sábado, 27 de mayo de 2017

FLORIÁN: MÁS DE LOS ROPASUELTAS.

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Florián siempre dijo que sus padres estaban divorciados y que eran de clase obrera, que por defender sus altos ideales tuvo que irse su progenitor de España a exiliarse en plena democracia.

Florián dijo siempre que él a pesar de todos los pesares había estudiado, trabajando para pagarse la carrera de económicas y máster en la universidad del chichinabo que luce en su reluciente, minimalista, decorado por obras de artes contemporáneas y solitario despacho.

Florián dijo que se había metido en política para contribuir con su país, para devolverle una pizca de lo que él había recibido. Se hizo del PSOE en la primera etapa de Pedro Sánchez y se hizo muy amigo de César Luena.

Florián destacó pronto en un partido cuyas filas es de lo más heterogénea donde cada uno va por su lado, gobierna en su territorio ya que de siempre ha tenido una idea muy federal.

Pronto César lo llamó para que llevara los asuntos económicos en la ejecutiva regional pero al ser la andaluza y estar gobernada por Susana no pudo hacer nada pues no tenía la confianza de la líder trianera.

Esto no importó a Luena que lo ascendió a la Secretaría Federal de Cuentas y Cuentos dependiendo directamente del Secretario de Organización.

Florián fue, entre un reducido grupo, el máximo responsable del caótico programa económico que presentó Sánchez en las dos elecciones generales en las que perdió contundentemente.

Hay que decir que Pedro, muy amigo de sus enemigos, nunca le inspiró confianza pues había que decir que Florián vestía mucho mejor que él y sobre todo que a su mujer nunca le gustó el “chulito ese del Sur”.

Consiguió escaño en el Congreso de los Diputados por Orense aunque él fuera de un pueblo de Córdoba de toda la vida.

Sentado en la segunda fila tras el líder era un consejero en los momentos duros de la contienda dialéctica entre Sánchez y Rajoy, entre Sánchez y Rivera, entre Sánchez y Pablo Manuel.

Con este último siempre se ha llevado muy bien y no era difícil el verlos tomando cañas después de las sesiones parlamentarias. El de las coletas siempre le decía que en su partido tenía su sitio natural aunque comprendía que estuviera en los socialistas de Sánchez pues a la corta o la larga estos serían el apéndice necesario de los moraditos.

Florián y no otro fue el que ayudó a César Luena y Pedro Sánchez a llevar y depositar la “urna escondida” con el que pensaban hacer tongo en el comité federal donde el secretario fue destituido.

Una vez fuera de la directiva y creyendo que Sánchez era agua pasada siguió junto a su colega César, que es muy de fiar, e incluso se abstuvo en la investidura de Rajoy.

Florián así se desmarcaba con esa línea tradicional de la socialdemocracia española y se ponía junto al progresismo de nuevo cuño que está liderando Pablo Manuel.

La Gestora del partido le tiró para atrás todas las propuestas económicas que había presentado y lo mandaron al gallinero del congreso. Cuando Pedro dimitió como diputado él también estuvo tentado de hacerlo, menos mal que solo fue un impulso pasajero porque estaba llamado a formar parte de esa nueva élite que se estaba gestando detrás de la gestora.

Él no había sido muy de Susana pues la trianera nunca le rió las gracias y lo veía como un niño bien y con cara también por lo que su inestimable apoyo no sería para ella. Florián era más pedrista que Pedro y por eso se alineó con César Luena que siempre ha sido el perro fiel para el niño bonito Sánchez.

Pero César, es una jugada bien pensada y maquiavélica propia de manual de estrategia, se alineó con el Pachi con el que una vez coincidió tomando unas tapas, pinchos para el último.

Esto a Florián lo dejó descolocado pues él pensaba que el caballo ganador era Pedrito y no Pachi al que respetan en el “soe” pero no lo conoce ni la “mare que lo parió”.

Pues bueno “de perdidos al río” y entonces se puso a pedir avales como loco, créditos para la campaña de López. ¡Verás como al final triunfamos Flori, le decía César con tres copichuelas de más!

Unos días antes de las primarias socialistas llamó a Pablo Manuel pero este no pudo ponerse porque estaba con esas cosas de la “moción de censura”, llamó a Echenique y estaba comunicando, llamó a Tere, la de Kichi, y no se pudo poner porque estaba con el segundo haciendo “sus cosas” hasta llamó al melenudo que ha tomado posesión como presidente balear que tampoco se puso al teléfono porque no daba con la tecla.

Entonces vio y comprobó que su poder se estaba difuminando porque hasta sus “amigos” ropasueltas no querían saber ya nada de él.

