viernes, 10 de enero de 2020

LA MINISTERIAL PAREJA...






Hay que reconocerlo, no se encuentra bien anímicamente hablando, no se esperaba tamaña traición en el día después de la gran llantina, no podía ni imaginar que le saboteara, y de qué manera, el regocijo de anunciar vía redes sociales los distintos nombramientos sin contar para nada con el ínclito que debe su cargo al colchón de votos que le ha prestado para su elección.

Hoy no se encuentra con ganas de nada, ha saludado de mala gana al guardia civil de la garita, y se ha sentado en el sillón de piel de nabo mientras encendía la chimenea. Acabó tan abstraído que no se acordó leerle el capítulo del cuento  que escribió Oriol Junqueras en la cárcel represora de la libertad a su prole. Se preguntó así mismo: ¡Qué raro está todo! ¡Qué silencioso! Ni el hilo musical con la melodía de la Internacional está sonando! Ni Carlos Rodolfo, su mayordomo, ha venido a recibirle. Carlos Rodolfo es chavista y bolivariano que mientras vivió Hugo estaba encomendado al pajarico y por eso mismo es de total confianza. Nicolás lloró cuando se fue a servir a Pablo y le dijo que no olvidaría esta “desconfiansa” mientras le espetaba un amistoso puñetazo en el estómago. Miró el ipone y tenía un mensaje de Evo preguntándole que hay de lo suyo…

¡Irene! ¡Camarada conyugal! ¿Dónde te encuentras?

Estaba desolado desde que el inefable Pedro anunciara que había más vicepresidencias que en una fundación de esas que luchan contra el cambio climático. Él, que había llorado como un niño zarrapastroso el día de la investidura, y se veía como copresidente del gobierno de lo que quedara “deestepaís” ha visto de golpe y porrazo que tendrá menos rango que un capitán de jardines y se vio como el fétido elemento que estos tratan.

Hasta su camarada y amigo Julito Rodríguez le ha llamado para preguntarle de qué gabinete va a llevar la jefatura. ¡Qué se yo, Julio, qué se yo! Fue la somera contestación llena de rabia e inmenso dolor.

Para colmo ha tenido que dar un cargo ministerial al tonto de Garzón que como buen comunista solo sabe gastar y será por eso que quiere llevar Consumo y su Irene “igualdá” lo que le den si se trata de imponer y de mangar, perdón quería decir mandar…

Desde que abrazara a Pedro y firmara el acuerdo programático no han parado de llamarlos camaradas ofreciendo sus servicios pues han quedado en el paro. El peor es Delgado que tras perder su escaño en Cádiz tiene que volver a ponerse el verde uniforme de la Guardia Civil en la que no se siente a gusto y por eso cada día le manda varios mensajes por WhatsApp para pedirle que le dé un carguito en un “menisterio” aunque sea del tiempo…

Pablo, el pobre, que se creía la mano izquierda del presidente se ha dado cuenta que es el dedo que limpia el culo como mucho.

“Nos la han metido” dicen cargos de Unidas Jodemos y a él se le ha quedado una vez más cara de tontín y además le entra el lloriqueo.

¿Dónde estará mi Irene? ¿Dónde estará mi Irene? Dónde quiera que esté mi Irene es ministra y da igual que sea igualdad o del mismo clima…

Tarareaba esta cantinela con la música de Manolo Escobar, al que no podía ver porque era un fachasqueroso, con su famosa canción del carro.

De pronto apareció ella que iba como una grácil gacela enfundada en unos pantalonespitillo con tres camisetas en la mano cada cual más estrafalaria que ya es decir.

“Cari, cari, quiero saber tu sabia opinión de hombre leal y de izquierdas a los que no le importa el género cuál de estas camisetas ves mejor para el acto de promesa del cargo de ministra de Igualdad”.

Pablo, la mira con ojos tontos, y espera le enseñe los modelitos:

Una es violeta con una señal de prohibido y letras rojas: ¡No al heteropatriarcado!

Otra es blanca con letras moradas que dicen: Soy mujer o lo que me de la gana.

Y la última es color negro con letras blanca y el dibujo de una vulva con el lema: Por la justa Igualdad: Acabemos con el hombre.

Pablo, que era muy ropasuelta y todo eso no veía bien el tercero pues quieras que no él era un machito, algo encorvado pero machito al fin y al cabo y le aconsejó que la segunda era la más apropiada para jurar el cargo ante el ciudadano rey Felipe.

Él se pondría el pantalón negro de tergal arrugado, la camisa blanca arrugada y la chaqueta gris arrugada y los zapatos de siempre sin lustre. Irán en el Porsche que le han comprado todos los españoles y con el chófer que le ha puesto el gobierno mientras Carlos Rodolfo se queda con Cintia Siracusa al cargo de los niños que verán en la tele tan importante momento. Carlos Rodolfo tiene intención de grabarlo en video para enviárselo en paquete a Nicolás y Evo que lo esperan como agua de mayo.

Pablo se ha venido arriba del pescozón de las vicepresidencias y ya sueña con su primer consejo de ministro@s/es cuando alce la voz y diga en la primera votación: “Mi parienta y yo nos oponemos”… ¿A qué? Ya se verá porque un buen ropasuelta, y la ministerial pareja lo son, siempre se han de oponer a todo.

¡Quedan por vivir grandes momentos enestepaís! O lo que quede del mismo…

Jesús Rodríguez Arias





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