Hoy mi
ventana se abre porque a lo lejos he escuchado el repiquetear de un caballo
cuando trota tranquilamente por las calles.
No hay ni
sonido ni visión que nos lleve más al romanticismo que cuando me encuentro al
calor de la noche en mi particular atalaya divisando como el negro firmamento
de un impresionante cielo estrellado solo es roto por la silueta de las
montañas que rasgan el mismo. ¡No os podéis ni imaginar la belleza de una
imagen en medio de la oscuridad!
En ese
ensimismamiento ya redondea todo el sonido de los cascos de un caballo que
trota elegantemente por las calles de mi pueblo en una imagen que nos puede
retrotraer a siglos pasados. Es una bella mujer la que pasa alguna que otra
noche al lomo de su caballo.
Esa imagen
romántica, bucólica y con la que podemos tocar incluso la sensibilidad es fácil
también el poderlas contemplar en medio de grandes urbes donde el ir al lomo de
un caballo podría ser hasta motivo de extrañeza que no se produce si arriba del
mismo va un jinete que es un miembro de la Guardia Civil o Policía Nacional.
El Escuadrón
de Caballería de la Guardia Civil data
del año 1958 y es una unidad montada con las mismas funciones de cualquier
patrulla de la Guardia Civil, pero ajustado a sus peculiares medios (caballos)
y formas de acción.
Actualmente,
el Escuadrón de Caballería, que tiene su base en la localidad de Valdemoro
(Madrid), cuenta con 120 efectivos y 140 caballos para realizar sus cometidos
asignados.
Ellos velan
por al seguridad de todos en aquellos lugares donde es más que difícil el
penetrar a pie o vehículo motorizado y lo mismo los ves alrededor de grandes
concentraciones deportivas, otras más virulentas o en el Camino de Santiago
donde son los grandes conocidos, los verdaderos ángeles de verde, de tantos
peregrinos que caminan cada uno a su paso hacia la meta de llegar a Santiago de
Compostela donde poder dar el tradicional y emblemático abrazo al apóstol.
No os podéis
ni imaginar la mirada de orgullo y satisfacción de los agentes que montan su
caballo o yegua, como la miman, protegen, respetan porque para ellos no es un
medio de transporte sino un buen amigo que los acompañan y siempre están con
ellos en los días de tedio o cuando la cosa se pone seria y hay que actuar.
He visto
parejas de agentes de la Guardia Civil montado a su respectivo caballo en
Madrid u en otros lugares intermedio o pequeños de nuestra bendita España y he
comprobado la expectación que generan así como las innumerables instantáneas
que se hacen para inmortalizar un momento que muchos se llevarán prendido en lo
más recóndito de sus recuerdos a su lugar de origen.
Estáis
acostumbrados a que la gente os rodee, os pregunte, os mire y admire porque
formáis un Escuadrón tan único y singular que rompe con todo lo
tecnológicamente avanzado. Vosotros sois presencia real en un mundo al que
quieren hacer virtual. Vosotros sois la esencia de la España de siempre por
mucho que algunos descerebrados la quieran hacer olvidar.
Es inmenso
veros aunque lo es más hacerlo desde la lejanía y escuchar el dulce cabalgar de
un precioso y magnífico caballo cuyo jinete en uno de nuestros particulares
ángeles de verdes, nuestros Guardia Civiles donde desde mi ventana les digo que
los admiro, respeto y quiero como lo que sois: ¡Fieles servidores de nuestra
Patria y de todos y cada uno de los españoles!
Sin vuestra
estampa seguro que España no sería la misma.
Recibid un
fraternal abrazo con mi cariño y admiración,
Jesús
Rodríguez Arias
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