Autonomía nació como todo el
mundo y fue concebida como gran parte de la sociedad de antes y también de
ahora: ¡A empujones!
Su padre era un proletario del
paro que trabaja menos que Santa Claus porque ellos no eran para nada
cristianos y no había nada que detestaran más que la Iglesia.
Gumer, que así se llama su
progenitor A y Dolores, que así se llama el progenitor B, tuvieron cinco
vástagos: dos niños y tres niñas que le pusieron nombres muy propios como Gumersindo Manuel, en honor de Azaña,
Santiago, por Carrillo, Autonomía, Libertad e Independencia se llamaban las
niñas de su rojo corazón.
Gumer había trabajado de recadero
de moñigas en el campo que tenían él y sus hermanos y no había un día que no dijera con voz lastimera en el bar que su
vida era una auténtica caca.
Pronto dejó tan limpio
cometido para meterse en política que según la general opinión de todos los
vecinos es una jodida mierda.
Encabezó la candidatura de
Marxistas del To Pa mí y con el famoso eslogan: “La hoz y el martillo que los
coja otros” ganó las municipales al conseguir 5 de los nueves ediles quitando
la alcaldía al Sebastián, que lo había sido toda su vida por la plataforma
independiente: Hacemos Pueblo.
Gumer, ni que decir tiene,
utilizó los resortes democráticos para meter por toda la cara todos sus hijos
como empleados locales, todos grupo A, todos Técnicos sin estudios conocidos.
Autonomía era la jefa del
servicio de fomento, vecindad y derivados de nueva creación pues hasta entonces
este tema lo llevaba Manola que es funcionaria antigua que siempre se ha
desvivido por su pueblo. Manola fue trasladada al departamento de vigilancia de
nubes y chubascos y le habilitaron su puesto de trabajo en el único local donde
no había ventana. Ni que decir tiene que esta buena funcionaria fue a los
sindicatos que comían de la mano de Gumer y no consiguió nada. La historia de
Manola en la corporación terminó con baja médica, denuncia por acoso y derribo,
juicio ganado e indemnización de 85.000 euros que donó a la Iglesia y a varias
asociaciones culturales y sociales apolíticas.
Gumer y sus cuatros compañeros
del equipo de gobierno se subieron el sueldo un dosciento por cien mientras les
quitaba las pagas extraordinarias a los funcionarios excepto a los recién
ingresados, la asignación a la Iglesia, a las Hermandades , a la oposición así
como a asuntos sociales pues ya estaba bien que siempre se les diera dinero a
los más desfavorecidos mientras ellos y sus familias vivían de aquella manera.
Gumer con un pacto con los
radicales libres se hicieron con el poder de la Mancomunidad de Municipios que
presidió el Melenas, radical ropasuelta, mientras nuestro Gumer particular se
sentaba en el escaño en diputación asumiendo el cargo delegado de movimientos e
ideas participativas y plurales dotado anualmente con un simbólico sueldo de
158.000 euros sin contar las dietas, el coche oficial y los gastos por
representación.
¡Ya era hora que los de
izquierda de verdad elimináramos los privilegios de la casta!
Gumer era un hombre entusiasta
y abanderaba como nadie la bandera que en su momento tenía que abanderar. En la
primera reunión, que acabó como el rosario de la aurora, le dijo al presidente
de las peñas taurinas de la provincia que no solo le quitaba la subvención sino
que desde ese momento, sin pasar por pleno ni nada, quedaban prohibidas las
corridas de toros.
Gran bronca, abucheos y
pañolada en los tendidos pidiendo su dimisión.
En el pueblo del que era
alcalde prohibió de la noche a la mañana la cacería así como todos los que
vistieran con algo de cuero o piel bajo multa de 6.000 euros. Se dice que un
día que estaba rascándose los cojones en su despacho tras haber tomado el
aperitivo con Sixto que iba el sexto en la candidatura y que pagó la misma para
sacar pingües beneficios en los terrenos que estaban próximos a ser
expropiados, llegó Evencio, escopeta en mano, y gritó que a él nadie le iba
quitar de cazar, que donde estaba el gilipollas del alcalde para pegarle dos
tiros que charlar lo haremos más tarde.
No es óbice el decir que Gumer
no salió de su despacho y que cuando Evencio fue reducido por las fuerzas del
orden dicen salió del lugar donde su acojonamiento lo tenía confinado y dijo:
¡Lo que hay que hacer por la democracia! Cuando se marchó pasaron algunas horas
para que se difuminara el hedor que habían dejado sus cagados y proletarios
pantalones de Pertegaz.
Autonomía tenía plena de la
misma para organizar todo acto en el pueblo. Ella que era muy adelantada para
su edad con sus 25 añitos ya había conocido varón y dicen que hasta hembra
aunque ahora es versatil y eso la llena de orgullo.
