A LOS CUERPOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO: ¡¡SENCILLAMENTE GRACIAS!!

Lo reconozco quiero a la Guardia Civil como también quiero al Cuerpo Nacional de Policía del cual soy hijo.

A lo mejor va siendo hora de empecemos a dar las gracias por todo lo que nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hacen a diario para protegernos, para salvaguardarnos de la maldad que nos rodea.

A lo mejor es hora de que seamos consecuentes y digamos abiertamente sin tapujos y sin inútiles prejuicios que estamos orgullosos de los gloriosos Cuerpos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional así como de los miembros de las distintas Policías Locales porque desde que se levantan hasta que se acuestan están pendientes de todos y cada uno de nosotros ofreciendo la seguridad que no sentimos hasta que nos falta.

Tengo el honor de conocer a muchos guardias civiles, muchos policías y cuando estoy con ellos se crea un puente invisible que nos une como un cordón umbilical pues lo que he vivido desde mi tierna infancia no se puede olvidar.

Mi padre fue Policía y aunque tengo un recuerdo muy difuso de él, pues murió cuando yo contaba con seis años, mantengo en la retina de mi memoria su figura saliendo de casa a primeras horas de la mañana cuando no había amanecido y volvía a las tantas de la noche. Recuerdo cuando mi madre nos llevaba a sus cuatro hijos a recoger a mi padre a las puertas de la Comisaría de Cádiz, recuerdo su placa puesta en la mesa de su despacho, las llamadas de teléfono a cualquier hora del día, recuerdo a un hombre que amaba a su mujer e hijos y que también amaba al Cuerpo en el que servía porque de esta manera lo hacía con España.

Mi madre nos enseñó a todos a amar a nuestra Patria como también amar a la Policía así como la Guardia Civil porque ella unía a todos los servidores de nuestra querida España en un privilegiado grupo que anidó en nuestros corazones.

Ahora, a mis cuarenta y cinco años, cuando las canas van paulatinamente plateando mis sienes y mi barba, cuando disfruto de la necesaria madurez en mi vida, ahora es cuando mi amor por mi Patria es más rotundo así como al Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil así como por la Policía Local.

Y ahora es cuando echando la mirada atrás y viendo toda la sangre derramada por defender la libertad, la seguridad de todos nosotros, la labor que realizan a diario en cada ciudad o pueblo, en la carretera, en los siempre desagradecidos puestos fronterizos, en las aduanas, a través de un ordenador, investigando los delitos financieros, la delincuencia organizada, encima de una moto, un coche, a pie o caballo debo decir solo una cosa: ¡¡GRACIAS!!

Dice el refrán que no es bien nacido quien no es agradecido y por eso os invito a todos los españoles de bien que demos las gracias públicamente a todos y cada uno de los miembros  de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por su labor callada, por protegernos, por guardarnos de todo mal, por ser la mano amiga que siempre necesitamos, por su educación, por estar siempre para todos, por cuidar hasta de los terroristas que han sembrado de dolor y de sangre a sus propias familias, por proteger a quienes no les traicionan por mezquinos intereses, por...

Cuando veamos esos ángeles vestido de azul oscuro o de verde no nos escabullamos ni sintamos temor, pues el inocente que es el que no tiene nada que esconder y no teme a nadie, sino que nos envuelva la seguridad, la tranquilidad que dar el saber que tienes muy cerca a personas entregadas a los demás y que nos protegen a todas las horas que tiene el día.

Como muestra de mi cariño, respeto y verdadera admiración escribo este artículo para deciros sencillamente: ¡¡GRACIAS!!

Recibid un fraternal abrazo,

Jesús Rodríguez Arias