Llegó el día de la ya archiconocida votación y salió el resultado que todos conocemos: Pedrito arrasa, Susana a su casa y Pachi, ¡Ay Pachi!

Hoy ha vuelto al congreso de los diputados, ha subido a su despacho de parlamentario gallineril y ha estado escribiendo toda la mañana. Sin decírselo a nadie se ha presentado en el registro que en ese momento estaba más solo que la una y ha registrado su dimisión como diputado.

Simplemente se va antes de sentir la patada en el sieso. Ha saludado a César que caminaba cabizbajo hacia el bar del congreso.

No hará comunicado de prensa, no informará a nadie, se irá como ha venido: Sin honor y merecimientos.

Menos mal que lo ha contratado esa auditoría internacional del que el padre es socio mayoritario. Su padre que vive en una playa privada en Florida con su madre nunca ha estado en la cárcel, nunca han sido represaliados de nada, sino que viven del carajo y lucen mejor cara.

Se ha tomado un descanso antes de volver a la vida empresarial. En la playa ve en diferido el homenaje que el pueblo de Madrid está haciendo al gran equipo de la capital que ha ganado con total merecimiento la liga. En ese momento la cámara se acerca cuando la Yaya Cármena entrega a cada jugador una medalla de ¡¡Chocolate!!

Jajajajaj Jajajajaj ¡¡Estos ropasueltas son unos mierdas!! Dice su querido y augusto padre mientras se toma una copa del mejor brandy.

¡Florián, no te preocupes hijo mío que en esta semana tengo una reunión con uno de los principales de ciudadanos y a lo mejor allí quieren a un “cerebrito” como tú!

Y así Florián fue feliz comiendo aquellas otras tan buenas mientras pensaba para sí: ¡¡Qué le den por el culo a todos los ropasueltas!!


Jesús Rodríguez Arias

viernes, 26 de mayo de 2017

SIMPLEMENTE, GRACIAS.




Viernes 26 de mayo, último del mes, abro mi ventana con el objeto de escribir para mayor honor y gloria de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado aunque esta vez lo haga de una forma más concreta, más personal, más directa.

Con este artículo que pretende ser el último hasta que una vez pasado el verano vuelva a retomarlos con más frescura pues será que estamos a finales de curso que ya las ideas son más difusas y que el cansancio vence más de lo que tenía previsto.

Es mi deseo el dedicar estas palabras salidas desde el cariño y la admiración que le profeso a la persona de María del Carmen Gómez que es el “alma mater” de esa Casa Cuartel virtual como es “Quiero a la Guardia Civil”.

Mujer valiente, valiosa, que ha sabido salir adelante a base de echarle pasión a la vida. Hacer cuanto tenga que hacer para que los hijos de su alma sean personas íntegras y de provecho.

Mujer que lleva en la sangre el verde Guardia Civil y que se nota en todo cuanto hace, cuanto escribe y también cuanto calla.

Carmen dedica muchas horas que tiene cada día para fomentar esta benemérita Institución que tanto queremos, en difundir cuanto realiza, en salvaguardar su insigne nombre porque haciéndolo así lo hace con cada uno de los miembros que componen la Guardia Civil, con sus familiares, hijos, nietos, amigos...

Es Carmen ese tipo de mujer que no ha ofrecido su tiempo sino que lo ha invertido para crear una comunidad que sienta y Quiera a la Guardia Civil. Ha invertido tiempo, dinero y sobre todo salud. Sus gastados ojos son un ejemplo de la apasionada dedicación que ha tenido y tiene a lo largo de estos años en que ha construido con constancia, sin sabores y muchas alegrías una comunidad que ven la vida en color verde como los honrosos uniformes de la Guardia Civil.

¿No ha sido fácil, verdad Carmen?

Ni esto, ni lo otro, ni tu vida en verdad ha sido camino de mullido césped sino más bien de rosas que sus correspondientes espinas, esas que se clavan sin darte cuenta, te rasgan la piel hasta clavarse en ella, te hieren a base de un penetrante dolor.

Pero tú ha sabido sacar fuerzas de las flaquezas de la propia existencia y nos has ofrecido, lo sigues haciendo a cada instante, un verdadero ejemplo de fortaleza, de humanidad, de sinceridad y de valentía, de alegría a pesar de los momentos de dolor que de todo hay.

No hace que te diga, querida Carmen, que te admiro profundamente, que te quiero y estimo por igual y que sin tí a lo mejor esta serie de artículos en honor a nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que está teniendo mucho éxito y que se esperan con gratitud, no se hubieran escrito porque fuiste tú, mi querida amiga, esa mano amiga que me dijo que siguiera escribiendo y que lo hiciera en esta Casa Cuartel virtual de Quiero a la Guardia Civil. Gracias por tu cariño, por tu apoyo y protección incondicional en todo momento.

