sábado, 27 de octubre de 2018

LA GRANDEZA DE CASIMIRO.




El padre de Casimiro se llamaba como él pero con el Don delante pues los muchos años que sirvió a España desde el puesto que tenía encomendado le hicieron merecedor de la honorabilidad amén que otras distinciones cuando se jubiló dejándolo a él en el sitio.

Don Casimiro había sido durante su larga vida asistente personal del General Franco allá en el Pardo, de esa etapa de su vida nunca se supo nada pues bueno era él, después tocó serlo del primer presidente democrático de España, Adolfo Suárez al que sirvió desde la lealtad y la verdad sea dicha que se llevaron bien. Luego pasaría a serlo de Leopoldo Calvo Sotelo del que siempre decía que no sería simpático pero era un caballero además de una lumbrera.

Don Casimiro le tocó en suerte ser el asistente personal, tenía destino en Moncloa, del presidente González en sus primeros diez años de mandato. Hay que decir que aunque los caracteres eran muy diferentes siempre se llevaron bien pues los dos se respetaban y mucho. Felipe González ha sido un presidente de cercanía, zalamero, pero no ha soportado a aquellos que quisieron ponerle en un brete, fue un hombre de Estado aunque ya se veía que los que le rodeaban no lo eran tanto…

Don Casimiro se jubiló con su edad y a su despedida fue el mismo presidente y le recibió el mismo Rey Don Juan Carlos I para imponerle una medalla por su buen servicio a España a base de prudencia…

Casimiro fue designado asistente personal del presidente siendo su primero el que jubilara a su augusto padre. Él reconoce que la parte que le tocó en gracia conoció a un González cada vez más endogámico, más alejado de la realidad, y por tanto más desconfiado, más huidizo. Eso se veía también cuando llegaba a casa, siempre fue muy correcto y agradable en el trato, pero ya su asistente lo veía preocupado y Casimiro con él.

Las elecciones de 1996 dio un vuelco España con la llegada por vez primera del gran partido del centro-derecha de la mano de José María Aznar de carácter austero, serio, siempre lejano, frío, calculador. En el primer mandato hizo una buena gestión, hay que reconocerlo, cosa que dilapidó en el segundo en el que gozaría por vez primera mayoría absoluta pues sufrió el “mal” que sufren todos los inquilinos de la Moncloa.

Con Casimiro fue correctísimo aunque nunca le tuvo confianza pues en verdad Aznar con casi nadie la tenía. Una cabeza privilegiada, una figura política valorada más a nivel internacional que en este país, un hombre que en sus mandatos cuidó a las clases medias como el principal bastión de una nación, un hombre que anunció su marcha el mismo día que fue elegido por vez primera pues ha sido el primero que dijo que a los 8 años adiós muy buenas.

Hay que destacar que con Casimiro no hablaba mucho y algunas veces delante de algún “amiguete” lo hacía llamar para inquirirle cualquier cosa en catalán pues decía lo hablaba en la intimidad. Todos esperaban la contestación del leal asistente presidencial con caras de guasa. Casimiro le decía muy serio: “Señor Presidente: Usted sabe que yo no hablo catalán ni en la intimidad ni en mi vida ordinaria, yo solo hablo el castellano que es el idioma de mi España… Y ahora si me disculpan”… Aznar le decía mientras marchaba: ¡Eres un tío cojonudo!

El atentado del 11-M lo vivió Casimiro como lo vivió toda España aunque desde su lugar todo se ve y se percibe distinto. Fueron unos días que parecieron años, unos días de tristeza infinita, de desolación, él mismo había perdido familiares en ese luctuoso día, fueron días de dolor pero también de manipulación, de mentiras, de brindis en algún que otro restaurante porque desgraciadamente este hecho haría cambiar la historia inmediata de España como siempre nos sucede y a lo que no nos acostumbramos.

Llegó sin esperárselo el presidente Rodríguez Zapatero que asumió de mala gana a Casimiro con el que nunca llegó a empatizar pues uno tenía un gran sentido de servir a España, el caso del asistente, el presidente eso le importaba tres pepinos pues él había llegado al poder para cambiarlo todo, para hacer que los españoles de tanto mirar al pasado no nos diéramos cuenta de lo que se estaba cociendo en los entresijos del poder.

Don José Luis, como siempre lo llamó Casimiro, siempre fue muy chirlachi de aspecto pero de gran hondura en pensamiento de que había que cambiar el mundo hacia un necesario Nuevo Orden. Lo pusieron para eso y él cumplió. Rodríguez Zapatero miró para otro lado ante el tsunami de la crisis económica mundial y lo acabamos pagando todos a precio de oro, fue el primer culpable de que en España volviera la pobreza, se llenaran los comedores sociales, y la gente buscara comida en la basura…

Casimiro nunca le cayó bien, aunque nunca lo dijera, y esos sentimientos eran recíprocos de tan maquiavélico presidente…

Otras elecciones, ocho años después de Zp, nuevo cambio de gobierno con mayoría absoluta del partido popular de Don Mariano al que conocía de su etapa en el gobierno Aznar.

