sábado, 9 de junio de 2018

INOCENCIO Y LA LLAMADA DEL PRESIDENTE



¿Quién le iba a decir a Inocencio que ese chico peripuesto, que ponía cara de asco cada vez que alguien le daba la mano o un beso, que cantaba la Internacional puño en alto en pleno Siglo XXI, que era amigo de todos los caraduras ropasueltas llegaría por golpe, porrazo y moción de censura a la presidencia del gobierno de España? ¡Ver para creer!

Ya sus progresistas hijos de Pablo Iglesias, el de verdad y no el del chalete de Galapagar, estaban haciendo sus cábalas sobre qué puesto o que cartera, no ministerio, les iba a dar el camarada Pedro. Ellos que habían sido fieles en lo malo esperaban como todo hijo de vecino que el presi los tuviera en cuenta pues ahora había mucho hueco libre y ellos estaban disponibles a servir al país por amor al arte de "llevárselo calentito" como todos los que pasan por allí.

Inocencio desde que Pedro Sánchez prometiera su cargo el sábado ante el Rey a mesa limpia no para de guardar recuerdos para él imborrables. Esa foto en la que aparece con la camisa azul y la chaqueta blanca mientras el ministro de turno de Franco visitaba su comarca o cuando siendo gobernador civil acompañó al mismísimo Caudillo a inaugurar un pantano de la zona o cuando llegada la democracia fue el presidente provincial de la arcaica alianza popular de Manuel Fraga o cuando ya con el gobierno de Felipe González se hizo empresario de la construcción y después de ganarlo de lo lindo, él que es proletario de toda la vida, fue a la cárcel por una estafa de muy señor mío. Quitó el crucifijo de plata, la medalla de hermano mayor honorario de la Cofradía de su pueblo, ese cuadro de la Virgen de Fátima que le dejara en herencia su madre y la bandera de España con el águila pues la constitucional nunca le gusto demasiado.

Los nombramientos de los ministrables iban cayendo poco a poco según pasaba la semana y los niños no estaban nerviosos pues ellos esperaban como mucho alguna subsecretaría de Estado o una delegación de gobierno porque la alcaldía ya es pecata minuta para ellos que son la mano izquierda del presidente.

Hoy Inocencio se ha levantado extrañado pues el nuevo gobierno ha tomado posesión y se ha celebrado el primer consejo de ministro. Ayer viernes pasó toda la mañana en su casa abandonando incluso su aperitivo de la tradicional copa de vino con su jamoncito del bueno pues estaba esperando la llamada del presidente Sánchez para consultar con él los asuntos a tratar en esta reunión gubernativa tal y como le prometiera en un mitin del partido en marzo del pasado año. No creo que Pedro me engañara y me dejara con esta ilusión pues como a mi me haya mentido mis hijos con sus pretensiones se van a comer un mojón...

La impaciencia siempre ha sido el mal de la familia de Inocencio por lo que esta vez va a esperar porque todos sabemos que es estrenar cargo pero si la semana que viene Pedrito no me llama, dijo algo mosqueado, me voy a Génova, donde guardo grandes amigos, y les digo que quiero poner de mi parte en la necesaria renovación del partido popular y que ayudará en las próximas campaña con medidas donaciones si el que se presenta es símbolo de cambio y refundación, un hombre casi desconocido que puede aportar mucho: ¡Javier Arenas! 

Este sábado viene a comer el hasta ahora delegado del gobierno de su región que se queda en paro después de más de 35 años cotizando en política. Inocencio lo recibe con honores y le enseña esa foto en la que está con Fraga en un mano a mano jugando al dominó. Se le humedecen los ojos y el cesante delegado lo abraza: ¡Son malos tiempos Inocencio para los demócratas, para los que hemos servido a España ofreciendo nuestra vida por ostentar ese necesario cargo público! 

Es verdad, querido amigo, este Sánchez es un traidor que le ha hecho una jugarreta al bueno de Mariano por el Gürtel ese de los cojones... Piensa amigo mío, que con Franco esto no pasaba mientras se metía un loncha de buen jamón y sus ojos se llenaban de emociones.

Y es que Inocencio le cuesta y mucho no pensar en pasado...

Jesús Rodríguez Arias 


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