No hace falta conocer de forma personal a Carmen para saber que es una mujer entregada, desprendida, con inmensas ganas de hacer felices a los demás. Además de este lugar donde la Guardia Civil tiene especial preponderancia también tiene otro más cercano, íntimo y personal donde nos cuenta, nos contamos, como nos va la vida, nuestro día a día, lo que hacemos o dejamos de hacer.

Me alegra sobremanera su dedicación a la divulgación del grupo llamado Teddy Boys así como todo cuanto al mismo lo rodea. Me alegra muy mucho su implicación y participación en ese mundo escrito, cantado, pintado a base de puro arte porque sé que degusta cada momento, disfruta de esa variedad de personas, cada una dotada con su talento, que hace que la vida sea un continuo aprendizaje.

No todos comprenden a los escritores, músicos, poetas, pintores, bailarines, trovadores pues en cierto modo vamos por “libre” y vivimos la vida a nuestra manera que no es mejor ni es peor sino la nuestra.

No todos saben gozar de esos instantes que tú compartes con nosotros y nos hace vivir con similar intensidad.

Hoy cierro mi ventana para mantener las frescura natural durante los calurosos meses del verano aunque prometo que volveré después del mismo para escribir a mi manera y  modo aunque siempre honrando a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas así como todos los que dedican su vida a los demás.

Gracias por vuestra fidelidad viernes tras viernes.

Gracias por vuestro apoyo, por tanto cariño.

Gracias por vuestros comentarios, confidencias, relatos compartidos.

Gracias por ser simplemente como sois.

Y GRACIAS  a ti Carmen por ser un ejemplo de continua superación y de valentía en un mundo demasiado gris, demasiado cansino, demasiado alejado de cuanto vale en realidad la pena. Estoy deseando conocerte de forma personal para darte ese sincero abrazo que hoy te mando por medio de esta carta abierta a modo de artículo.

¡FELIZ VERANO!


Jesús Rodríguez Arias

sábado, 20 de mayo de 2017

EN LOS ROPASUELTAS TAMBIÉN HAY INTELECTUALES.


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Siempre se dedicó a lo “espirituoso” a pesar de tu beligerante ateísmo. Él que fue condenado a trabajar de jornalero gracias al SAT de Cañamero, Gordillo y el “poeta Bódalo” se dedicó a menesteres mucho más sacrificados.

Remigio se encargó muy pronto de la comunicación y la imagen pues era el responsable del gabinete de mesajerías del guasá ese...

“compañero o a hoy tenemos consentrasion en el hiper del hijo de la Juana para manisfestarno contra el capitalismo. Pasalo...”.

Y claro allí estaban Remigio con su cohorte de proletarios vociferantes y ordinarios delante del híper del hijo de la Juana vociferando proclamas anarquistas, republicanas como eso de que la tierra es nuestra y a ti te encontré en la calle.

Remigio, muy “espirituoso” él después de haberse tomado sus dos buenos güisquisis le entraba la vena alborotadora y se dirigía a la puerta puño en alto y piedra en mano con la intención de proceder al oportuno asalto. Entonces ocurría lo de siempre: Nicasio, el hijo de la Juana y dueño del híper, salía escopeta en mano y gritando decía: A ver a quién reparto plomo que sois unos flojos, vagos, moñigas apestosas. Iros todos a tomar por....

Omitimos semejante parte pues es una violación a toda clase de orgullos y un desprecio para las transmaribolleras.

Desde que encarcelaran al “Poeta Bódalo” por ser crítico con las fuerzas opresoras, desde que Gordillo se alejara del foco público pues tiene bien puesto sus intereses en su pequeño reino del que es alcalde perpetuo por la gracia de Lenin y Cañamero goza de los privilegios de diputado con derecho a camiseta nuestro Remigio se encuentra cada vez más solo y por eso se está dedicando a escribir una especie de diccionario chino-andalú pasando por el Pisuerga.

Contará con Carlos Luis, el hijo de la Benita, que ha estudiado un master en lombrices austriacas y sus variedades.

Por supuesto, huelga decirlo, que será prologado por Bódalo que en ese momento está propinando un guantazo al barrote de la esquina.

Los shinos son, mismamente, duro de pelá. Así empieza este libro que ha sido editado por Libertad Bolivariana. Ediciones Maduro que lleva cualquier cantamañanas que no vale ni un duro.

