viernes, 24 de abril de 2015

ESOS VIEJOS CUARTELES...


Cuando veo, miro y ciertamente admiro esos viejos muros derruidos por el pasar del implacable tiempo, por las inclemencias que han ido aguantando de forma estoica hasta resquebrajarlos, hasta hacer caer piedra tras piedra, cuando siento que estos nos observan como el último vestigio, a modo de fortín, resistiéndose a desaparecer como parte indispensable de la historia de España, de pueblos, de tantos...

En esos muros caídos cierro los ojos y veo vida, mucha vida, de todos los que la habitaron e hicieron de los mismos su casa. El lugar donde prestaban servicio y llegaban para entrar en calor después de horas protegiendo a los demás en medio de las inclemencias del tiempo.

Escucho en mitad del silencio en el que me hallo las voces de tantos niños, mujeres, hombres, vecinos, patriotas.

Son los viejos cuarteles de la Guardia Civil donde muchos de vosotros habéis nacido, crecido en el calor y el color de esos ángeles verdes que precisamente eran vuestras padres, abuelos…

Olor a guiso, olor a Familia en sentido más fraterno y unido de la expresión porque en las viejas, y actuales, Casas Cuarteles todos, viniendo de donde vinieran, se consideraban parte de la Gran Familia de la Guardia Civil.

Cuantas satisfacciones, cuantas alegrías, cuantas emociones, cuanta tristeza, cuantas incomprensiones forman el particular “barniz” de esos muros que se mantienen a duras penas en pie y que no saben si podrán soportar otro nuevo invierno donde el viento, la nieve, las lluvias formen parte de ese paisaje al que llevan tantos años acostumbrados.

Somos los españoles ciertamente desagradecidos con nuestra historia. Gobierno que llega destruye lo anterior con el visto bueno de una ciudadanía que parece importarle poco todo lo que pase si no salen especialmente perjudicados.

¿Cuántos monumentos y nombres que formaban parte del callejero popular han desaparecido porque al gobernante de turno no le gustaba? El hoy se puede escribir si miramos y nos fijamos en el ayer pues sin los datos que nos proporciona la historia no podremos construir un futuro fiable para nuestros hijos. Sin saber de dónde venimos nunca nos podremos explicar realmente quienes somos.

Puedo imaginar la cantidad de sentimientos que se retienen en la retina de la memoria y del corazón cada vez que tantos miembros de la Guardia Civil de todos los tiempos, sus Familias pasan y detienen sus miradas en esos muros desvencijados donde apenas se aprecia el vestigio de un pasado que por serlo no es peor ni mejor sino simplemente pasado. Cuantas vivencias y recuerdos en torno a ese viejo, histórico, y por la desidia de los hombres, decrépito cuartel.

Algunos todavía mantienen la dignidad a duras penas y permanecen en pie como entonces, como antaño, aunque ya sin vida, sin calor, ni color pues eso lo da simplemente cuando se habita.

Los recuerdos que albergan la memoria son postales que se ven en blanco y negro aunque se recuerdan, se rememoran en color. Me emociona cuando leo los comentarios de tantos Guardia Civiles, tantos familiares, que han compartido vivencias y sobre todo sentimientos en torno a un recinto que sin ellos y los que lo transitaban a diario carecería de calidez, emociones, en definitiva de vida.

Me imagino esa mirada perdida más allá de los tiempos de ese viejo Guardia que al divisar los muros heridos con las cicatrices del tiempo se mantienen en pie resistiéndose a caer, claudicar, a ser vencidos, a enarbolar la bandera de la definitiva rendición.

No, esos viejos cuarteles son parte de la gloriosa historia de la insigne y benemérita Institución de la Guardia Civil y por eso no deberíamos dejarlos caer como si no nos importara absolutamente nada pues cuando el solar sea una maraña de hierbas, cuando apenas se divisen piedras dispersas, cuando ya no exista nada, entonces pensaremos que tendríamos que haber hecho algo, que se ha perdido otra parte más de nuestra propia historia, que no le damos importancia y valor  a lo nuestro. Parece que todo lo que no redunde en beneficios, en dinero, ni importa e interesa. ¡Así nos va!

Estamos dirigidos por los “poderes del mundo” que sirven a un único dios: El dinero. Y si a estos que manejan todos los hilos no le importamos para nada nosotros, pues a la corta o a la larga nos convertimos en simples números e instrumentos de su codicia, menos les va a importar nuestra historia, nuestro patrimonio que forman parte de nuestros propios sentimientos.

No, hoy permitidme que no me fije nada más que en la mirada perdida en lo más remoto de la memoria de ese viejo y glorioso Guardia Civil que ha servido y sirve a España constantemente cuando se fija, ve esos nobles muros desvencijados que se mantienen en pie con total dignidad luchando contra las inclemencias, el tiempo, para no dejar caer una piedra más porque, por muchos que quieran ignorarlo, forman parte de nuestra historia.

Con mi admiración y cariño hacia la Guardia Civil donde en los antiguos carteles rezaba: ¡Todo por la Patria! ¡Y lo cumplen a diario!

Recibid un fraternal abrazo y que el Cristo de la Serenidad y la Virgen del Pilar os bendigan.


Jesús Rodríguez Arias

Nota: Fotos publicadas en "QUIERO A LA GUARDIA CIVIL" cuyo autor es Juan Antonio López.

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