viernes, 12 de febrero de 2016

UN SINCERO HOMENAJE A LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD.




Siempre lo veo erguido, vigilante, atento, presto y con una mirada que a mi me puede parecer perdida pues no llego alcanzar ver lo que él ve pero sé que abarca más de lo que podríamos presuponer.

Educación llevada a gala no exenta de firmeza es lo que le caracteriza y a la vez les caracteriza pues no tienen una misión fácil, más bien demasiada complicada para el devenir de un mundo que aspira solamente hacer lo que le da la gana.

Todos pedimos respeto aunque transgredamos el del otro. Todos pedimos libertad y hacemos uso de ella caiga quien caiga pues el respeto, la libertad termina cuando agredes al del otro.

Si los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado lo tienen bien difícil no os podéis ni imaginar todos los que ejercen sus funciones como vigilantes de seguridad.

En muchos casos vemos a ese señor o señora uniformados con su particular placa ejerciendo la misión que tengan encomendados con total seriedad, total disponibilidad, ofreciendo seguridad al lugar o recinto donde se encuentren. Imponen respeto con solo mirarlos aunque yo que los trato desde hace muchos años, que trabajan en el mismo lugar donde ejerzo mi labor como funcionario sé el valor que tienen y que tiene su trabajo.

He hablado con muchos en profundidad y sé de su entrega en las misiones donde tienen echar largas jornadas laborales porque para llevar un sueldo mínimamente digno hace falta echar muchas horas de trabajo al día.

Conozco a vigilantes jóvenes, llenos de ilusiones y algunos pajaritos así como otros que están entrando o en la madurez de la vida que están llenos de realidades y de las certidumbres que la vida, que ellos vigilan constantemente, les va ofreciendo.

Conozco bien sus padeceres, sus maratonianas jornadas, su labor siempre callada, siempre eficaz, sus sinsabores, sus experiencias, sus alegrías...

Y sobre todo conozco y admiro más si cabe a los que tienen por honrosa profesión la de vigilante de seguridad porque uno de mis mejores amigos, un verdadero hermano del alma, lo es y además tengo el inmenso honor de compartir muchas horas con él pues suele desempeñar sus funciones donde yo trabajo llevando los dos los mismos años pues entramos casi en la misma fecha.
 
Siempre está vigilante, comprende lo que dice una mirada, una sonrisa, un gesto como si se lo dijera a diccionario abierto pues de tantos años, de tanta experiencia acumulada, sabe bien a las claras lo que está pasando sin que apenas se le note.

Tranquilidad, educación, saber estar y actuar son los pilares en los cuales me fijo y me admiro siempre de mi querido y buen hermano también y por traslación al resto de los que  ejercen esta labor profesional demasiado sacrificada y muy poco valorada en lo económico así como en la consideración que le tienen muchos al ver a esos hombres y mujeres de uniforme vigilando para que todo esté en orden y también ayudan, auxilian, para que nos encontremos seguros.

Los verás en cualquier lugar: En dependencias institucionales y administrativas, en los bancos, en aeropuertos o estaciones de tren, autobús, metro, supermercados y grandes superficies, en polígonos industriales, en obras y construcciones, hospitales y centros de salud, bibliotecas y aularios... Sabes que en ellos te puedes apoyar pues están ahí para ayudarnos, protegernos y solo aquél que tiene la mente sucia y torcidas intenciones su presencia les inquietará.

Hoy, como todos los viernes, vuelvo abrir mi ventana para que entre aire puro y también homenajear a los que velan por nuestra seguridad y en este caso muy concreto ofrecer un  sincero homenaje a todos y cada uno de los vigilantes de seguridad que atesoran muchas horas de servicio, mucho trabajo, demasiadas ingratitudes y muy pocos homenajes.

Con mi admiración personal hacia todos ellos y en especial a mi querido amigo, buen hermano, que me ha enseñado a valorar la labor del Vigilante de Seguridad: Leonardo López Carrasco.

Con un fuerte abrazo,


Jesús Rodríguez Arias

Nota: También extiendo este abrazo y este homenaje a mi querido y buen amigo Mateo Gutiérrez.

11 comentarios:

  1. Yo he sido vigilante aunque ahora no lo soy y agradezco mucho este articulo donde me he sentido identificado y sólo en toda mi vida he visto como se defendia el nombre de vigilante de seguridad. Gracias por este apoyo a esta profesión.

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  2. Gracias por tu sincera opinión. A todos los que ejercen esta profesión y siguen cumpliendo con un trabajo mal mirado por unos pocos y mal pagado en general.

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  3. Gracias por tu sincera opinión. A todos los que ejercen esta profesión y siguen cumpliendo con su labor aunque unos pocos nos critiquen. Siempre alerta.

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  4. Gracias por tu sincera opinión. A todos los que ejercen esta profesión y siguen cumpliendo con su labor aunque unos pocos nos critiquen. VS siempre alerta.

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  5. Gracias por tu sincera opinión. A todos los que ejercen esta profesión y siguen cumpliendo con su labor aunque unos pocos nos critiquen. VS siempre alerta.

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  6. Un cordial saludo y mil gracias por ver la gran labor que desempeñan estos hombres en general.

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  7. Gracias por estas palabras animan a seguir en la labor como el primer día.

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  8. Gracias por las palabras de apoyo a esta desagradecida actividad.

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  9. Muchas gracias. Siempre por las personas.

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