Remigio ha sido invitado a participar en un encuentro de “pseudointelectuales” ropasueltas con cena incluida en el Hotel Palace de Madrid. Es a beneficio de los Bardem, madre e hijos, que dicen que están en las últimas. Doña Pilar con voz abrupta y emocionada ha intervenido en el acto para defender su labor en todo sarao reivindicativo que se precie contra el capitalismo reinante en España y en “jolivú”.

Dicen que Penélope ha mirado para otro lado y ha mascullado en silencio: ¡Ya está mayor!

Por Sereno Alocado, poeta de estirpe, se leerá la poesía de Bódalo: “En mi presidio”.

Si no estuviera en la cárcel,
y pudiera dar un portazo,
si no estuviera en la cárcel,
te daría un guantazo.

Sigue en la lucha, Pilar,
pancarta en mano compañera,
en la guerra hay que luchar,
y pasar del monedero a la cartera.

Ofrezco mi libertad,
por mis ideales de pro,
soy proletario de verdad,
y me gusta mucho el jamón.

Aplausos, algún puño en alto cantando la internacional, el Niño Sánchez secándose los lagrimales, la Bardem con su pancarta y el pobre Remigio queriendo leer su discurso introducción a su libro: Si eres shino no eres andalú.

Silencio absoluto ante la intervención del magno orador y compañero proletario Sánchez Gordillo que empieza a leer una de sus afamadas poesías con olor a nabo, que es el tubérculo que lo acompaña en su campaña de difusión y venta.

Compañeros, compañeras,
unidos en unión,
tenemos melones y peras,
también “malocotón”.

Emoción apenas contenida y olor a porros mientras la ropasuelta de la Cup Anna Gabriel se saca pelotillas de la sobaquera y se las huele como relajante natural.

Con los comunistas,
las Iglesias ardían,
salta a la vista,
tengo buenas sandías.

Quiero un justo jornal,
quiero la emancipación,
quiero el vil metal,
me llaman el champiñón.

El Niño Sánchez abre la boca y después la cierra porque en verdad no tiene nada que decir mientras un vídeo de Pablo Manuel nos enseña un día en su casa.

Entre piquitos y peinados,
Pablo Manuel pasa el día,
que no le llamen vago,
es que no ha trabajado en su vida.

Entonces haciéndose hueco entre tanta intelectualidad, cuando la pancarta se le caía de la mano a la Pilar que hacía tiempo dormitaba de forma sonora y revolucionaria, Remigio hizo uso de la palabra y dijo:

Compañeros, compañeras, proletarios, proletarias, intelectuales, intelectualas, tolerantes, tolerantas, plurales, pluralas, rojos y  moradas, pancarteras sin palabras, ropasueltas todos no me extrañan, víctimas del “heteropatriarcado”, versátiles del mundo, pacifistas, jipis y demás ciudadanos de un  mundo sin bandera, plural, tolerante y con empatía si tienes las ideas mías.

En prevención de la salud genital, sexual, de la diversidad, os pregunto como se dice Chocho sin lavar: Shoshin shin gel.

Silencio y de manera uniforme todos se ponen en pie mirando a Remigio, suena la música y terminan todos cantando puño en alto la Internacional mientras los tíos se besuquean, las tías se meten mano, Gordillo coge la cesta y se lleva todos los nabos.

¡Y es que no hay nada como ser un intelectual ropasuelta!

Jesús Rodríguez Arias


viernes, 19 de mayo de 2017

VIRGINIA Y ALONSO.





Eran demasiado jóvenes para las “cosas” del amor, casi unos chiquillos como diría la abuela Asunción cuando los veía en el patio de la Casa Cuartel mirándose fugazmente con esos ojillos que tenían la ilusión de los catorce años.

Tanto él como ella se conocían de siempre pues sus padres eran compañeros de fatigas en la Guardia Civil, los dos en el mismo escalafón, los dos con una vida en verde siempre esperanza como decía Juanita que es la madre de Virginia.

Alonso y Virginia es esta joven pareja que ni se acuerdan cuando empezaron a jugar juntos en el mismo patio con olor a cocido y grasa de armas.

Él apocado y buena persona, con esa clase de timidez que ofrecen garantías y seguridades. Ella muy echada para adelante. Fue esa niña con rizos rubios que un día cogió la pelota y se puso a jugar con la chiquillería como si tal cosa. Era la que mejor patadas daba, la que paraba ese tiro imposible y la que se enfrentaba siempre con Justo, que hacía de arbitro, discutiéndole todas sus decisiones.

Virginia siempre fue fuerza, vida y Alonso, prudencia y eso que algunos llaman diplomacia.

