Agileo
era un chef de lo que había que tener en cuenta porque había incorporado a su
carta de tapas unos cuantos platos de nueva creación que le estaba dando
pingües emolumentos.
Croquetitas
rellenas de arena de playa. Esta exquisitez se presentaba con una reducción de
petróleo.
Queso
de hígado de mamut. ¡¡Buenísimo!!
Tostas
salpicadas de viruela. Este plato lo pedía la gente todos los días que no abría
el restaurante.
Y
para terminar el afamado postre de flan de hueso.
En
“Perneras se come” todos los días había cola en el baño y contaba con reservas
de meses en los hospitales de la región.
Agileo
contrató a Suplicio después de terminar sus estudios con Fausta de Fausto Recuerdo
tres días después de empezar el curso.
Fausta
fue una grave decepción para Suplicio pues con el dinero “fresco” se había
escapado con el pinche coreano Hortensio Mejorales.
Pero Agileo
estaba allí, para alegría de Trófimo y Supli a pesar de que desconocían lo que
le sucedía a la infausta de su hija pues estaban tomando la sombra a 56 grados
en las Islas Salsi.
.¿Donosura
marital no estás sofocado?
.¡Calla,
calla! Estoy terminando que estoy terminando esta sopa de letras haciendo cálculo.
Y así
proseguía su felicidad.
Mientras
Suplicio se apoyaba en el “tesón” de Agileo, D. Trófimo y Supli estaba
felizmente sofocados en islas más allá donde el mundo termina y empieza y
Fausta se gastaba todo su capital en provincias junto Hortensio la vida de
Iracundo iba tomando algo más de forma.
En escasas
fechas había sido ascendido pues de un tiempo a esta parte se afana en recoger
las cacas mejor y más rápido que nadie, toda vez que después las vende y se
está haciendo un portentoso desarrapado.
En el patio
de los caballos el Subintendente de Carruajes y Postas le otorgó su primera
medalla con distintivo marrón caca y el
cargo de Primer Recoge-caca con despacho propio en las cuadras.
Iracundo,
que no ha sido muy agraciado en vida, se emocionó y una lágrima le recorrió las
enaguas.
Después de
un pequeño ágape con el mismo se retiró a la casita que había alquilado en
medio del campo en plena avenida.
. ¡Sé que es
una porquería de 526 metros cuadrados habitables con cinco hectáreas de
terreno, pero por algo se empieza pensaba mientras se rascaba el refajo!
De vender
los excrementos de los caballos a los agricultores así como la subida de
sueldo y como ya se relacionaba con la
oficialidad poco a poco se iba aburguesando en formas y costumbres y ya se lavaba
una vez cada vez.
.SimevieraahoraSuplicio,sumadre,suasquerosopadrequeestecontestariohallegadoaprimerrecoge-caca.
.Simevieramipadreseguroqueestaríaorgullosodesuhijoydejaríadeapadrinarloscaballistosdemarquetantodañomehanhechoenmiautoestima.
Iracundo,
como el que no quiere la cosa, había conocido a la hija del farero que
iluminaba todas las noches el faro para alumbrar a los barcos aunque estaban en
medio de la montaña.
Marino
Terrestre, que así se llamaba, siempre decía: ¡Aunque estemos en el campo eso
no quiere decir que de un momento a otro aparezca un barco en medio del valle!
Y cerraba los ojos que tenía abiertos mientras leía sus apuntes marinos:
Día primero:
No se atisba ningún barco.
Día segundo:
Lo mismo.
Y así todos
los días de hace cincuenta y ocho años para acá.
La hija de
los ojos del farero que no tenía otros que para el barco que estaba por llegar
se llamaba Caudal Terrestre y vivían padre e hija ellos solos en el faro junto
a 32 más de familia. Caudal siempre decía: ¡Qué sola estoy!
Iracundo y
Caudal se conocieron en el banco. Estaban los dos sentados con la mirada
perdida hasta que se encontraron.
.SoyIracundoDemenciano,Primer
Recogecacadelserviciodecarruajesypostas.
Ella
contestó tímidamente en un abrir y cerrar de ojos:
.Yo soy
Caudal Terrestre y soy la única hija del farero de la montaña. Estoy licenciada
en vapores. Estoy en edad de merecer y por eso, lo miró con ternura, nos
casaremos dentro de tres meses.
Iracundo
demudó el gesto de la faz la cual perdía color por cada hora que pasaba.
.¿Casarnos?
¿Quécoño?
Caudal
respondió quedamente: ¡El mío por supuesto!
