Viernes 26 de mayo, último del
mes, abro mi ventana con el objeto de escribir para mayor honor y gloria de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado aunque esta vez lo haga de una forma
más concreta, más personal, más directa.
Con este artículo que pretende
ser el último hasta que una vez pasado el verano vuelva a retomarlos con más
frescura pues será que estamos a finales de curso que ya las ideas son más
difusas y que el cansancio vence más de lo que tenía previsto.
Es mi deseo el dedicar estas
palabras salidas desde el cariño y la admiración que le profeso a la persona de
María del Carmen Gómez que es el “alma mater” de esa Casa Cuartel virtual como
es “Quiero a la Guardia Civil”.
Mujer valiente, valiosa, que
ha sabido salir adelante a base de echarle pasión a la vida. Hacer cuanto tenga
que hacer para que los hijos de su alma sean personas íntegras y de provecho.
Mujer que lleva en la sangre
el verde Guardia Civil y que se nota en todo cuanto hace, cuanto escribe y
también cuanto calla.
Carmen dedica muchas horas que
tiene cada día para fomentar esta benemérita Institución que tanto queremos, en
difundir cuanto realiza, en salvaguardar su insigne nombre porque haciéndolo
así lo hace con cada uno de los miembros que componen la Guardia Civil, con sus
familiares, hijos, nietos, amigos...
Es Carmen ese tipo de mujer
que no ha ofrecido su tiempo sino que lo ha invertido para crear una comunidad
que sienta y Quiera a la Guardia Civil. Ha invertido tiempo, dinero y sobre
todo salud. Sus gastados ojos son un ejemplo de la apasionada dedicación que ha
tenido y tiene a lo largo de estos años en que ha construido con constancia,
sin sabores y muchas alegrías una comunidad que ven la vida en color verde como
los honrosos uniformes de la Guardia Civil.
¿No ha sido fácil, verdad
Carmen?
Ni esto, ni lo otro, ni tu
vida en verdad ha sido camino de mullido césped sino más bien de rosas que sus
correspondientes espinas, esas que se clavan sin darte cuenta, te rasgan la
piel hasta clavarse en ella, te hieren a base de un penetrante dolor.
Pero tú ha sabido sacar
fuerzas de las flaquezas de la propia existencia y nos has ofrecido, lo sigues
haciendo a cada instante, un verdadero ejemplo de fortaleza, de humanidad, de
sinceridad y de valentía, de alegría a pesar de los momentos de dolor que de
todo hay.
No hace que te diga, querida
Carmen, que te admiro profundamente, que te quiero y estimo por igual y que sin
tí a lo mejor esta serie de artículos en honor a nuestros Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado, que está teniendo mucho éxito y que se esperan con
gratitud, no se hubieran escrito porque fuiste tú, mi querida amiga, esa mano
amiga que me dijo que siguiera escribiendo y que lo hiciera en esta Casa
Cuartel virtual de Quiero a la Guardia Civil. Gracias por tu cariño, por tu
apoyo y protección incondicional en todo momento.
No hace falta conocer de forma
personal a Carmen para saber que es una mujer entregada, desprendida, con
inmensas ganas de hacer felices a los demás. Además de este lugar donde la
Guardia Civil tiene especial preponderancia también tiene otro más cercano,
íntimo y personal donde nos cuenta, nos contamos, como nos va la vida, nuestro
día a día, lo que hacemos o dejamos de hacer.
Me alegra sobremanera su
dedicación a la divulgación del grupo llamado Teddy Boys así como todo cuanto
al mismo lo rodea. Me alegra muy mucho su implicación y participación en ese
mundo escrito, cantado, pintado a base de puro arte porque sé que degusta cada
momento, disfruta de esa variedad de personas, cada una dotada con su talento,
que hace que la vida sea un continuo aprendizaje.
No todos comprenden a los
escritores, músicos, poetas, pintores, bailarines, trovadores pues en cierto
modo vamos por “libre” y vivimos la vida a nuestra manera que no es mejor ni es
peor sino la nuestra.
No todos saben gozar de esos
instantes que tú compartes con nosotros y nos hace vivir con similar
intensidad.
Hoy cierro mi ventana para
mantener las frescura natural durante los calurosos meses del verano aunque
prometo que volveré después del mismo para escribir a mi manera y modo aunque siempre honrando a los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas así como todos los que dedican
su vida a los demás.
Gracias por vuestra fidelidad
viernes tras viernes.
Gracias por vuestro apoyo, por
tanto cariño.
Gracias por vuestros
comentarios, confidencias, relatos compartidos.
Gracias por ser simplemente
como sois.
Y GRACIAS a ti Carmen por ser un ejemplo de continua
superación y de valentía en un mundo demasiado gris, demasiado cansino,
demasiado alejado de cuanto vale en realidad la pena. Estoy deseando conocerte
de forma personal para darte ese sincero abrazo que hoy te mando por medio de
esta carta abierta a modo de artículo.
¡FELIZ VERANO!
Jesús Rodríguez Arias
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