jueves, 3 de septiembre de 2015

SUPLICIO SE NOS CASA.


Resultado de imagen de dibujos noviosEl gentío invadía cada metro cuadrado y todos esperaban la entrada de los novios. Aunque había espacio para más de 1000 personas no llegaban a las 937.

El padrino que llevaría de su brazo a la novia en nombre del difunto D. Trófimo era el padre de Iracundo, Panciano Demenciano que iba vestido con sus galas de abanderado de la gran orden del caballito de mar del cual era el único miembro que se mantenía con vida pues todos los demás se habían ahogado.

La madrina, Dª Suplicio madre de Suplicio la novia, iba vestida de luto con un esplendoroso traje azúlvioleta.

Suplicio estaba preciosa con el traje que especialmente le había diseñado Mariquilla la sastra en tela de mantel de pobre con lazos de organdí en clara unión a la condición del que será la unión entre su marido y la legítima descendiente de Baltasar.

Iracundo Demenciano llevaba el uniforme de Colocador Primero y Segundo Después al que había sido ascendido ese mismo día. Dos medallas prendían su pecho: La del mérito al mejor Recoge-caca con distintivo marrón caca y la de los Colocadores con distintivo berenjena asada que el Cuerpo le había otorgado por casarse con una mujer tan inapropiada.

Su Jefe le había dicho con voz decrépitamente solemne: ¡Te la han colocado, Iracundo, te la han colocado!

En la primera fila de la larga bancada D. Demócrito que había regalado el convite que se celebraría en el salón principal del club “El Dormitar” que nunca se había abierto pues nunca estuvo cerrado.

A su lado Osorio y a su derredor el busto de Crescencio General que representaba la memoria póstuma de D. Trófimo y casi al final del banco Mpoca Ganga, D. Severo Colega, Teca Moroles, Agileo Perneras, Fausta de Fausto Recuerdo, Caudal Terrestre que había traído como regalo un cuadro pintado por su padre del mar de sus recuerdos que en verdad es una montaña y Mani que seguía en la misma postura que siempre.

Sonó la marcha compuesta por el gran músico austriaco Leoncio Aleonado y que fue el regalo que le hicieron la tribu de Hugo Basa que no pudo asistir porque perdió el vuelo de una nutria.

Con emoción contenida se acercó marcialmente el desarrapado Iracundo Demenciano del brazo de Dª Suplicio que antes de iniciar los andares le preguntó: Por el bien de mi hija, ¿Cómo estás de ganga?

Él le contestó con voz trémula: Yosolocomolosmejoresymáscarosalimentoscomobuencontestatario. Y la paz llegó a los pómulos de su inmediata suegra.

Después lentamente entró la novia que se iba parando a cada segundo pues Panciano tenía movilidad reducida en el olfateo.

Los esperaba el Padre Boniato Parra Seca para darle la bendición. Con voz sonora los casó y echó porque tenía que ir a otra boda a cien metros de distancia.

La emoción contenida estalló en un sonoro aplauso y hasta el busto de Crescencio General dicen que se le cayó una lagrimita de pollo encima.

En la mesa principal del ágape estaban sentados los novios, los padrinos y D. Demócrito como presidente del club “El Dormitar”. Para esa ocasión se colocó de forma expresa el cojín de D. Trófimo a los pies de su viuda.

Demócrito con lágrimas en las uñas se dirigió a Panciano y le abrazó la pantorrilla mientras le pedía perdón por haberlo echado cuando apenas eran unos niños de veintiocho años.

Panciano, en un gesto que le engrandece le arreó una bofetada en la rótula.

Menú preparado por Agileo Perneras y Fausta de Fausto Recuerdo

Aperitivo de sobras de aperitivos.

Primer plato que no segundo: Costillas de babosa en su almeja por Fausta de Fausto Recuerdo.

Segundo plato y ya está: Pez alfombra relleno de musgo con reducción de pipí de cienpiés. Agileo Perneras en honor a D. Trófimo.

Postres: Pastel de pienso de pájaro con sus cagaditas.

Para beber vino oscuro y se fue moreno.

El honor de brindar lo tenía D. Demócrito que con la copa en la mano elevó unas breves palabras que duraron tres horas y media donde la emoción se unió con los flatos.

El segundo en brindar fue Panciano Demenciano que con lágrimas en las palmas de la mano dijo: ¡Por los novios no, por los caballitos de mar! Mientras Iracundo lo miraba apenado pues esos bichos le habían hecho mucho daño.

Dª Suplicio le hizo entrega a su querida hija delante de todos del collar de alcachofas que le distinguía como la última descendiente de Baltasar con un sonoro estornudo.

Iracundo Demenciano tocó el vino y brindó por su amor secreto en secreto: Mani que lo miraba con la misma mirada de siempre. Él que no perdía detalle comprobó que no había comido nada invadida por los celos mientras Ganga le hablaba de la obcecación del tuerto en la guerra de milundi.

Suplicio de Demenciano y Baltasar brindó por su padre: Padre brindo por ti estéss, donde estesss y gracias por vender las coleccionesss para que me hiciera hoy mujer.

Un largo aplauso de cinco segundo fue el que inició el baile de los novios que empezaron, como no podía ser de otro modo, Caudal Terrestre y D. Severo Colega que habían intimado cuando se levantaron para estirar los antebrazos.

Después de terminar todo los novios se fueron de viaje por el globo.

Desde la tribu de Hugo Basa llegaron los ecos de sociedad de este acontecimiento que ha dado la vuelta al mundo en menos que canta un pavo.

Trófimo le dijo a Nimba con lágrimas en los codos: Querida estoy emocionado:el puchero de arena te ha salido exquisito. Ella le miró conmovida mientras seguía con  su vida de reina en basa.

Jesús Rodríguez Arias


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