Y se terminó
la conversación.
A Suplicio
cada día que pasaba junto a Agileo le resultaba más difícil la convivencia pues
el nada más que quería mostrar su “tesón” y ella manipular el brazo de mar.
Un día,
cuando menos se lo esperaba le espetó: ¡Agileo, ahora te veo! Y se marchó para
siempre dejando atrás una vida entre texturas.
Suplicio,
mujer corajuda, no se podía permitir el lujo de volver a casa vencida y soportar
los panegíricos de su padre D. Trófimo. Echaba de menos a Iracundo aunque
también se decía que cuando lo volviera a ver ella debería ser alguien y no
vivir de los ahorros de su madre.
Decidió
visitar a una amiga del colegio con la que no se habla desde que esta le regalo
un libro de fotos y Suplicio se lo devolvió a pesar de no suponer gasto para
ella. ¡Así es Suplicio: Un suplicio!
Teca
Moroles, era directora ejecutiva de la afamada empresa internacional “Potingues
Afamados” y siempre que se encontraba con antiguas amigas les decía lo mismo:
¡Hola!
Suplicio
llamó a la empresa de Tecla y convinieron que se verían en el despacho de la
segunda por la tarde dentro de seis semanas. La espera se hizo eterna aunque el
tiempo pasara.
Teca Moroles
era una esbelta mujer de edad por determinar, peso por suponer y altura por
estimar y con dinero suficiente para comprar todos los días un paquete hormigas
en su salsa.
Cuando
estuvieron una delante de la otra se miraron como si no se conocieran a pesar
de que se habían visto la última vez hace tan solo 25 años.
. Hola, miró
una nota que tenía en la mesa de la cómoda, Suplicio, ¿cómo estás?
. ¡Bien!
Respondió porque no quería alargarse más.
.¿Tú me
dirás?
.¡Yo te
diré!
.A eso
vamos.
.Pues mira
que bien.
.Si es
que...
. O no.
. ¡Quién
sabe!
. A lo
mejor.
Y después de
esta nutrida conversación donde Teca Moroles entrevistó a Suplicio vio que
estaba ante la mujer aguerrida que necesitaba para su negocio aunque no podía
darle enseguida un cargo directivo pues tendría que empezar desde abajo.
.Suplicio,
he decidido que entres a formar parte de esta prestigiosa empresa pero como
eres nueva te vas a encargar de la Jefatura de Área de la Unidad y Sección de
Cremas Caducadas. Tendrás un equipo de calamares en su tinta a tu cargo y el
sueldo será superior a la nueva coordinadora del servicio de mujeres.
.¡Graciassss!
Teca, sabía que no me ibasss a fallar. Para tu información soy licenciada en
historia de la genealogía, cocino platos para rechuparse losss dedosss, tengo
un novio que trabaja en el servicio estatal de Carruajes y Postas, un chico
bien de los de toda la vida por Diosss, y soy ademásss, hija es que no puedo
conmigo misma, mismamente, descendiente de Baltasar.
Teca, la
miró a soslayo después de atender una llamada al inodoro y le dijo: ¡Empiezas
el lunes aunque sea martes!
Y ahí
empezaba el camino definitivo profesional de nuestra asquerosa Suplicio que ya
podría volver a casa con los rulos bien altos y buscar a su amado que por aquel
entonces preparaba su boda con Caudal Terrestre aunque él precisamente quisiera
coger el primer barco que llegara a la montaña.
. Mira,
padre. Este es mi novio, con el que me voy a casar en muy poco, que se llama
Iracundo Demenciano y es un alto cargo de Carruajes y Postas.
D.Marino le
embargó la emoción, antes lo había hecho la hacienda por impago de los dientes
postizos de su tía-abuela Muda Habladora, y una lágrima le recorrió su cansado
rostro de lobo de mar en montaña.
.¡Es lo más
salado que he probado desde que soñé hace 69 años que estaba en el mar!
Mientras
Iracundo pensaba rápidamente como quitarse del medio pues él no quería a Caudal
ni para echarle al arroyo.
En la
intimidad de su pequeña residencia pensó que había hecho bien a pedir cambio de
destino urgente por alergia pues tenía las manos secas y con olor a caca.
.NosédondeestarémañanaperoalfareroasupuñeterahijaCaudalaloscaballossepuedeniralamismaMIERDA.
.¿Supliciodondeestás?
Y se durmió
contando dinero como un buen desarrapado.
Jesús
Rodríguez Arias
Nota: D.
Trófimo y Supli prosiguen su viaje por la ruta del cóndor pasa.
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