sábado, 18 de febrero de 2017

UNA HISTORIA DE ROPASUELTAS Y DE DIVERSIDAD.





Sus padres se llaman Juan y Pepa pero como eran muy de serie americana de sus tiempos le pusieron al niño Patrick.

Pepa, muy de siempre le dijo a su compañero sentimental, ellos no creen en el matrimonio porque de toda la vida han sido progres aunque fueron los primeros en apuntarse en lo de parejas de hecho para aprovecharse de esa situación legal, que el niño se llamaría Patrick pero de segundo sería Evaristo como “pupá”.  Y así se quedó: Patrick Evaristo.

Patrick había crecido en esa indolencia de padres flojos. De tal tronco tales ramas y los hijos de esta pareja que se tiraban los tejos aunque no los trastos estudiaron poco y trabajaron menos.

En la época de la crisis económica Juan se quedó sin trabajo en la empresa en la que estaba aunque sobrevivió gracias a las ayudas públicas y algún que otro “chapú” que hacía que ganará más que cuando estaba formalmente asalariado.

Pepa iba a recoger el “cheque” de ayuda social en taxi porque ella le cansaba mucho eso de andar.

Patrick Evaristo y Jessica María fueron los cuatro nombres que le pusieron a sus dos hijos. Ellos no acabaron ESO ni aquello, no trabajaron ni ná de ná. Gracias a algún cursi entraron dentro del recuadro sociológico llamado “Ni ni” y a él se acomodaron de la mejor manera pues eso tiene el rascarse semejante parte que hay que estar bien tranquilos y sin nada más que hacer.

Cuando crecieron tanto uno como otra, al igual que los padres antes y durante, llenaron su piel de tatuajes, argollas por todos los lados visibles y no, el pelo de cada color.

Vestuario desigual como camisetas llenas de roña y pantalones piratas, chancletas en verano y bambas en invierno así como sudadera con capucha.

Patrick desde siempre se “juntó” con todos los desarrapados de la zona y la Jessica le daba los morros, a todos y todas que para eso ella es “moderna”, y también a los porros.

Juan y Pepa que gracias a los trabajos bajo cuerda y las ayudas correspondientes sacaban unos 4.000 euros al mes siempre han sido la cara visible de las víctimas de la crisis y no había manifestación y protesta “pancartera” que no estuvieran. Acusadores de todos y todas porque ellos “malvivían” de aquella manera.

Ni que decir tiene que tanto ellos como sus zarrapastrosos hijos se hicieron ropasueltas y montaron un círculo y todo. Por mayoría de votos presenciales y por móviles Patrick fue elegido responsable del Círculo “Arco Iris vaya usted a saber” donde todos los miembros y miembras  tenían derecho a roce y cariño mutuo.

Enseguida se acordó por mayoría que ya no serían hombres y mujeres sino género.

Patrick uno día era hombre, otro mujer, y al día siguiente decidía ser gato, perro aunque nunca lombriz.

Jessica también fue género y en ella cabían todos los retales.

Juan y Pepa aunque en el círculo eran género ellos decían en privado que eso eran carajoturas y mamarrachadas.

Enseguida Jessica formó parte de la dirección regional de la unión de orgullos mientras Patrick entro en la coordinadora de lenguaje no sexista y estaban elaborando el nuevo vocabulario que en breve presentarían a la Real Academia Española de la Lengua que para eso su nombre es de género femenino.

Y entre el círculo “Arco Iris”, la plataforma de orgullos y la coordinadora no sexista así como Proyecto “Soy gato o lo que me salga de las larvas” han firmado un manifiesto para que las señales de tráfico, semafórica, indicadoras, los rótulos de las oficinas así como toda campaña turística o promocionales tendrá que hacerse en base y orden a las normas de diversidad sexual.

Por ejemplo los semáforos los monigotes serán parejas de mujer con mujer cogidas de la mano, hombre y hombre cogidos de la mano, las de los heterosexuales no habrá figuras porque forman parte de esa roñosa herencia del heteropatriarcado por culpa de la religión católica. Niños tampoco.