Sus padres eran amigos de toda la vida les gustaba salir alguna que otra vez de ventas y se conocían todos los lugares donde ponían esos deliciosos con pollo de corral que estaban para chuparse los dedos. Allí en el medio de todos estaban Alonso y Virginia que parecían unidos incluso antes de nacer.

Alonso justamente tenía la misma edad que Virginia y se separaban el uno de la otra en dos meses. Ella nació en mayo y él en julio, con toda la calor como decía su madre.

Fueron creciendo, madurando y enamorándose cada día más que pasaba. Alonso veía en Virginia ese ciclón que tanto le gustaba y ella veía en Alonso la caballerosidad de otros tiempos, esa forma delicada de tratarla, de hacerla sentir reina siempre, de amor constante mientras ella lo era explosivo.

Congeniaban y se gustaban, se querían y se amaban...

Llegó el día que Alonso entraría en la Academia pues también quería ser guardia, quería perpetuar el verde vida de la Guardia Civil que había conocido en casa generaciones antes de que naciera.

Virginia lo comprendió aunque su querencia era igual su vocación era más sanitaria y empezaría estudiar enfermería. Cuando los dos terminaran se casarían y vivirían su amor en alguna Casa Cuartel de esta bendita España.

Fue mucho tiempo el que estuvieron separados, ella ya había acabado sus estudios y ejercía en el viejo consultorio que llevaba desde siempre el bueno de Tomás, muy amigo de su padre que todo hay que decirlo, Alonso aunque le quedaba menos no veía la hora de volver a estar junto a Virginia a la que echaba de menos hasta morir.

Alonso había escogido el Departamento de Tráfico y ya estaba en ese periodo de prácticas antes de empezar todo. Estaba en Madrid que es esa gran ciudad tan impersonal, tan abierta y a la vez tan íntima pero que siempre está demasiado lejos para casi todo.

Alonso quería volver junto a Virginia aunque no vistiera de verde pues su Amor por ella era incluso superior al Amor hacia la Guardia Civil que es decir su Patria.

Fue ella, que aparcó su genio, la que lo convenció para que siguiera, para que terminara su preparación, para que fuera Guardia Civil porque nunca se perdonaría el verlo desgraciado, el verlo triste, el verlo frustrado, por no ser lo que en verdad siempre ha sido: ¡Un Guardia Civil!

En esa época España era una Nación desangrada pues no había un día que esa banda de asesinos que se autodenominan “gudaris” no asesinaran a un policía, un guardia civil, algún político, empresarios, personas normales y corrientes, mujeres, niños...

Alonso veía y sentía con enorme preocupación, desde la Capital todo se ve muy distinto, que como se estaba poniendo el panorama a lo mejor su vocación no era la mejor para crear una familia junto a Virginia, que a lo mejor podría colocarse en cualquier otra cosa. Esta idea enseguida era desechada porque él ante todo y sobre todo es Guardia Civil, porque no concebiría la vida sin Virginia en alguna que otra Casa Cuartel y vistiendo ese verde uniforme que es la Esperanza de tantos y la seguridad de todos.

Hacía tiempo que se dedicaba a estudiar, a prepararse, porque quería aprobar pronto, jurar bandera, tomar posesión y destino y pedirle a Virginia que se casara con él. Hacía tiempo que no escribía siquiera esas largas cartas pues quería prestar atención en lo que estaba haciendo.

Ella respetaba sus silencios, sus dudas, sus sueños que eran compartidos y de vez en cuando lo llamaba por teléfono para escuchar su voz pues con solo el timbre que tenía sabía si se encontraba bien o mal.

Nadie con dignidad, con honor, podía no sentir un inmenso dolor a cada atentado y más en el ámbito profesional y personal de los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Años de dolor, de la injusticia, de tanto tipo de escarnios...

Ese día sonó el teléfono a una hora inusual, su padre lo cogió y se le puso un gesto serio, adusto, y Virginia se le encogió el corazón pues sabía que no eran buenas noticias, que algo le había pasado a Alonso. Lo sentía y punto.

No estaba equivocada, Alonso y todos los alumnos del curso de Tráfico fueron vilmente asesinados en un abominable atentado cometido por las fieras de ETA, todos demasiados jóvenes, casi unos niños, el mayor con 26 años y Alonso, nuestro Alonso, con tan solo 23.

Fue enterrado con los honores propios de lo que era: Un héroe, un servidor, un Guardia Civil. Palabras bonitas, demasiadas lágrimas, una mojada bandera de España y una medalla con distintivo rojo sangre fue el último recuerdo que se llevaron sus padres, que se quedó para siempre Virginia.

