jueves, 17 de octubre de 2013

POLÍTICOS Y SINDICALISTAS INNOBLES.

Hay lugares y lugares para usar el término noble e innoble, no todos pueden ajustarse a estos parámetros y también debemos pensar que no todos saben el verdadero significado de nobleza o de doblez. Aún así, me voy a permitir el lujo de escribir de "esos" que con su "labor" hacen que el noble ejercicio de la política, como servicio a la Nación, a la Región, a la Provincia o al Pueblo o Ciudad a través de los ciudadanos, sea todo lo contrario.

Estamos hartos de políticos "profesionales", esos que no tienen donde caerse muertos y que han puesto todos sus esfuerzos en vivir con y de la política. A esos no se le puede pedir más de la cuenta porque cuando cumplen con la labor para la que han sido elegidos puede que enojen a sus "jefes", que no somos nosotros, y la cuenta más temible, la del banco, se quede a cero a partir de las próximas elecciones. De ahí las enormes traiciones, navajazos y pisotones para ocupar un puesto destacado, es decir, elegible en la correspondiente lista electoral.

Se va perdiendo el carácter de esos hombres y mujeres que se dedican a la política como un servicio puro y duro a la Nación, en nuestro caso a España, que van desde altos profesionales hasta operarios en fábricas. En ellos se cumple esa famosa cita de que "el cargo no prestigia a la persona sino la persona al cargo". Ahí están en nuestros recuerdos: Adolfo Suárez. Leopoldo Calvo Sotelo, nuestro querido y buen amigo José Manuel Otero Novas, Nicolás Redondo, Marcelino Camacho, Julio Anguita, Nicolás Redondo Terreros, María San Gil, Jaime Mayor Oreja, Joaquín Leguina, Soledad Becerril, José María Fidalgo..., y tanto otros que se les recuerda, sea de la tendencia ideológica que sea, con admiración y verdadero respeto.

Por suerte no todos desarrollan sus funciones negativamente. Soy un profundo demócrata, creo en la Democracia y considero que el Poder Legislativo es esencial para el desarrollo de nuestra querida España. Creo que tenemos una amplia mayoría de políticos honrados que desempeñan sus funciones, dentro de sus capacidades y conocimientos, de la mejor manera que pueden y les dejan.

Ahora, los que más suenan son los sinvergüenzas, los aprovechados, los caraduras, los que se han hecho ricos a costa de todos nosotros, los que llegaron "con una mano delante y otra detrás" y ahora tienen varias casas, chalet en la playa, coches de lujo y un amplio capital, siempre a nombres de terceros, o como en el caso de nuestra querida y siempre maltratada Andalucía por los "chorizos" de siempre, en fajos de billetes en las casas y fincas de los indeseables y menesterosos que se han aprovechado de todo, de todos y siempre con dinero público.

Menos mal que tenemos a la Juez Mercedes Ayala que está poniendo orden y concierto ante tanto caos. Gracias a ella podemos volver a confiar en la política pues ella como buena servidora de la Ley está poniendo el punto sobre las íes ante las corruptelas de unos políticos y sindicalistas que afianzados en el poder a través de generaciones han hecho de todo y casi nada bueno.

Si la política, y los políticos, necesita una regeneración a marchas forzadas no digamos de los sindicatos de este "país". Sindicatos de "clase" que viajan en primera "clase", tienen millonarias subvenciones para sufragar los gastos de los de su "clase" y se olvidan de los trabajadores, parados, amas de casas, estudiantes... porque no pertenecen a esa "clase" sometidas al poder político gracias a que se mantienen a las dádivas públicas que reciben en cada ejercicio presupuestario. ¡Eso en sí es ya una auténtica desvergüenza!

A ver si un día vemos a todos los sindicatos sin "coger" ni un céntimo de las arcas públicas, ninguna subvención interesada o no, y que sean sus propios afiliados los que lo mantengan. Se ganaría en todo pues serían independientes para luchar por los intereses de los trabajadores, de los parados, de los jóvenes, de los mayores, de la mujer, de los estudiantes... y sus dirigentes no serían altos ejecutivos sino profesionales, cada uno trabajaría en su puesto de trabajo, que se dedican a trabajar por los intereses de los demás y para levantar, desde el ámbito que le pertenezcan, a España haciéndola más competitiva y más justa.

De los chorizos no hablo, de esos sinvergüenzas instalados en las calderas del poder no voy a opinar porque ya se desprestigian ellos solos. La mentira tiene las patas muy cortas y todos los que engañan, más pronto o más tarde acaban por caer. Para eso está el Poder Judicial con Jueces y Magistrados serios e independientes que solo trabajan para que la legalidad se cumpla.

Jesús Rodríguez Arias

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