viernes, 5 de julio de 2019

ARDILLONA VUELVE PARA QUEDARSE




El director del Balnerario “Charca dorada” estaba sentando en su flamante despacho admirando el último cuadro del carísimo pintor Lagartija Pietro que en verdad eran tres manchas y además difusas pero que decían más de lo que daba a entender…

Esperaba a una paciente que llegó con un severo ataque de lodo intravenoso después de intentar acabar con su vida tras pasar una mala racha al verse abandonada por todos.

Una gran clienta como es Ferlosia Piedra Viva – Higogrande de la Joyosa la llevó y le pagó todo el tiempo que ha estado que en verdad ha sido todo. Hoy se puede decir que la hemos recuperado, que ya no tristea sus tristezas, que ya no tiene recuerdos de antaño, hasta ha recuperado su grácil melena y sus animadas mañas.

Toc, toc.

Pase…

Entró la enfermera Cloti Libélula que con su fina voz que espetó: “La siguiente majara está aquí”.

Por favor Cloti… ¡No le digas majaras a las pacientes!

“Es que lo son dortor”…

Ay, ¿qué voy hacer contigo pequeña Libélula?

Ella le contestó: “Pues lo mismo que anoche”… Y se terminó el circunloquio entre amantes, perdón doctor y jefa de consultas.

Apareció con ojos gráciles, había recuperado su esbeltez, su pelo tenía vida, su mirada tenía vida, su sonrisa tenía vida, su cola, no la del dortor, tenía vida pues toda ella tenía vida…

¡Qué me alegro verla así Doña Ardillona!

Lo mismo digo Don Celso Quemasangre.

La veo perfectamente recuperada pues ya duerme bien, come bien, se relaciona bien, se ríe mucho, hace bromas, es buena compañera… Ya incluso tiene ganas de yacer pues la han visto salir de casa de Don Cerulio Lombriz tapándose disimuladamente la raja. Es decir ya está curada de sus males, ya puede abandonar este lugar porque entre otras cosas se ha acabado los millones que dispuso para su curación Doña Ferlosia.

Ardillona lo miró con gratitud y le dijo casi sin voz… ¿Se acuerda cuando pacimos los dos en el mismo colchón?

Sí, por supuesto…

¿Eso era algún método invasivo para la curación?

No, querida Ardillona, eso fue pura copulación… ¿Te gustó querida? Todas dicen que tengo muy versátil el fonendo.

Estuvo bien, dortor, pero nunca, he de decirlo como me palpita el bajovientre, que nunca como mi policía montada del Canadá que ahora es pinturero Sheriff…

Don Celso se quedó mudo y vio una severa regresión en Doña Ardillona pero como ya se había acabado los dineros pues a la calle por putona…

En la puerta del Sanatorio y lujoso Balneario estaba Rufián Mofeta que era el chófer de Doña Ferlosia y que la trataba muy bien cuando él se la metía a la  primera cuando visitaban su fonda.

Rufián Mofeta era un anarquista declarado y separatista pues luchaba con las ingles y los dientes para que el territorio que separa la Charca Dorada de la Pestilente sea declarado paraíso fiscal anexionado a la república catalana cuyo presidente es Carlos Puigdemont que vive en un chalete donde le gusta al señor.

Rufián Mofeta quiere firmar un acuerdo con el honorable presidente de este pequeño país y juntar intereses como es forrarse a colmillo abierto.

Rufián se ha hecho chófer para beneficiarse a Doña Ferlosia, hacerse rico, vender interviús, y así ser un mártir independentistas de esos ya que si no sale este sueño tendrá tanto dinero que podrá comprarse una mansión en la Cala Escondida que es donde en verdad viven los ricos de la vida, como él…

Doña Ardillona, que gusto el verla tan bien…, le espetó a modo de brutal susurro el conductor mientras le cogía los bajos bultos que a modo de maletas arrastraba nuestra particular ardilla.

Vamos, que Doña Ferlosia, está deseando verla en su nueva mansión-choza en pleno lupanar de ojetecerrado.

Cuando llegaron Doña Ferlosia se abrazó a Ardillona y entre sollozos se tiraron unos sonoros cuescos a modo de encuentro mórbido.

“Gracias Ferlosia, todo lo que has hecho por mí”.

No tienes que darla, querida mía, era mi deber como tu antigua madama y amiga.

Se sentaron en el patio que daba a la charca de los erizos y Ardillona le inquirió: Ferlosia, ya estoy preparada, dime por donde andas mis castas con todas sus castas…

Tu exmarido, Ardillón, le dijo con voz grave pues se había tragado una lombriz con pelos, ya no es santo varón pues se ha enamorado de una pelandrusca que se llama como yo… Pero tú ni caso…

Tus examantes todos colocados a otras amantes y haciendo de las suyas. Es verdad lo que decías de Borriquete pues un día charlamos sobre la pitonisa de las pitonusas y pude como “empalma” una cosa con otra…

Tu hijo Ardillete está triunfando en Cencinaty con sus famosos jirjol.