Hoy, a pesar de los años transcurridos, ha vuelto a cerrar la baraja del consultorio de enfermería de su pueblo. No volvió a salir con ningún chico y se dedicó a curar las heridas de los demás porque la suya, la que lleva en el corazón, no hay nada ni nadie que lo pueda hacer. Ella es de Alonso y lo será mientras viva. ETA no solo le mató a su novio, le asesinó por siempre el Amor...

Jesús Rodríguez Arias

Nota: Este relato, que ha salido de la propia inspiración está basado en un hecho real que me trasladara mi querido y siempre admirado Esteban Domínguez Trujillo que es Guardia Civil mientras viva y que comparto literalmente. De este modo quiero darle las gracias por compartir esta historia que ha llevado a la que hoy estáis leyendo. Es un modo de no olvidar la memoria de tantas víctimas, de tantos héroes...

“Jesús tienes una imaginación, que siempre se ajusta a la realidad de los hechos, esto ha podido pasar en cualquier Puesto de la Guardia Civil, hoy me he emocionado pues estas cosas o parecidas las he visto en el Cuerpo...

Había un Guardia en en Dto. de Tráfico donde yo estaba que se puso novia de la hija del teniente del Cuartel, dos niños jóvenes y guapos. El joven se marchó a Madrid para terminar el curso de Tráfico, se acordaba tanto de su novia que quería pedir la baja, no le dio tiempo, murió en Madrid, en la Plaza de la República Dominicana, fue cuando eta mató a los alumnos del curso de Tráfico. Todos niños, el mayor tenía 26 años, los asesinos todos en la calle, sin arrepentimiento, mi compañero está con Dios en el Cielo”.


¿Estremecedor, verdad?

sábado, 13 de mayo de 2017

EL VERANO: LA PESADILLA DE UN RETAL DE TELA.



Resultado de imagen de trikinis, bikinis y bañadoresReconozco que de un tiempo para acá, desde que justamente decidí ser retal de tela y hacer uso del género que en verdad soy, me he vuelto más sensible y frágil que la seda. Antes no me molestaba nada y ahora me siento más suspicaz

Llega el verano y tengo un dilema si convertirme en retal de tela de algodón, alpaca o seda pues se acerca un tiempo donde calor se irá acentuando  hasta hacerse insoportable.

Os diré que como retal de tela me siento dolida y a la vez discriminada. Por un lado el sacrificio que supone de millones de retales de tela que se van a ver penetradas sin consentimiento por los diseñadores que después venderán por miles la nueva temporada de bañadores, tangas, “bikinikis” y “trikinikis” así como los mambos de las abuelas que van tocadas por ese pedazo de sombrero de paja o gorrilla así de las gafas de sol.

Las señoras del mambos, algunas en pareo, son expertas en disponer grandes comilonas en el dispositivo de mesas que estratégicamente sitúan directamente en la arena y que en la sobremesa juegan a la lotería donde con sus esplendorosas voces se escucha eso de “15, la niña bonita...” mientras engullen los bollos rellenos de crema con su cafelitos recalentados en el termo expuesto a pleno sol.

¡Qué dolor siento en el sobre paño!

Después están los defensores de los retales de tela en estos meses veraniego. Os estoy hablando de los naturistas, los nudistas de toda la vida, pues ellos y ellas que conforman un género sin igual.

Están el género “nudista trípode”. Sobras las explicaciones.

Género “nudista fuchinga quemada”, “nudista pitilín”, nudista barriga protectora del genital aparato”, “nudista fuchinga gran reserva” “nudista pito arrugao” “nudista pimientos salva barrigas”, “nudistas estrellas michelín”, “nudista gran cuerpo”, “nudistas esbeltez”  y otros tantos géneros de nudistas.

Todos ellos son salvadores y nos salvaguardan de los retales de tela que nos vemos protegidos por la desnudez.

Yo no quiero tapar fuchinga,
ni pototos ni pimientos del morrón,
ni culo que respinga,
ni huevos ni cojón.

Soy retal de tela,
del género que valga,
alpaca, algodón o seda,
y en invierno de lana.

¡Me atemoriza tanto la llegada del buen tiempo pues todos atentan contra los retales y nos la clavan mortal!

El otro día conocí a una señora que con los años se había convertido en las gasas que se ponían en el culo para que los niños y no tan niños se cagaran encima hace más de 40 años. Antes no existía la celulosa.

Gasa me decía que su vida desde siempre había sido una mierda y que ahora seguía siéndolo. ¡Qué proeza el de este género!

Ella me dijo tomando unas bolitas de alcanfor que estaba muy de acuerdo con eso que ahora llaman “libre sangrado” aunque ella hacía mucho que no sangrara.

