viernes, 14 de diciembre de 2018

ESPERANZA...




Esperanza nadie la llamaba Esperanza pues para todos era “Esperancita”…

Ella que vive en un hogar algo singular, en una familia que se saltan todos los estereotipos que ahora están dispuestos. Ella vive en una casa con sus tres hermanos donde su padre es miembros del Cuerpo Nacional de Policía y su madre de la Guardia Civil.

Sus padres Paco y Rosalía se conocieron en un dispositivo antidroga en un aeropuerto internacional, según cuentan, pues tenían la información de que llegaría uno de los más buscados capos al que nunca le habían podido echar mano.

Ese capo era multimillonarios en dólares, en euros, y también en muertos, en víctimas que ha destrozado sus vidas y la de sus familias cayendo en ese maldito mal que te hace deambular como si fueses un muerto en vida.

Ese capo que había comprado voluntades a precio de oro y también de coca. ¡Maldita sea la coca y quienes se hacen ricos a costa de la vidas de los demás!

Paco era un joven subinspector especializado en la materia que había incluso colaborado mucho tiempo con la Interpol Y Rosalía, Teniente de la Guardia Civil especialista en el ramo con muchas operaciones a sus espaldas, con muchos éxitos conseguidos a base de trabajo y más trabajo.

No cabe decir que el mafioso cayó en las redes preparadas y con gran parte de su equipo y lo que es mejor el descomiso de miles de kilos de droga que es también veneno para nuestra juventud, para lo que no son tan jóvenes e incluso para muchos mayores.

Paco y Rosalía empezaron a salir y fueron consolidando su relación a base de Amor entre ellos y un Amor a España compartido y correspondido. El día de su boda, Esperancita ha visto las fotos, Paco con su uniforme de gala del Cuerpo Nacional de Policía y Rosalía en vez de llevar el tradicional traje blanco de novia llevaba su inmaculado verde uniforme con sus estrellas de Teniente y el tricornio que le brillaba de puro limpio. ¿Quién dijo que había que guardar la tradición cuando ella tiene el vestido más bonito, el del Cuerpo de su vida, el de la Guardia Civil?

Salvo algunos años en los que estuvieron separados, físicamente, por no haber podido obtener destinos en la misma localidad casi siempre han hecho lo que han podido para estar juntos. Ella no vivía en la Casa Cuartel sino todos lo hacían en la familiar.

Tuvieron cuatro hijos: Tomás, por su abuelo paterno, María, por su abuela materna, Francis y Esperancita. Entre el mayor y la más pequeñita se llevan 15 años pues Rosalía de siempre dice que su pequeña es obra de un precioso milagro.

Llevan más de 20 años casados y de siempre han sido muy felices, se han amado, se han comprendido, se han respetado y esos valores se los han ido inculcando a sus hijos a los que le han ofrecido la oportunidad de ser y estudiar para lo que estaban capacitados porque uno de los peores errores de muchos padres es hacer que sus hijos sean lo que ellos han sido, ellos han estudiado o ellos hubieran querido hacer o estudiar…

Y es que Paco y Rosalía confiaron sus vidas a la eterna Esperanza. Esperanza cuando Rosalía hace unos años ya fue golpeada salvajemente por unos miserables por llevar el verde uniforme de la Guardia Civil que le tuvo más de tres meses hospitalizada con diversas fracturas y una operación donde le tuvieron que recomponer la pierna a base de tornillos. Esperanza de empezar una rehabilitación que le costaba Dios y ayuda. Esperanza de volver a ponerse su uniforme que al final consiguió año y medio después aunque ya se acabara para ella la calle, las operaciones, las intervenciones, y estuviera sentada tras la mesa de su despacho con su flamante cargo de Comandante.

Esperanza cuando después de mucho intentarlo por todos los medios, con muchos abortos involuntarios, un día porque así Dios lo quiso se quedó embarazada a base de rezar mucho, creer mucho, no faltarles nunca la Esperanza.

Nació su pequeña, la que tanto deseaban, la que pondría de nueva esa necesaria gota de niñez con unos hermanos ya más crecidos y unos padres que opositaban para mayores.

Nació bien y se llamó Esperanza… Aunque todos en verdad le llamaban “Esperancita”.

