viernes, 18 de marzo de 2016

ESCOLTAS DE CRISTO.







Vuelvo abrir mi ventana en este viernes distinto, único, especial, íntimo como es el Viernes de Dolores y desde aquí quiero felicitar a todas las Dolores y Lolas que celebren su día en el de hoy.

Ya empiezan a sonar tambores y cornetas, la gente en pie en la calle los espera, largas filas de nazarenos, de hermanos con cirios y velas, de penitencia en la penitencia, el paso o trono avanza con Jesús y María desperdigando Amor a espuerta, bendiciendo a sus hijos, ofreciéndoles la vida eterna, ayudándonos con nuestra cruz que Él ya la lleva a cuesta.

Sí, empieza una nueva Semana Santa en nuestra bendita tierra.

Y en muchos cortejos procesionales Cristo no es escoltado por la guardia pretoriana que lo lleva directamente al patíbulo sino por hombres y mujeres que dan sus vidas por todos nosotros tal y cómo Él hizo.

Escoltados por la Guardia Civil o la Policía Nacional vigilando para que a Jesús Nazareno no le pase nada que le tenga que pasar. Hombres y mujeres que participan de forma voluntaria en la que es también su Estación de Penitencia.

Caminas con la Cruz,
la sangre te embebe,
resguardaíto estás Tú,
con ángeles de azul o verde.

Brillantes tricornios,
honorables en su sitio,
protegiendo con encomio,
a un reo llamado Cristo.

Azul es tu corazón,
de policía por entero,
bien sabes es un honor,
escoltar al que es Eterno.

Y María nos acompaña,
con dolores de muerte,
con los servidores de España,
los que viven en azul o verde.

No hay nada más grande que ver a nuestros Policías o Guardia Civiles escoltando o en la presidencia de un cortejo procesional porque ellos son los depositarios de una entrega absoluta a los demás aunque muchos sanedrines lo juzguen y condenen a ese ostracismo que tienen los valientes, los que se entregan por España y por todita su gente, los que se encuentran en demasiadas ocasiones a tantos Poncio Pilato que se lavan las manos y los dejan en la interperie, recibiendo azotes, escupitajos, insultos, los que te entregan a la muerte.

Sí, no hay nada más grande que contemplar a los miembros de la Guardia Civil o del Cuerpo Nacional de Policía protegiendo al Protector, ofreciendo sus vidas por el que la dio por todos y cada uno de nosotros.

Cada vez que los veo me siento seguro porque Jesús y su Bendita Madre llevan la mejor protección que pueden llevar, la de corazones entregados, los que nos ofrecen con sus vidas ley y seguridad, las que se entregan cada día del año por nuestra bendita España.

Señor, debajo de la Cruz,
un tricornio deposito,
una gorra y uniforme azul,
y una oración por  sus hijos.

Cada vez que veáis este año a la Guardia Civil o Policía Nacional en cualquier cortejo procesional mirad al Señor con amor y gratitud.


Jesús Rodríguez Arias 

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