¡Los géneros debemos progresar y reivindicar lo nuestro!

Por eso mismo me he apuntado en un congreso a nivel mundial y globalizado del género de telas y sus derivados.

Dura más que un retal de algodón y menos que el de seda.

Primer día:

Ponencia: Métodos de defensa ante la agresión de la aguja en los pespuntes por el Profesor Hilo Quebrado.

Proyección del documental: La tela que perdió la dignidad: De retal a guiñapo.

Almuerzo según género.

Ponencia: La escalofriante historia de un dobladillo por Don Paños Irlandés.

Mesa redonda: El sufrimiento del hilo de croché. Intervienen: Camisero sin Camisa, Pamela de Pelos, Don Fondillo de Pantalón y yo Retal de Tela.

Posteriormente se le llevará a todos los congresistas e intervinientes al campo de exterminio: La Sastrería. Esta visita ha generado mucho interés pues sabremos los sacrificios que pasan todos los retales de tela en este horripilante lugar.

El día siguiente se cerrará tan exitoso congreso con la ponencia marco: Son Género, sois Género, soy ropasuelta. Tendrá a su cargo esta amena disertación Don Diego Cañamero que ha prometido no venir con la camiseta de libertad al poeta bódalo en respeto a todos los retales de tela.

Leerá algunos versos del poeta Andrés que vienen dentro del panfleto: “Si yo levantara el puño, te estrujaba la cabeza”.

Si yo el puño levantara,
defendería tus entretelas,
y aun me cagara,
no utilizaría servilletas.

Si el puño levantara,
te estrujaba la cabeza,
aunque manco me quedara,
protegería a todas las telas.

Si el puño levantara,
que me saquen de las rejas,
me cago en la democracia,
y en las telas de mis telas.

Emoción apenas contenida en un vaporoso ambiente que envuelve el momento de tensión incontenida.

Cañamero, en pleno éxtasis revolucionario, y con las lágrimas destilando odio estornudó porque había cogido un poco de frío en la cacería del día anterior y se sacó un pañuelo y los morados mocos se limpió.

¿Oye el pañuelo es de papel, plástico o hierba?

¡No, es retal es tela de mis entretelas!


Jesús Rodríguez Arias

viernes, 12 de mayo de 2017

ANTE LA PEQUEÑA IMAGEN DE LA VIRGEN DE FÁTIMA.




Desde siempre se podía ver Fátima rezarle a la pequeña imagen de la Virgen de la que toma su nombre en el pequeño altar que hay al fondo de la Capilla de la Guardia Civil donde está destinado su padre.

¿Los vecinos preguntaban a su madre por qué no le pusieron Pilar y ella decía sin más que Fátima se había de llamar?

Un día de esos de los muchos en los que la luz se iba en la vieja Casa Cuartel su madre le contó que tuvo un embarazo muy malo y que estuvo a punto de morir con la hija de sus entrañas. Se salvaron de milagro y ese milagro se lo atribuyen a la pequeña imagen de la Virgencita de Fátima que tantas plegarias tenía depositadas en tan modesto manto.

Fátima se llamó así porque la Virgen la salvó junto a su madre de morir mientras nacía.

Hija única porque después de ella no vinieron ningún hijo más. Se crió entre las vetustas paredes de la vieja Casa Cuartel y color verde Esperanza así como de la Guardia Civil.

Su padre era un buen hombre, demasiado bueno diría ella con lágrimas en los ojos, fornido, con ese brillo en la mirada del que ha visto ya demasiadas cosas. Su padre tenía ese buen mostacho que bien parecía uno de esos soldados del XIX. Su padre era Sargento y estaba al frente del puesto en ese pueblo, su padre era querido por todos y a la vez inmensamente respetado.

Su madre en cambio es de ese tipo de mujeres lejanas a ser enfermizas a pesar de las graves secuelas que le quedaron tras el parto. Era una mujer entregada a todo aquél que la pudiera necesitar tanto en la Casa Cuartel como en el pueblo donde servía de catequista así como profesora en la Parroquia que de siempre ha llevado Don Isaías.

Fátima estudio hasta donde pudo porque desde siempre ha reconocido que no ha sido buena para las letras y aunque su padre quería que estudiara ella prefería cuidar los niños de los demás pues parecía que tenía vocación de madre.

Con más esfuerzos y fatigas terminó el colegio y su padre habló con alguien para que siguiera sus estudios para hacerse maestra ya que le apasionaban los niños y podría ser una inmejorable educadora como se dice actualmente.