Ardigitón lo ha contratado una orquesta que anima la alta society..

Ardillesco, que se le fue la olla con la tal Encarna, ahora ha vuelto a revivir y también a las andadas y dice que se ha comprado un monopatín para llegar hasta su amada.

Mira lo que le ha escrito a modo de pedida de dedos:

Encarna, Encarna, Encarna,
soy tu amado Ardillesco,
y si no te merezco,
no me importa nada, nada, nada.


Ardicandidez sigue todavía ilusionada con su Gema a la que venera como si fuera una “civil”, le ha dicho que ella en la montaña la espera haciendo bocadillos de huevos duros con perejil…

Y de Ardi no sé si hablarte…

Sí, por favor Ferlosia, ya no puede haber nada peor…

Tu hija Ardi como bien sabes se divorció de Oso Hormiguero y tras heredar los dineros de la separación se fue en busca del que creía era su padre biológico, tu querido policía montada del Canadá que ahora ejerce de Sheriff, lo siguió mientras paseaba a un can pequeñito que llevaba puesta una pelliza porque allí hacía frío, fue a su casa y conoció a sus hermanastros y la mujer del policía del Canadá le dijo que no quería conocerla ni ná…

La tiraron fuera de la casa como si fuera una babucha vieja y solo tu Sheriff se acercó para decirle: ¡Vete de aquí Ardipuerca!

Pero tu  conoces a tu hija Ardi que es una puñetera como tú, no se amilanó, y se alquiló el ático que estaba arriba de la casa del que creía su progenitor y esperó para hacerle un “afoto” y demostrar que es su padre pues los dos peinan ricitos…

Ella hacía su vida, iba a la playa, gozaba con uno y con otro, se divertía que para eso tiene dinero y edad. Cuando llegaba a casa se ponía a ver supervivientes y entonces empezaba la guardia pero el que creía su pare no lo veía, no llegaba, y cuando lo escuchaba estaba joía y demasiado cansada.

Un día lo vio salir, no llevaba el can peligroso con cara de frío, y se fue para él, le dijeron que había visitado a su yerno querido y su mujer en el pueblo, se le veía feliz y cantaba “o sole mío” con nocturnidad y alevosía. Entonces se dio la vuelta y ella quedó descolocada, pues ese hombre risueño con mala cara le miraba, le gritaba de joputa para arriba y ella era defenestrada pues ese que era policía del Canadá montada y ahora el Sheriff porque en la ley manda, no era su padre, no, era un desconocido, un simple señor pues se había hecho un lío ya que no tenía lo que ella, no tenía graciosos ricitos, estaba más pelado de la cuenta, y la miraba a voz en grito…

Tu hija Ardi está muy mal, ha quedado muy depauperada y me ha fiado unos ahorillos para que la ingrese en la Charca Dorada… Ahora mismo estará con Don Celso haciéndole el usual chequeo de las partes bajas.

Ardillona que estaba estupefacta y casi se marea volvió a sonreír con ilusión esperanzada: Mi Sheriff se ha pelado, al estilo marcial, seguro que se pone la casaca roja, los pantalones bombachos, las botas altas y el sombrero de fieltro, se pone la placa en el pecho y el pistolón en su sitio, seguro que ya no es raso sino jefe de servicio, y vuelva a por su amada, donde la dejara en inhóspito sitio, montado a una jaca lozana que lo hace más chiquetito, y seguro que ella, Ardillona es su amada, y le pide fornicio, se imagina ya montada o apoyada en un quicio por un policía con galones del Canadá de sus vicios, se imaginaba virguen de semejante sitio y volvió a ella la esperanza de ser la amada de quién en antaño tuviera ricitos al igual que su Ardi con la que tiene cierto parecido…

Ferlosia la miraba extrañada pues se creía que se había vuelto de nuevo loca..

Ardillona le dijo: ¡Oye, Ferlosia tu no tienes un amigo que cose el mimi para que parezca que nunca han rozado ese sitio?

Pero Ardillona, ¿quién se va a creer que eres virgen a tu edad y tus antecedentes?

Pues mi Policía Montada del Canadá que siento el pálpito que para mí vuelve, me voy a operar, a coser la raja, quiero ser virgen total, para que Sheriff de mí se enamorara y si no es el Canadá me iré a donde él vaya, si hay que aprender a bailar, aprenderé sevillanas, para que me lleve a su feria, delante de to la gente guapa y yo presumir de varón y él de prometida, virgen y enamorada…

Ya voy para ti, despacito porque me han cosido con hilo la mismísima raja…

Jesús Rodríguez Arias

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