico o hierba?

¡No, es retal es tela de mis entretelas!


Jesús Rodríguez Arias

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