Todos los días iba a estudiar a la ciudad en bicicleta que hay que decir distaba del pueblo en más de 30 kilómetros. Hiciera calor, frío, lloviera o venteara se podía ver la enjuta figura de Fátima que iba y venía con el sueño de ser alguna vez maestra pero no una cualquiera sino la del pueblo donde vivían, donde estaba la vetusta Casa Cuartel y donde había mucho verde entre el paisaje y los recosidos uniformes de los guardias.

Pero ella lo que no quería era separarse de la pequeña imagen de la Virgen de Fátima que está al fondo de la Capilla del Cuartel y que hace poco más de veinte años le salvara la vida al nacer.

Gracias a Don Isaías y al Capitán Morales, muy amigo de su padre, pudo empezar a ejercer en el pueblo como sustituta de Doña Remedios que era la profesora de todos durante toda la vida.

No era Fátima una mujer de pretendientes ni de noviazgos y aunque tenía a varios detrás suya no le prestaba atención.

No le prestaba atención hasta que llego Idelfonso, un joven guardia que llegó al Cuartel un día de otoño que ella siempre recuerda como primavera.

No puede decir que ella sintiera que él se enamorara, ella sabía que su corazón dedicado a otras cosas le indicaba que también necesitaba sentir esa clase de amor que no se explica en los libros.

Fátima se iba todas las tardes después de la escuela para rezar a la Virgencita de su vida y así también ver al guapo mocetón que tanto la encandilaba.

Un día Idelfonso se le acercó mientras rezaba y le dijo que él también era muy devoto de la Virgen de Fátima, devoción que le inculcó su madre que en gloria esté.

Se miraron y sus corazones quedaron prendidos uno del otro para siempre.

Él, caballero como era, le pidió la mano a Don Evencio, que así se llamaba el padre de Fátima, y que este le dio encantado porque veía que se podía perpetuar su familia, sus apellidos, su amor y querencia a la Guardia Civil.

Se casaron pronto , a los tres años de noviazgo, en la Iglesia y con Don Isaías. Lo celebraron en el campo con un almuerzo hecho a base de migas que les preparó Teodoro, ese buen hombre que pastoreaba su rebaño montaña arriba, montaña abajo. No tuvieron viaje de novios, no había para mucho pues si escueto era el sueldo del guardia más lo era de maestra sustituta.

Tuvieron tres hijos: Fátima, la primera, Evencio y Julia en honor a la madre de Idelfonso.

La vida pasó como pasa la vida: ¡Sin apenas darte cuenta!

Los niños crecieron como todos los demás niños. Don Evencio y Doña Flora, una vez retirado el primero, se fueron a su pueblo de siempre hasta el final de sus días. Su ilusión cuando ya eran muy mayores era ser enterrados en el viejo cementerio que se erige en ese empinado montículo.

Llegó el día en que sus hijos ya hombre y mujeres emprendieron viaje en busca de sus propias vidas. Todos estudiaban fuera con el apoyo de sus padres que pensaban que cuanto más preparados más oportunidades tendrían.

Idelfonso se tuvo que retirar antes de tiempo por un accidente intentando salvar a unos montañistas de manual, de los que no conocen bien el campo. Se rompió la rodilla y quedó un poco cojo para los restos. Se retiró como Teniente y con una hilera de medallas bien ganadas en el pecho.

Fátima a sus cincuenta años decidió ponerse a trabajar como maestra y consiguió el puesto que nunca alcanzó mientras Doña Remedios viviera.

Y Fátima volvió a ser lo que siempre fue una mujer con gran vocación de madre siendo educadora y vio crecer a varias generaciones mientras ella enseñaba la tabla de multiplicar tiza en mano.

Hace ya demasiado tiempo que muriera el bueno de Idelfonso y sus hijos se marcharan para no regresar más salvo Evencio que hacía poco se había casado y había conseguido destino en el viejo Cuartel que años atrás comandaran tanto su abuelo como su padre.

Todavía se le puede ver rezando en ese pequeño altar que está al fondo de la Capilla del Cuartel de la Guardia Civil de su niñez, infancia, juventud, madurez y también decrepitud.

Reza mirando fijamente los preciosos y pequeños ojitos de la pequeña imagen de María ya que su nuera está embarazada y está a punto de dar a luz. Quiere ponerle Fátima como la abuela y también como la pequeña Virgencita de la que toma su nombre.

Reza mientras su hijo Evencio la mira desde lo lejos con los ojos impregnados en lágrimas entre el orgullo y la emoción mientras los niños de la cercana escuela entonan ese hermoso canto: "El 13 de mayo la Virgen María bajó de los Cielos a Cova de Iría..."