Esperanza es lo que le faltó a Paco y siempre retuvo Rosalía cuando el primero tuviera ese accidente de coche cuando iba persiguiendo a unos delincuentes que habían realizado un robo por alunizaje en la joyería del centro. Accidente que pudo ser mortal pero que no lo fue, accidente en el que su compañero se rompió la clavícula y a él le cercenaron la pierna izquierda de por vida…

Y Paco, que ya ostentaba la categoría de Inspector Jefe y que tenía la intención de formarse para llegar a ser comisario, se le acabó su vida profesional en un mal accidente de tráfico. Horas y horas, días y días, operaciones tras operaciones, hasta que llegó ese día en el que le dieron el alta a un enjuto policía con frondosas ojeras de sufrimiento y el pelo encanecido por completo de forma prematura.

Paco ya no vistió más de azul, no se puso en su pecho la placa, no intervino en más operaciones, no mantuvo más reuniones con la superioridad y le costó mucho tiempo el ir al bar donde siempre desayunaba junto a sus compañeros pues aunque sería por siempre Policía ya no podía ejercerlo. Medalla y honores por sus méritos en acción de servicio con el mismo ministro de interior de por aquél entonces presente en el acto.

La vida no era color de rosa, ni de azul aunque si de verde pues veía salir todos los días a Rosalía, que cojeaba un poco pues los tornillos también se enfrían, pensaba él, y este invierno está siendo duro.

Paco se quedaba en casa, en la silla de ruedas o caminando torpemente con sus muletas. Al principio se cayó más de una vez, menos mal que siempre algunos de sus hijos estaban por allí para auxiliarlo, porque sentía su pierna y otras muchas entraba en la web oficial del Cuerpo para por lo menos ver lo que había sido y lo que en verdad nunca dejará de ser…

Esperancita dio color de vida a esa casa, a esa familia de patriotas y servidores hasta la última gota de sangre por España y todos los que la conformamos. Esperancita dio calor y sonrisa a un padre demasiado hundido que vio motivos para seguir luchando y una madre a la que le costaba la misma vida seguir con su normal ritmo sabiendo que en casa estaba lo que más quería y que además, será por el tiempo, le dolía últimamente tanto la dichosa pierna…

Tomas, el mayor, es en verdad una mezcla de sus padres pues siente el azul y el verde como los colores de su sangre. Por un lado le tira el ser el sucesor de su padre en el Cuerpo y por otro le atrae la marcial vida de los que forman parte de la Guardia Civil. Estaba hecho un lío y tras consultarlos con ellos decidió por si mismo…

Hoy la Esperanza se viste de azul mar y verde Esperanza pues Tomás después de unos años de estudios, formación y preparación parte hacia nuevos mundos pues su vida, como la de sus padres, es como un velero. Tomás se ha decantado por la Armada y dentro de unos días zapará del muelle de Cádiz a bordo de Juan Sebastián El Cano como un guardiamarina más, como tantos hombres de la mar que han hecho historia dentro de su propia historia.

Hoy la Esperanza vuelve a lucir con una inmensa sonrisa pues Paco se ilusiona y se emociona. Ya no se echa la culpa de ese maldito accidente, ya no se compadece de si mismo sino que vive con los ojos de sus hijos: De Tomás que pronto zarpará para conseguir su sueño, María que este año ha empezado Medicina, Francis que está terminando de opositar y Esperancita que estudia, juega, charla, se sorprende y vive…

Hoy viene primo José y el tío Carlos con sus hijos y nietos, hoy la mesa está más llena de alegría que de manjares, más llena de Esperanza que de riquezas. Paco que forma parte de la Asociación de Mérito “Santos Ángeles Custodios” desarrolla una encomiable labor que le llena de vida a favor de sus compañeros, Rosalía hace unos meses pasó a la reserva cuando ya no podía más con la dichosa pierna y también de estar sentada tras un despacho que a ella, mujer de acción, le ahogaba…

Hoy es Nochebuena y mañana Navidad, una Navidad diferente aunque pueda parecer igual porque su hijo Tomás parte ha navegar el mundo y su hijo Francis dirá a todos que ingresa en Valdemoro pues ha superado las pruebas para ser Guardia Civil.

Con este artículo, previo al día de la Esperanza que se celebra cada 18 de diciembre, me despido hasta pasadas las fechas navideñas vuelva abrir mi ventana para hablaros, relataros, contaros, las cosas, los casos, las vidas de los que dan sus vidas por España, nuestra Patria, desde los puestos que ocupen.

Os deseo a todos una Feliz Navidad y un próspero año 2019 al que deseo todo lo mejor para todos y cada uno de vosotros y sobre todo que nunca jamás nos falte la Esperanza.

Con mi abrazo,

Jesús Rodríguez Arias

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