jueves, 7 de abril de 2016

ESPAÑA: ¿EN MANOS DE QUIÉN ESTAMOS?



La verdad, sea dicho de paso, que aunque sigo con interés lo que está sucediendo en el panorama político desde que se celebraran las elecciones generales del pasado 20 de diciembre no he querido escribir nada pues el hacerlo me resultaba cansino.

En dichas elecciones nos dejaron un espectro político donde la incertidumbre se unía bien a las claras con una ingobernabilidad manifiesta pues ni el partido más votado había conseguido los escaños suficientes ni el resto ofrecía garantías para que España siguiera adelante.

Pasados cuatro meses todo sigue igual o mucho peor. 

Rajoy declinó la investidura y Sánchez la aceptó porque suponía la "oportunidad de su vida". Rivera terciaba y apostaba por un acuerdo para dar cierta estabilidad a la Nación e Iglesias imponía sus ideas que se concreta precisamente en una: ¡Acabar con España!

Los cuatro grandes partidos cada uno a "su bola". ¡Esto es lo que tenemos en España en este momento!

Sánchez no consiguió la investidura porque el pacto con Rivera no gustó ni a Rajoy ni a Iglesias por distintos motivos y ahora siguen las negociaciones de unos pactos que pienso no llegarán a nada o al menos a nada bueno.

Rajoy no se baja de la "burra" y piensa que puede gobernar, Sánchez no se apea del "podenco" porque ansía sobre todas las cosas gobernar cueste lo que cueste a costa de quien sea aunque ese "quien sea" seamos todos nosotros. Rivera se mantiene en ese "entente cordiale" e Iglesias que ya ha echado al que era su número tres quiere imponer sus ideas totalitaristas y engañosas pues el también quiere "tocar" poder de la manera que sea.

Los partidos soberanistas, nacionalistas, independentistas y pro-etarras se dejan querer como la falsa moneda que de mano en mano va y ninguno se la queda.

¿Y a estos le hemos otorgado la confianza no sólo para que nos representen sino para que trabajen por España? ¡Estamos apañados con los apaños que nos hacen un día sí y otro también!

Ayer un querido amigo analizando la anormal situación del país decía en voz alta lo que pensaba y que no es otra cosa que "borrón y cuenta nueva".

"Borrón y cuenta nueva" son nuevas elecciones. ¡No va desencaminado!

Si estos que se hacen llamar servidores de España, estos políticos que en su inmensa mayoría están demostrando que no sirven ni para estar escondidos, no llegan a un pacto de Estado no merecen seguir ni un minuto más ocupando sus puestos.

En países con verdadera vocación democrática ya se habrían unidos los partidos que defienden los intereses generales de la Nación y que en nuestro caso concreto sería un gran pacto entre el PP-PSOE y Ciudadanos. A Iglesias y sus morados círculos habría que apartarlo de toda negociación pues defiende un ideario contrario a la misma Constitución Española.

En países con cierto bagaje democrático no se hubiera dado el esperpento que estamos viviendo y contemplando no sólo los españoles sino el resto del mundo mundial.

Pienso, es mi opinión y la de muchos, que ni Rajoy ni Sánchez deberían repetir como cabezas de listas de sus respectivos partidos porque ciertamente están amortizados. Pienso también que D. Mariano no tendría que haberse presentado a las elecciones del pasado mes de diciembre porque su figura, nos guste o no, estaba totalmente calcinada.

Defiendo la idea de unas nuevas elecciones generales con candidatos creíbles y aunque mi pensamiento democristiano dista en cierta manera de esta persona pienso que el único que puede salvarse es Albert Rivera pues es el único político y el único partido que ha hecho algo, que ha apostado, con mayor o menor acierto por un gobierno estable en España. ¡Por eso se puede salvar!

Hay en el PP y en el PSOE grandes políticos que defiende lo que es España y alguno de ellos debería dar el paso adelante para encabezar a sus respectivos partidos. Solamente de la regeneración, de la verdadera, salen proyectos creíbles que después pueden materializarse en gobiernos estables.

España no está para experimentos con o sin gaseosas y creo que deberíamos exigir a los políticos de una vez por todas que dejen de mirar por sus respectivos y partidistas intereses y piensen de una vez por todas en España porque lo que está en juego es demasiado serio e importante para dejarlo en manos, aunque solo sean minutos basuras, de mamarrachos con coletas o sin ella.

Jesús Rodríguez Arias

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