viernes, 26 de junio de 2015

ABRIENDO CAMINOS





“Abriendo caminos”. 


Eso es lo que pensé el pasado domingo en la Romería a la Divina Pastora de mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario que está situado en lo más alto de la provincia de Cádiz de esta España cada vez más maltrecha que nos acoge. 


Abriendo caminos por medio de un coche de nuestra Guardia Civil que velaba a cada momento que todo discurriera con normalidad para no quebrar la alegría, la fe y la devoción de quienes íbamos detrás de la dulce Virgencita. 


Fueron tan solo unos kilómetros aunque no os podéis ni imaginar la laboriosa labor de los miembros de nuestra benemérita institución a cada paso. Lo mismo paraba la romería para que pasaran los coches que discurrían en sentido contrario por esa comarcal y estrecha carretera, que caminaban a lo largo de los que componíamos el “cortejo de romeros” para comprobar “in situ” que todo iba como debía ir. 


Lentamente el coche abría paso a cierta distancia para prevenir lo que pudiera suceder sin que alterara el normal desarrollo de la romería. 


Fue poco más de hora y media de trayecto a pie, en coche o a caballo los que estos ángeles de verde nos acompañaron hasta llegar a la finca “Mata Ruiz” donde se celebraría la Misa campera y posterior convivencia en las encinas que a modo de particular casa alberga a cada Familia en una jornada de la más viva de las convivencias. 


Y es que es verdad que cuando hay un agente de la Guardia Civil o del Cuerpo Nacional de Policía o de la Municipal  nos encontramos más seguros, más tranquilos, más cómodos. 


Debo deciros que en esta romería que pude disfrutar en primera persona todos los romeros íbamos contentos, orando, llorando o riendo pero tranquilos porque los Guardias Civiles que garantizaban nuestra seguridad y también la de todos no perdían ningún detalle. Lo mismo los veías conduciendo el coche lentamente aunque a cierta a distancia, que parado este en el arcén todos se desplegaban a lo largo de la romería para garantizar que el tráfico fuese lo más normal de lo posible sin que en ningún momento se alterara absolutamente nada en el discurrir de este de piedad y tradición popular. 


Recuerdo, y la foto que ilustra la cabecera de este artículo recoge ese momento, cuando faltaba muy poco para que echara andar la carreta con la Divina Pastora que me acerqué a ellos y les pregunté que si podía hacerles una fotografía pues colaboro semanalmente con artículos de opinión en “Quiero a la Guardia Civil” y que me gustaría sacar esta imagen que es el fiel reflejo de todo lo que hoy pueda exponer. Me contestaron que sin problema, que ellos bajaban el quitasol y que por favor no sacara la matrícula. Les di las gracias y les hice llegar mi cariño por la benemérita institución de la Guardia Civil pues al ser hijo de Policía me encuentro en propia casa cuando me encuentro entre miembros que conforman los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Fue entonces cuando un nexo de unión se materializó entre nosotros. 


Siempre digo en todo y ocasión que se me presenta que no tenemos que tener miedo ni temor ante la presencia de un Guardia Civil o de un Policía pues ellos son los garantes de nuestra seguridad y de se cumpla el imperio de la ley que nos iguala a todos los ciudadanos aunque ahora haya mucho “ropasuelta” que quiera ponerlo en entredicho. 


Sin ir más lejos esta pasada semana en un mediático show protagonizado por el alcalde de Cádiz ante un desahucio cuando los Policías estaban cumpliendo las órdenes de la magistrada y desalojaban a los que impedían que la justicia se pudiera cumplir, entre ellos varios concejales podemistas, se profirieron insultos llenos de desprecio hacia los miembros del Cuerpo Nacional de Policía. 


A todos esos que insultaron e intentaron vejar a quienes trabajan por todos y cada unos de nosotros con sus propias vidas les hago llegar mi desprecio más absoluto y les transmito que la consideración que le tienen a la Policía, Guardia Civil es mucho mayor que las que yo les tengo a todos y cada uno de estos ropasueltas que tienen almacenado tanto odio que hasta tienen que guardarlo en la mochila que todos llevan a la espalda. 


Gracias a Dios que tenemos a nuestros particulares ángeles de verde o de azul que abren el camino hacia la libertad, hacia la tranquilidad, hacia la justicia porque en esta que España que nos alumbra o ensombrece hay demasiados lobos que quieren aniquilar al rebaño. 


Mi admiración con mi gratitud a la GUARDIA CIVIL, CUERPO NACIONAL DE POLICÍA, POLICÍA MUNICIPAL porque sin ellos estaríamos totalmente perdidos pues se han erigido  en nuestros salvadores en la gran jungla donde los caníbales te los puedes encontrar en cualquier lado. 


Con un fraternal abrazo, 


Jesús Rodríguez Arias



En estos momentos en de alerta por la amenaza terrorista los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado los sentimos más cerca y unidos a nosotros si cabe.

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