Autonomía quería traer al
pueblo a la famosa poetisa Cochita Vaginosova para que deleitara a todos
sobre su obra más renombrada: “El pototo es poesía”. En un ciclo que quería
hacer llamar: “Nuestras vaginas también tienen derechos”.
Este ciclo cultural y
formativo había sido aprobado con los votos del gobierno y dotado, perdón por
la palabra, con 75.000 euros.
Gumer, en rueda de prensa,
manifestó literalmente: “Ya era hora que todos y todas pudiéramos tener la
oportunidad de dar los derechos que nos demandan los tiempos actuales. Nuestra
labor por dar a conocer a todas más que a todos los secretos de la vagina, los
derechos que tiene, el lenguaje que nos ofrece, para que conociéndonos mejor
seamos más igualitarios, más versátiles, donde todos podamos estar con todos y
con todas.
Son tres días de actividades
donde se complementará lo formativo con lo más didáctico.
Primer día: Conchita
Vaginosova donde nos deleitará con una inédita conferencia sobre la
sexualidad de la laca de pelo de calamar.
Taller sobre la utilidad de la
piedra pómez en la diversidad sexual.
Taller de besos en las corvas.
Segundo día estará en el
pueblo la famosa sexóloga chechena Al – Caraj que ofrecerá la esperada ponencia
sobre como hacer de una tapa de menudo un potente afrodisiaco. Esta conferencia
está especialmente destinada a las veganas.
Taller: Partes del pototo y su
repercusión en el ecosistema marino.
Taller: Cosas y goces: Toto o
nada.
Y el tercer día hablará la
eminente socióloga Ella sin Hombres que nos hablará de la necesidad de la
exterminación del sexo masculino por su dañino desarrollo.
Terminará con un almuerzo
donde estarán invitados los de siempre.
Cuando desde el otro lado le
preguntaron al alcalde cuando les tocaba a ellos les contestó que Armonía ya
estaba en ello y que ya se había puesto en contacto con el famoso líder de la
causa Gnabo Gordo, africano él de la patagonia, y ya se había constituido una
comisión para traer al pueblo un congreso que será el “orgullo” de los
orgullos.
Armonía era la joven que
defendía todas las posturas ropasueltas en defensa de la mujer como el libre
sangrado, el destete en lugares de culto católico, la prohibición de la
depilación sobaquera, la eliminación del desodorante por sus perjudiciales
efectos nocivos contra el medio ambiente o el control del gasto de agua en
duchas y baños.
Se la podía ver hacerse
bolitas con las cacas entre dedos del pie y que ella utiliza como un resorte
para quitarse el estrés.
El otro día estaba en una
reunión sobre temas diversos en la diputación donde su padre era delegado
estaba sentado junto a ella un chico muy bien parecido que representaba a ese
grupo social minoritario y ciertamente mal mirado como son los heterosexuales.
Era agradable, ameno, educado, elegante, muy masculino, pero tenía una falta
muy grande, que era un agresor pues estaba sentado con las piernas abiertas y
todas sabemos que eso es una agresión hacia la mujer. Autonomía le dijo de
forma abrupta que por favor cerrara las piernas y las cruzara pues de otra
forma tendría que avisar a la policía pues ese gesto suyo podría considerarse
abiertamente como un intento de penetración sin consentimiento.
Jorge, que así se llamaba el
joven, no solo no las cerró sino que se levantó de la reunión y con un gesto educado se despidió de la
misma mientras se le escuchaba decir: ¡¡Ropasueltas!!
Se acordó realizar un taller
de verano a forma de campamento donde todos vivirían en comunas sin normas ni
nada.
Nosotras que somos feministas
e igualitarias, dijo Autonomía en voz alta, no nos atenemos a reglas y si esta
llega se acabaron los tampones y las compresas que oprimen la libertad del
pototo. Nosotras somos del “libre sangrado” y estamos en contra del ordeño, nos
gustan las rajas más que los leños.
Sonoro aplauso y almuerzo en
el mejor restaurante cuyos cubiertos parecen de oro de lo caro que son a costa
del erario público que tiene nombre y apellido que son el tuyo y el mío.
El menú ofrecido fue además de
caro muy versátil teniendo en cuenta las dign@ comensales.
Aperito: Chochito de vieja al
pipí.
Entrante: Almejas en su jugo y
chirlas con aroma de carajo de mar.
Plato principal: Pototo de
vaca relleno de mejillones cocidos en su propia salsa.
Postre: Sorpresa de ostras y
nabo al vino bueno.
Precio total por cada
cubierto: 669,69 euros.
Gumer disfrutó de la comida
pues estaba junto a la visible Conchita Vaginosova que todo lo que hablaba lo
decía de coña.
Y es que nuestros ropasueltas
son unos cachondos y se rién de todos nosotros. ¡Qué carajo!
Pido perdón por ser tan vulgar
como ellos…
Jesús Rodríguez Arias
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