Las autoridades municipales sensibles con tanta sensibilidad han instalado uno de prueba a ver como va funcionando la cosa.

El día de la inauguración tendrán el uso de la palabra Jessica como coordinadora de la Unión de Orgullos y Patrick como miembro de la unión pro-diversidad de género así como Ramona que es secretaria de la Unión de Feministas: ¡Un coño es un coño!

Antológica intervención de Patrick ante el encendido de la “semáfora”:

Vecinas y vecinos: Esta “semáfora” que defiende la diversidad de género es el hito más importante que se realizado en esta ciudad.

Que gasten el dinero público en estos avances es un beneficio para todos y todas y no el poner el alumbrado público, que es de todas y todos, en esa barriada que tanto protestan que está a oscuras desde que entraron este gobierno retroprogresista que tanto desprecia al asqueroso heteropatriarcado que es culpa de la iglesia católica y de los fachas que son todas y todos unos asquerosos y asquerosas.

Si un heterosexual que no entiende de género quiere cruzar la carretera no podrá tocar el botón pues será multado por homófobo y pagará una multa que irá destinada a la implantación de los talleres de género porque ya muchos de nosotros y nosotras hemos decidido ser gato o nuestro compañero Paco que ha decidido ser mujer después de casado y cinco hijos y también ser una niña de tres años. La operación “Trinca tranco, tronco” que es otra de nuestras prioridades.

Dicen los homófobos y los que nos critican, que son en mayorías hombres a los que habría que hacer desaparecer pues ellos son los que maltratan a nuestras compañeras que pueden ser compañeros o simplemente gata por medio de la penetración que en vez de nuestras cosas se potencie la atención primaria en los centros de salud.

¡Cosas retrógradas que hacen que la biodiversidad de género no avance!

El primer encendido se lo dejaron a Juan y Pepa que son compañeros sentimentales, pareja de hecho, en paro y en régimen de exclusión social pese a los 4.000 euros que cobran por lo bajini, padres de dos hijos, hijas, a los que han educado en la diversidad de género donde todos somos todas o lo que nos salga del coño, que no coña, como dirían las feministas radicales y miembros fundadores del círculo “Arco Iris”.

Pepa le dijo a Juan: “Estoy nerviosa cariño” Me parece esto la de las maquinitas del bar de abajo. A ver que premio nos sale”.

La luz se enciende y aparece un hombre con otro hombre, enseguida la de la mujer y mujer, empiezan las luces a pestañear, suena un chasquido y un pestazo a cable quemado y se funde la “semáfora” que se apagó para siempre en unos segundos.

Todos con caras descompuestas y miles de euros perdidos.

Los munícipes del gobierno retroprogresista, la de los orgullos, feministas, círculos, de género, de diversidad de toda clase se quedaron muertas y mudos.

La nota de prensa consensuada dice lo siguiente:

Seisa de Noviembra.

La “semáfora” de la diversidad de género o génera ha sufrido una avería, fundida las cablas, cortocircuita que se piensa puede ser ataque o ataca del heteropatriarcado fascista y derechistas.

Quemada toda y sin ninguna utilidad desde mañana están centrada en la rotonda de la diversidad como obra de arte abstracta que ha costado un dineral.

Viva siempre el género y también la igualdad.

Mientras Juan y Pepa sentado en la terraza del bar, tomando una cervecita y la tapita de papas aliñás, miran el semáforo de siempre y se dicen por igual. Lo de siempre no varía y es lo que vale más. ¡Qué niños hemos criados! ¡Estos no van hacer ná!

Y Patrick con la Jessica siguen abstraídos en la diversidad, en el género, en la multiculturalidad pero de trabajar nada de nada porque a ellos nadie los van a explotar.

Que vivan los ropasueltas, que vivan en Madagascar.

Jesús Rodríguez Arias



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