viernes, 22 de junio de 2018

VUELVE ARDILLONA: ¡¡TEMBLAD!!




La verdad es que Borriquete me tenía “estrosá” pues era ardoroso y yo ya no estoy pa ná…

He ido a la protectora de las ardillas desmadejás y lo he denunciado por acoso, derribo, tracatrón una vez si y otra no.

Lo han detenido y me han dicho lo han metido en la misma celda que el Urdangarín ese…

Ahora otra vez “soltera” me he acordado del Lirón pero me ha dado un asquito porque le olían los huevos un montón. También me he acordado de Ardillón y hasta le he mandado un mensaje secreto para ver si nos podemos ver pero me ha hecho el mismo caso que me hace desde que me dejara allá por el Canadá ese policía que me despojara de mi ardillesca virginidad.

Estoy más sola que la una y también la otra pues el tema amorío está fatal. Por lo menos mi hija Ardi ha madurado, en eso se parece a su madre, y ha empezado una relación seria con Oso Hormiguero que me han dicho es de buena familia pues el padre es dueño de todos los puticlú de la zona del estanque de las nutrias y su madre hace sus obras pías en el gallinero que está a la esquina del parque según se sale.

Los dos se conocieron en las clases de yoga tántrico del Maestro Lechuza y gracias al manejo de los términos coincidieron un día al entrar en la sala donde practicaban el módulo: La sexualidad según el graznido del pavo.

Según Loroncia, que de siempre ha sido muy cacatúa, me ha dicho que todavía no se han tocado aunque él ya le ha metido el hocico mientras no le meta el arándano mi hija Ardi puede decir que la virginidad no ha perdido.

¡Ojalá le vaya bien! Mejor que con el pelanas del ex-pretendiente y a su vez yerno del suegro querido seguro que si…

Cuando se entere llorará en el banco mientras se come la bellota y le habla a la oca que ya la tiene hasta ahí…

Lo mejor de esta infausta relación ha sido sin lugar a duda que yo he podido encontrar a mi policía, ese de ricitos risueños que ocultaba bajo el sombrero de fieltro, de pantalones bombachos y casaca corta roja, ese que me hizo ser ardillona antes de tiempo, ese que era el policía que mejor montaba en todo el Canadá, ese que decía era suegro del yerno atontolinado, ese que me hizo dudar de mi amor con Ardillón mientras le ponía la testuz con el Lirón y ya tonteaba con Borriquete, ese que me dijo que era una Utona, ese…

Ahora que estoy soltera, para nada entera, que todavía me puedo operar para quitarme años de encima, que un médico me ha dicho que hasta el pototo lo puedo estirar porque de tanto usarlo lo tengo como una silla desfondá, ahora voy a echarle los tejos de una vez por todas a ver si cae en mí, no me desprecia, y pierde el norte y me deja preñá. Yo, por amor, estoy dispuesta hasta yacer.

Aunque, os debo reconocer, que ando un poco mosqueada y “moquicaída” pues sé que mi particular del Canadá Policía sus amigos le han hecho una fiesta para celebrar el aniversario de boda con la santa de su mujer, la que llevó al altar una vez me dejó sola y plantá y helada en los tiempos de mi antigua mocedad.

¿Qué he hecho yo para merecer este denigrante trato del que consideré mi amado amante y para él yo fui ardilla de un rato?

Si no fuera porque no tenía nada que ponerme me hubiera colado por sorpresa en el fiestón. A ver que decía ese prenda al verme coqueta y resultona porque ahora soy más vieja pero antes fui utona…

Ardillón me dijo que quería comprarme un vestido de Vitorio y Luccino pero para eso tendría que vender el cañaveral de las lombrices que estaban muy cotizadas en su época. No lo hizo y no tengo el vestido y con lo mal que he quedado de mi relación con Borriquete no me he atrevido a ir a dar una verdadera sorpresa a esos enamoraeetes.

Pero sé que pronto harán una escapadita de amor y allí estaré yo. Ya tengo comprado asiento en la baca del trolebús. He reservado habitación desayuno y derecho de pernada en la cueva de la montañesa cabra. Se va a enterar cuando me desmaye delante suya, me tenga que hacer el boca a boca, cuando pruebe las mieles de mis labios seguro se acuerda de esa primera vez cuando era policía y llevaba sombrero de fieltro, pantalones bombachos…

No me quiero interponer en el matrimonio pero yo estaba antes…

Ardillón me ha dicho, llevamos una relación muy normalizada y progresista, que tiene intención de manifestar sus claras intenciones amatorias a la mujer del yerno del suegro querido a más tardar en este verano. Ya ha vendido el cañaveral y le ha pedido al maestro Joyo que le haga un anillo con alguna gema.

Mi hija Ardicandidez, al escuchar el nombre de Gema ha llorado porque todavía esta no se ha puesto en contacto con la otra. Ella que quería charlar de sus cosas al borde del lago mientras comen bellotas a pleno sol veraniego con sesenta grados a la sombra.

Mi hijo Ardillesco está apenado, pues él es caballero de los de dartañán y también ha sufrido menoscabo. Su anhelada Encarna cita no le ha dado, no ha tirado sus coletas desde la torre hasta el caballo para él subir a rescatarla y llevarla en brazos como hacen un amado con su amada pero ella ni se ha dignado en contestarle las 600 cartas que en quince días le ha enviado…

Mi hijo Ardillete triunfa en las colonias francesas pues va a anunciar un nuevo perfume llamado: “O del lago”.

O del lago,
flipa mogollón,
sirve para el sobaco,
también para el potorrón.

Jirjol, Jirjol.
Jirjol, Jirjol.

Mi hijo Ardigitón no está triunfando con las rumbitas y por eso se ha hecho DJ de la disco-ranitas.

Tiritri, tirititrón,
nadie quiere,
a Ardigitón.

Eso sí mi prima Obdulia, la soriana, está la mar de contenta pues su hija ha intimado con un chico muy mono llamado Manel que le lleva bellotas y tarritos de miel.

Mi hija Ardifermosa quiere ser modelo de buena ropa, se ha afeitado el sieso y hasta la broca, pues quiere parecer que sabe lo que es la moda. Yo por mi hija ma-to y por eso cuando vea y recupere el amor de mi policía con ricitos le diré hable con diseñador de prestigio para que en su próximo desfile luzca un modelito.

La que mejor lo tiene es Ardi con mi yerno, ya lo quiero como tal, Oso Hormiguero pues dice que en su casa van a poner un bellotero con las más sabrosas bellotas del mundo entero. Que tendrá un cuerpo de casa y otro de calle y que cuando ella lo disponga quiere procrear una familia luenga con 25 vástagos na más…

Aquí solo hay dos víctimas que no sé como recuperar: Yo mismamente y el yerno del suegro querido que cuando se entere que a Ardi a perdido no se como le va a sentar porque de siempre me ha parecido atontado y meapilas… ¡Mira que enamorarse de una ardilla!

Lo dicho, cuando esta parejita vaya de escapadita a su nidito se encontrarán conmigo y seguro que a suegro querido se le cae tó…

¡Tendréis noticias de nuestro amorrrr!

Jesús Rodríguez Arias



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