Muy educado en las formas y en el fondo, ponía distancias aunque era humano, pero también muy distante, muy aislado desde el principio, muy enigmático pues nunca daba respuesta clara sino que dejaba otro interrogante en el aire. Parecía le temiera a la prensa, pareciera que le temiera a la gente pues no le gustaba mucho el contacto físico, salvo en elecciones, y le gustaba eso de las vídeos conferencias. Hombre que le dio un poder impresionante a su segunda, Doña Soraya, que como decía la mujer de Casimiro: Esta señora tiene cacaruca, que es una expresión muy andaluza que quiere decir que es de armas tomar, que tiene una mala baba considerable. Cosa que demostró en los años que estuvo al lado de su amigo y presidente.

Don Mariano que se enfrentó a la crisis económica y llevó a cabo todos los postulados que la unión europea dispuso para España, es verdad que sacó al país de la misma pero a un coste desmesurado, con demasiados muertos, demasiadas víctimas, demasiada pobreza, demasiada hambre. Se cargó a las clases medias que fueron el mayor patrimonio que defendieron los presidentes anteriores e incluso Franco y con eso mismo se cargó una parte importante del presente y futuro de España. Pagó un alto coste y nos lo hizo pagar a cada uno de nosotros. No abolió ninguna perniciosa ley anterior y cuando tuvo que ser contundente con el secesionismo catalán aplicó un 155 muy descolorido y puso al frente de todo a la mujer con más poder como era su segunda. Era considerado como el mal menor pero un mal al fin y al cabo.

Con Casimiro un trato correcto pero paremos de contar…

Pero España es un país diferente en todos los sentidos pues tras una sentencia judicial en la que quedó muy dañada la imagen del partido gobernante se montó una moción de censura por un bloque de izquierdas presidido por Don Pedro Sánchez, que ni siquiera era diputado, con los ropasueltas de podemos, con los separatistas, probatasunos de ETA y nacionalistas de diverso pelaje hicieron que Don Mariano cogiera las maletas antes de tiempo y este joven dirigente sin ninguna experiencia de gobierno fuese elegido por sus señorías presidente del gobierno. Entró diciendo que convocaría elecciones y ahora se desdice y dice que se queda al menos hasta el 20.

Don Pedro es de trato “chulesco”, siempre va crecidito, y es un “creído” que cree que ser para ser presidente del gobierno no hay que estudiar ninguna carrera, que se pone a la altura del Jefe del Estado o al menos eso intenta con el correspondiente choteo de gran parte de España, que ha puesto en manos de unos abyectos como los podemitas gran parte de su poder, que ante todo y sobre todo es presidente del gobierno, que se lo dice a hora y deshora pues para ejercerlo habrá que ir creyéndoselo.

Con Casimiro no hay trato de hecho ha firmado una orden para que desaparezca ese puesto arcaico del organigrama monclovita con el visto bueno de su mujer que parece mandar más que él.

Casimiro ya está harto de tratar con tanto tonto y ha decidido poner fin a su carrera tras 40 años de servicio. Tiene 60 años y se prejubila.

Hoy lo ha llamado el inquilino de la Moncloa a su despacho pues ha visto la petición en su mesa.

¡Hombre, Casimiro, camarada, como te vas a ir con lo necesario que eres para el progreso deestepaís!…

Don Pedro, permítame decirle que ya decisión está tomada, que he servido a España asistiendo a los presidentes de los que puedo decir mucho pero me callo por honor a la obligación de guardar secreto profesional. No le permito a usted el tuteo pues gracias a Dios no soy su camarada, no soy su amigo, no soy nada más que un servidor a España como lo debería serlo usted pero que debo decirle que lo dudo y mucho.

Hombre, Casimiro, no se ponga usted así… Y por favor no me llame Don Pedro sino Presidente del Gobierno porque soy el presidente del gobierno, porque así lo han decidido la voluntad de sus señorías que detentan la soberanía popular de que sea presidente del gobierno y este presidentes del gobierno o sea yo, que soy presidente del gobierno, soy de los que cree que “todo para el pueblo pero sin el pueblo” porque pienso que ahora mismo los españoles no me votarían y no podría seguir ejerciendo de presidente de gobierno con lo que me gusta ser presidente del gobierno porque entre otras cosas he nacido para ser presidente del gobierno…

Casimiro lo miró de arriba a abajo y le dio la espalda sin dejarlo terminar, ya no hacía falta tantos miramientos cuando se acaba de jubilar… ¡Don Pedro es usted un memo! Y siento decirle que aunque sea presidente del gobierno nunca lo será al cien por cien pues no ha pasado por las urnas. ¡Váyase usted a freír espárragos o lo que desee su laica esposa!

Y se marchó…

Sánchez se miró al espejo con cara de sorpresa y se dijo para él mismo: ¿Se habrá enfadado? ¡Qué se joda que para eso soy presidente del gobierno!

Me parece que todos deberíamos tener la dignidad del bueno de Casimiro y mandar a freír espárragos a tanto tragabuche del montón…

Jesús Rodríguez Arias

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