martes, 15 de septiembre de 2015

FIN SERIAL SUPLICIO: ¡CONTINUARÁ!



Cómo focos de libélula se le pusieron los ojos a la buena de Suplicio, viuda de Trófimo y abandonada por Ganga, cuando se presentó ante ella la imagen de su difunto marido.

.¿Trófimo, has vuelto para llevarme?

. No, Suplicio, he venido tan solo a verte.
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.Donosura marital, ¿cómo es el paraíso?

.Seco como una tribu y recóndito con el bueno de Baltasar.

¿Lo conoces? ¿Lo has visto? ¿Ha dicho algo de nosotras sus descendientes?

Ni lo conozco, ni quiero porque si alguien está harto de ese Baltasar soy yo y bueno también me imagino que el desgraciado de Iracundo que por lo visto ni ya es contestatario ni desarrapado. Tiene un buen cargo en el menisterio y es socio del club “El Dormitar”. ¡Vaya, vaya! Y además tiene un pueblecito para él solo que según me han dicho tiene más de 1000 almas aunque los días que están por allí estén escondidos.
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¡Ya tienes nieto Trófimo! A pesar de tu abandono, eres abuelo.

¡Mira que bien! ¡También soy padre de 10 fornidos y guapos chicos que cazan todos los días para traer alimento a casa!

¿Hijos? ¡Serán ángeles del cielo que te cuidan Trófimo! Te echo de menos aunque Mpoca Ganga alivió mi luto.

Al final soy un cabrón. ¡Jajajaaja! ¡Me lo merezco!

No, donosura marital. Para mí no tienes cornamenta sino alivio de dolor.

¡Un cabrón, lo que se dice un cabrón!

Bueno Supli, me tengo que ir que parte mi carromato y tengo que volver a casa con Nimba y los niños que ya son hombres y, debe ser genético, porque de ganga también poca.

Y Suplicio madre, viuda de Trófimo y abandonada por Ganga, se quedó contrita de dolor y con el corazón en paz después de la aparición del difunto de su marido que se había mostrado mucho más delgado, fuerte, atractivo y moreno aunque sea difunto.

Se lo estaba contando a su querida hija Suplicio cuando Iracundo también intervino para aclarar la garganta:

¿Unpocodeagua?

Suplicia hija, muy afectada por lo que le contaba su madre, miró a su marido y con una emoción honda se mordió la lengua mientras le tiraba un pellizco al mantel de la tía-abuela Cornisa.

Mientras en “El Dormitar” se preparaba una nueva sesión en honor a la memoria del mejor amigo de D. Demócrito: Panciano Demenciano.

Habían traído para tal ocasión al Buzo General Archipámpano de los mares de poco fondo, canaletas y desagües: D. Marino de Baja Mar que hablaría sobre el tema: ¿Por qué el caballito de mar no come alfalfa?

Resultado de imagen de sombrero chaqueAntes D. Demócrito hará una semblanza de su amigo Panciano y dará a oler a todos los socios un paño impregnado de olor a los quesos de sus pies.

A Iracundo por sus altas responsabilidades en el menisterio deplomático había sido condecorado con la “Gran Encomienda que Algo Queda” y le habían dado el título de otrora. Habían elevado una petición al último piso sin ascensor para que le fuese otorgado un título mobiliario que siempre viste.

Se le otorgó con todos los honores el de Esconde Escondido que se así se llamaría el pueblo donde pasaba las horas muertas junto a su querida y despreciable Familia.

Mangano, hermano gemelo de Suplicio e hijo mayor del matrimonio, crecía en edad, estatura y endeblez. Siempre fue un joven delicado y se dedicaba a arrancar los árboles centenarios que se les cruzaba por el camino. Sensible y ansioso de un cariño que en casa no le era correspondido pues Iracundo estaba muy ocupado entre el menisterio, los actos de su cuidado y con el club selecto “El Dormitar” así como pasar las horas perdidas hallado mirando con cara de lelo al busto de Crescencio General y su querida madre solo tenía ojos para su hermana Suplicio que según dicen es la última descendiente de Baltasar.

Resultado de imagen de dibujo infantil choza tribuConoció al reconocido pintor Joao  Pincel y le introdujo en las nobles artes de la pintura de bodegones. Mano no tenía aunque pagaba muy bien al muerto de leche de Joao que hacía la vista gorda pintando a las delgadas.

La Familia de los Escondes Escondidos estaba conformada por el Sr. otrora Iracundo Demenciano y su dignísima esposa Suplicio. El hijo mayor, aunque gemelos nació con dos años de diferencia, Mangano heredaría el título. Era un chico agradable aunque carajote y medio y la benjamina Suplicio que era una niña con mala baba y peor sentimiento. También estaba, aunque en su casa, la viuda de Trófimo, abandonada por Ganga, madre de Suplicio madre de la hija y suegra del Esconde de lo Escondido. Pensaban hacer un retrato que retratara esa realidad aunque no se lo dijeron, a pesar de quedar mal, a Joao Pincel pues siempre pedía como condición que enseñaran los cántaros porque era experto en bodegones. Se le encargó al afamado pintor Brochá E'Spatulá que cobró un dineral por hacer un chapú.

Esta historia veraniega va camino de terminar aunque la vida de esta singular familia siga cada día en sus días.

Sólo reseñar que en la mañana de ayer D. Demócrito murió dormitando cuando se rompió la cabeza con el cuerno de león que le había regalado la aparición de Trófimo. Las pompas fueron fúnebres y todavía el sepelio ni se le recuerda.

Resultado de imagen de joven bobaliconEn el cargo le sucedió con los ronquidos mayoritarios de todos los socios al Sr. Esconde de lo Escondido, Eminente Otrora Iracundo Demenciano que entre tantas responsabilidades echaba de menos solo tres cosas: Irse al pueblo donde había sido tan bien acogido aunque nunca veía a nadie tras más de 15 años, al amor de su vida, su querida Mani y en el fondo de su corazón el ser un auténtico desarrapado que eso ni se pierde ni se olvida.

Cuando se sentaba en su sillón en “El Dormitar” con su cojín que ya tenía la forma de su cabeza y el cerco de la baba caída siempre pensaba para sus adentros:

¡QuérazónteníasTrófimo,quebienhicistemandandotodoalamierdayaquíelmierdaporelloterespeta!

Y en la casa de Suplicio todo es un suplicio buscando quién carajo es el tal Baltasar.

Hasta muy pronto que volvamos con este serial.

Jesús Rodríguez Arias




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