viernes, 16 de diciembre de 2016

DICEN QUE LA ESPERANZA SE VISTE DE VERDE: EXPRESAMENTE DEDICADO A MI QUERIDO ESTEBAN DOMÍNGUEZ TRUJILLO.



Dicen que la Esperanza se viste de verde y tiene que ser verdad.

Y tiene que serlo por el simple hecho de que ese es el color de la Guardia Civil.

Cuando estamos en apuros nos solemos acordar de todos los santos y también de los que componen tan glorioso y benemérito Cuerpo por eso me repele tantas agresiones tantos verbales, gestuales y hasta de hechos que les son infringidos a los hombres y mujeres que visten de verde como la Esperanza nuestra de cada día.

¿No pensamos cuando mal miramos a un Guardia Civil también lo hacemos con sus familias? Sí, con sus padres, maridos o mujeres, parejas, hijos, hermanos...

Demasiadas veces se nos va la olla y con ella la lengua. Somos justicieros con la justicia porque esta no dice lo que queremos escuchar o hace lo que necesitamos imponer.

Todos tenemos derecho a todo menos a las obligaciones que siempre serán para otros...

Si un guardia civil nos da una instrucción para nuestra seguridad le ponemos mala cara y después nos hartamos de criticarlos. ¡¡Es es la verdad!! 

A nadie le gusta que le pongan una multa pero si hemos superado con creces el límite de velocidad o no hacemos casos de las señales de tráfico tendremos que apechugar cuando nos cojan porque la multa es el correctivo para que nos haga pensar que nuestra actitud puede causar daños graves a los demás.

Parece que para que cumplamos con nuestras obligaciones tenemos que estar amedrentados que es lo mismo que decir obligados cuando tendría que ser al revés, tendría que ser la cosa más natural del mundo para todos.

Si yo exijo mis derechos antes tengo que haber cumplido con mis obligaciones porque si no al final las cuentas no salen.

La verdad sea dicha que siempre me he encontrado muy a gusto con la Guardia Civil a los que quiero y admiro de corazón. Soy hijo de Policía y sé el cariño y el honor que lleva el serlo. 

Por eso cuando veo a la Guardia Civil por medio de los montes, recorriendo el asfalto de las carreteras, los veo a caballo, con el rostro casi oculto que me dicen que son de operaciones especiales, los veo con las batas blanca investigando a golpe de microscopio horas y horas o de paisano escoltando a ese alto cargo a costa de su propia vida...

Lo veo en cualquier cuartel atendiendo a todos, sirviendo a todos, pienso que es verdad, que la Esperanza en España también se viste de verde.

Lo veo prepararse para salir al mundo que ellos ven siempre en verde y también los veo en sus casas orgullosos de su pasado cuando ya se han jubilado después de años sirviendo a España con su uniforme verde.

Hoy quiero dedicar mi artículo a un buen Guardia Civil que sigue siéndolo aunque ya esté merecidamente retirado. El que ha pertenecido a la Benemérita es muy difícil que aunque alejado del trajín diario no siga siéndolo porque el que vive en verde muere en verde.

Este es el caso de mi querido y siempre admirado Esteban Domínguez Trujillo que ya defiende con honor y verdadero orgullo a la Guardia Civil y por tanto a España desde el sillón de su casa y rodeado de las personas que quiere y le quieren.

Son muchos, muchísimos, los que de él se acuerdan porque dejó mucho y bien sembrado. Dejó mucho y buen fruto de los años que estuvo al pie del cañón, subido a una motocicleta cual jinete del asfalto, ejerciendo de lo que estaba predestinado incluso antes de nacer: Ser GUARDIA CIVIL.

Hoy este artículo que tiene mucho de esperanza y gratitud no es un relato como os tengo acostumbrado, hoy no hay que imaginarse el pueblo, las circunstancias ni a las personas. Hoy he abierto mi ventana en este viernes lluvioso y frío para hablaros de lo concreto, de personas como el caso de mi querido amigo Esteban y tantos Esteban que hay en nuestra España y son Guardias Civiles.

De sus familias, de sus amigos...

En este penúltimo artículo de este año 2016 pues el siguiente, D.m., será el próximo viernes que todavía no sé ni de qué escribiré porque tendrá que llegar ese día para que vuelva abrir la ventana. El artículo del próximo viernes será mi particular felicitación de Navidad y de buenos deseos del venidero 2017 pues nos volveremos a encontrar una vez pasen las fiestas porque son fechas de familias, recuerdos, vivencias y de mucho trabajo para nuestros guardia civiles por lo que intentaré mantener el calor del hogar a base de no abrir mi ventana de cada viernes en esos festivos días.

Sí, hoy y siempre la Esperanza se viste de verde y menos mal porque si no España no sería la misma.

Con mi cariño, respeto y admiración: ¡¡Viva siempre la Guardia Civil!!

Jesús Rodríguez Arias

Nota: Con tu permiso querido Esteban he cogido "prestada" la imagen que preside este artículo, que te dedico expresamente, de tu perfil de Facebook. Sé que me sabrás disculpar.

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